“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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7/10/17

Urnas y calles: Lenin electoral — III

“El problema de la ‘forma de la lucha’ se hallaba ligada íntimamente al problema de la ‘organización para la lucha’”   Lenin, 1906
 
Nicolás González Varela

Para el Lenin de 1906-1907 toda lucha electoral es una forma de lucha subordinada, secundaria en condiciones objetivas revolucionarias. El problema de la “forma de la lucha” se halla ligado por ello íntimamente al de la organización de la lucha. Pero: ¿en qué consiste una condición objetiva revolucionaria? Recordemos qué significa para Lenin una situación revolucionaria, “análisis concreto de la situación concreta” que se deriva del marco general de una categoría crítica decisiva en Marx: la de formación económico-social. [1] En Lenin funge el principio marxista de entender la “lógica específica del objeto específico”. El análisis materialista crítico (que Lenin muchas veces llama al mejor estilo de Lakatos “métodos de investigación del Marxismo”) simplemente busca las formas de la “transición” o el “acceso” a la Revolución proletaria, ni más ni menos. Lenin estableció de forma clásica y tardía en varias ocasiones lo que denominó “Ley fundamental de la Revolución”. Es sintomático que Lenin se exija en definir las coordenadas fundamentales de un acontecimiento revolucionario objetivo (base de toda táctica eficaz), que denomina políticamente como “crisis nacional general”, a medida que se sumerge en la compleja arena parlamentaria burguesa. En 1902: “[en un primer momento] reivindicaciones de carácter puramente económico, se transforman con rapidez en un acontecimiento político, a pesar de participar en ella un número insuficiente en extremo de fuerzas revolucionarias organizadas… [sin embargo] la verdadera desorganización del gobierno se consigue sólo cuando las amplias masas, realmente organizadas por la propia lucha, obligan al gobierno a desconcertarse; cuando la legitimidad de las reivindicaciones de los componentes avanzados de la clase obrera es esclarecida ante la multitud en la calle…; cuando a las acciones militares contra decenas de miles de hombres del Pueblo precede la vacilación de las autoridades, que carecen de toda posibilidad real de determinar a dónde conducirán esas acciones militares; cuando la multitud ve y reconoce en los muertos en el campo de la guerra civil a sus camaradas, a sus compañeros, y acumula nuevas reservas de odio y el deseo de una lucha más resuelta contra el enemigo… [entonces] todo el régimen actual el que aparece como enemigo del Pueblo.” [2] 

A cien años de El Estado y la revolución, de Vladimir Ilich Lenin

Lenin ✆ Illya Gurkin
“Ninguna idea nueva triunfa por sí sola, aunque lo merezca” Aquiles Nazoa 
Miguel Mazzeo

El Estado y la revolución [1] es uno de los textos que V.I. Lenin produjo en 1917, el año de la Gran Revolución de Octubre. Lejos de todo interés especulativo, su objetivo central era construir un sentido político urgente en un contexto revolucionario. Este es un dato insoslayable a la hora de justipreciar el valor histórico de este trabajo. En primer lugar porque el texto (como todos los textos) debe analizarse en la especificidad de su contexto histórico. Una verdad de Perogrullo pero que, a veces, se suele pasar por alto, tanto para ensayar idealizaciones como refutaciones. En segundo lugar porque el signo más distintivo del itinerario político-existencial de Lenin es la autenticidad, una de las condiciones más nobles a las que puede aspirar un intelectual crítico, un intelectual que pretende desarrollar un vínculo orgánico con las clases populares y estar a la altura de su tiempo. Por eso, las fallas estructurales, los baches conceptuales y las falencias estéticas quedan para nosotros irremediablemente relegados y, sobre todo, opacados por su praxis. Podríamos decir entonces que la autenticidad alejó a Lenin del desatino. Se trata de la autenticidad que surge de la negativa a habitar en el lugar de la “metaposición”, de la autenticidad que nace de la negativa permanente a convertirse en espectador de sí mismo. La autenticidad del revolucionario que no busca ningún privilegio. Hecha esta aclaración, estamos en condiciones de continuar.

18/8/17

A propósito de la invocación de la posición de Lenin sobre el derecho de autodeterminación

Lenin ✆ V. Annekov
José Luis Martín Ramos

Un argumento que una parte del independentismo revolucionario utiliza para defender su posición en el actual “proceso” nacional catalán y también para echar en cara la posición adoptada por Izquierda Unida o cualquier izquierda que no comparta la suya, es la defensa del derecho de autodeterminación por parte de Lenin, como si ésta fuera un derecho incondicional que no tuviera más traducción práctica admisible que el referéndum unilateral que, con una precaria base de apoyo político y social, está convocado para el 1 de octubre.

Recientemente, en un intercambio hecho público, Alberto Garzón respondió a Pau Llonch, que le echó en cara un texto de Lenin para recriminarle su rechazo a un referéndum unilateral y sin garantía, que él no estaba por las sagradas escrituras sino por el análisis concreto de la situación concreta. No es una respuesta inadecuada; invita a no caer en la patrística y menos cuando ésta se reduce al recordatorio descontextualizado de escritos supuestamente “canónicos”. Sin embargo, no hay porque no tomar en consideración el pensamiento y la acción de Lenin en su conjunto –no en la foto fija de un momento– como parte de la tradición de la izquierda, que no se ha de tomar como receta pero sí como experiencia acumulada. Lo malo del asunto es que a Lenin se le acostumbra, en esta cuestión, a recordar por una imagen fragmentada de la reflexión de un momento, entre 1913 y 1917, cuando en sus habituales polémicas políticas enfatizó de manera particular la consideración de que el derecho de autodeterminación significaba el reconocimiento de la igualdad de las naciones, en derechos, y por tanto también el de la constitución de una nación como estado independiente, separándose si era el caso de aquel al que hasta entonces había estado integrado. Y digo malo porque siendo cierta esa imagen, se desvirtúa cuando se la aísla del conjunto de la reflexión de Lenin sobre la cuestión nacional y el nacionalismo, y de toda la trayectoria de pensamiento, acción e intervención de Lenin al respecto, desde comienzos de siglo hasta su muerte. Esa doble descontextualización permite una manipulación absoluta de Lenin, voluntaria o involuntaria.

10/7/17

Crónica de la llegada de Lenin a Rusia

Lenin en Petrogrado ✆ F. Liubimova
Gregory Zinoviev

El autor de estas líneas escuchó la noticia del estallido de la revolución de febrero en Berna. En ese momento, Vladimir Ilich vivía en Zurich. Recuerdo que me fui a casa desde la biblioteca sin sospechar nada. De repente me di cuenta de un gran malestar en la calle. Una edición especial de un periódico se vendía a toda prisa con el titular: ‘Revolución en Rusia’. La cabeza me daba vueltas en el sol de primavera. Corrí a casa con el periódico, impreso en tinta que todavía no estaba seca. Tan pronto como llegué a casa me encontré con un telegrama de Vladimir Ilich, que me pidió que fuera a Zurich “inmediatamente”.

¿Esperaba Vladimir Ilich una solución tan rápida? Los que hojeen nuestros escritos de ese período (impresos en Contra la corriente) verán la pasión con la que Vladimir Ilich llamaba a la Revolución Rusa y la forma en que la esperaba. Pero nadie había contado con una solución tan rápida. La noticia fue inesperada.

¡El zarismo había caído! El hielo se había roto. La masacre imperialista había recibido el primer golpe. Se había despejado uno de los obstáculos más importantes en el camino de la revolución socialista. Los sueños de generaciones enteras de revolucionarios rusos, finalmente, se habían convertido en realidad.

18/6/17

Tres despachos sobre Lenin

Maciek Wisniewsky

1. La presencia. Así los tiempos. Lo más que se puede esperar de la política cotidiana es cero referencia a Lenin (desaparecida la amenaza comunista el mainstream pierde interés en vilipendiarlo), o... su abrazamiento desde la derecha. Allí está el supuesto destape de S. Bannon, el principal asesor de Trump: “Soy un leninista. Lenin quería destruir el Estado y éste también es mi objetivo. Quiero derrumbar todo y destruir el stablishment actual” (The Daily Beast, 22/8/16).

Pero este tipo de confesiones es capaz de excitar sólo a los liberales (¡los dos extremos se juntan!). Si bien en la izquierda hay una larga tradición de leer a los conservadores que a veces ven más (Benjamin lee a Schmitt, Zizek a Sloterdijk, etc.), no hay nada así en la derecha (bueno, Sloterdijk sí lee a Lenin y justo sobre su insistencia en demoler los aparatos del anciene régime –véase: Après nous le déluge, 2016, p. 145-163–, pero es Sloterdijk). Dudo que Bannon tenga en su biblioteca El Estado y la Revolución (1917) y mucho menos por ejemplo –permitan que me estire para agarrar algo de la mía– On the dictatorship of the proletariat (1977) de E. Balibar que evocando aquel dictum leniniano insiste: si no se destruye el viejo Estado, la revolución será sobrepasada y la explotación en cualquier forma histórica mantenida (p. 60). En fin: su propósito no es empoderar a la clase trabajadora –aunque sea white–, sino las élites de su agrado (drain the swamp) [vaciar el pantano].

18/5/17

Abril 1917. Y entonces llegó Lenin

Lenin ✆ Arkady Alexandrovich Rylov
"¡Tomad en vuestras manos vuestro propio destino!" (Octavilla repartida en Leipzig en abril de 1917) 

Miguel Salas

El mes de abril se inició en Petrogrado (*) con una protesta de 40.000 personas que exigen igualdad de derechos para las mujeres. Si en febrero ellas habían encendido la mecha de la revolución, no se iban a quedar sin derechos. El gobierno provisional no había acordado nada al respecto, lo dejaba para un futuro indeterminado. No se empieza una revolución para ir aplazando derechos, hay que conquistarlos y ejercerlos. Las mujeres ocuparon el centro de la ciudad y con grandes pancartas exigiendo “Derecho de voto”, “Si una mujer es esclava, no hay libertad”, “¡Viva la igualdad para las mujeres!”, se presentaron ante la residencia del gobierno y allí permanecieron hasta que lograron el compromiso de legalizar el derecho de voto para las mujeres. Al gobierno no le quedó otro remedio. ¡Es lo que tiene un proceso revolucionario! En la primavera de 1917, las mujeres rusas conquistaron un derecho que no tenía ningún otro país europeo. Dos días después, el 3 de abril, según el viejo calendario ruso; el 16 de abril, según el nuestro, Lenin llegará a Rusia y dará un vuelco a los contenidos políticos de la revolución.

5/3/17

Los bolcheviques toman el poder — Alexander Rabinowitch

Lenin ✆ Vladimir Serov
Ugo Palheta

La editorial La Fabrique acaba de publicar “Les Bolcheviques prennent le pouvoir”*, aparecido inicialmente en inglés en 1976. Este libro de Alexander Rabinowitch tiene el enorme mérito de restituir lo que fue realmente la Revolución rusa en Petrogrado, entonces capital de Rusia y sobre todo epicentro de la revolución: un movimiento de insubordinación generalizada en que las clases dirigentes se mostraban incapaces de imponer su dominación como antes y en que las clases subalternas ya no consentían esa dominación (la definición por antonomasia de una “crisis revolucionaria” según Lenin), y al mismo tiempo un momento de aceleración y de bifurcación políticas, cuyas consecuencias serán ingentes a escala mundial.

En particular, el libro examina con todo detalle la política y la acción de los bolcheviques –tanto de la dirección del partido como de los militantes y las organizaciones intermedias– entre julio y octubre de 1917. Permite salvar el escollo cruzado de una disolución del papel del partido bolchevique (que para algunos no habría hecho más que ir a la zaga de los acontecimientos sin desempeñar ninguna función real más que canalizar la combatividad popular) y de una fetichización del mismo (sea negativa, con los bolcheviques como golpistas y usurpadores, sea positiva, como encarnación política del proletariado ruso).

27/2/17

Lenin ‘reset’ — ¿Por qué leer a Lenin en el siglo XXI?

Lenin ✆ Vic
Ángel Ferrero

¿Por qué leer a Lenin en el siglo XXI? “Si hoy levantasen la cabeza Marx o Lenin patearían el trasero de la gente que sigue leyendo a personas que murieron hace 100 ó 150 años para intentar encontrar respuestas en el presente”, decía Juan Carlos Monedero en una entrevista reciente. Según Monedero, es “de una pereza intelectual que raya lo insólito”. A continuación, el profesor de la Universidad Complutense de Madrid se descolgaba con una explicación que parecía salida de Imposturas intelectuales, la demoledora crítica de Jean Bricmont y Alan Sokal al uso pedante de vocabulario científico por parte de las ciencias sociales: “Yo creo que un elemento muy importante en nuestro análisis es entender que, como dice Ilya Prigogine, y no quiero parecer petulante, la Ciencia Política ha sido muy rehén de la física clásica y la economía, y ahora tenemos que mirar a los elementos más luminosos de la ciencia moderna. Como la física cuántica o la biología, que hacen más justicia a los procesos vivos. Por ejemplo, el hielo no se bifurca de forma lineal.

12/1/17

Urnas y calles: Lenin electoral — I

La situación política es más fuerte que todas las declaraciones” — Lenin, 1906
Lenin y la manifestación ✆ Isaak Brodsky

 Nicolás González Varela

El tradicional culto a Lenin, un poco en decadencia, en el mejor de los casos reduce caricaturescamente su figura al heroico bronce de la insurrección armada, los coches blindados y las bayonetas de los fusiles Mosin-Nagant. El Kul’t lichnosti además de servir de legitimación y consolidación del regimen de Stalin trajo como efecto secundario una reducción y mutilación del Lenin político, ya no podíamos comprenderlo en su dimensión completa, en su práctica materialista-histórica, en su “concretidad”. Hablar de las elecciones, del parlamentarismo en relación con el pensamiento de Lenin parece un equívoco, un oximorón o el intento de construir una relación extraña. Tanto la Leninología como la mayoría de los biógrafos (desde hagiógrafos a críticos) raras veces mencionan la actividad electoral revolucionaria de Lenin, mucho menos describen o analizan su táctica parlamentaria y su “uso” del mecanismo representativo de voto burgués. Queda poco espacio para la política electoral en el monumental Lenin insurreccionalista e ingeniero organizativo, salvo como “momento de pausa”, el descanso del guerrero entre la fallida revolución de 1905 y la revolución democrática burguesa de febrero de 1917. Por elevación esta etiqueta-estigma efectúa un ritornello negativo a su maestro Marx por influencia lógica: tampoco en las luchas democrático-burguesas es muy útil su escasa u ocasional contribución. Coinciden en esto todas las tendencias: la Leninología [1], la Sovietología heredada de la Guerra Fría [2] y el Post-marxismo [3] promulgan en que poco tienen que decir sobre rupturas democráticas y participación electoral tanto Marx como Lenin. El Lenin electoral es un lapsus accidental, [4] un interregno secundario entre la lucha por el control del partido y la conquista del poder. El Lenin electoral es una mera máscara del auténtico Lenin “conspirador-de-facción-insurreccionalista”. 

28/11/16

Imperialismo, fase superior do capitalismo: Um livro de Lenine que fala de hoje… e de amanhã

Escrito em 1916, há cerca de cem anos, o estudo magistral de Lenine intitulado O Imperialismo, estado superior do capitalismo, continua de uma actualidade extraordinária. O imperialismo tornou-se tão reaccionário, não só no plano militar, como nos planos económico, político, ambiental, cultural que é incompatível a médio, ou mesmo a curto prazo, com a sobrevivência da civilização, e até com a sobrevivência da humanidade.
 
Georges Gastaud

1. Ver claro os carteis hiper-imperialistas

Français
Ao relê-lo ficamos siderados pela visão superior do autor que, unindo a teoria à prática, levaria em breve ao sucesso a primeira Revolução proletária da história à escala de um grande país. Nesta brochura surgida em plena guerra mundial, Lenine não se contenta em refutar as concepções ditas «hiper-imperialistas» caras aos tenores da Segunda Internacional (os Kautsky e outros Hilferding vaticinavam sem rir a extinção próxima das guerras imperialistas… enquanto os operários socialistas, russos, alemães, ingleses, se matavam nas trincheiras ao apelo dos respectivos partidos!). Esses teóricos falhados mascaravam assim nos seus «discursos sapientíssimos» as contradições explosivas inerentes às quais o estado monopolista do modo de produção capitalista tinha chegado desde o fim do século 19.

Lenin y los problemas actuales de la lógica dialéctica

Lenin ✆ A.J. Kostjucenko
Évald V. Iliénkov & Mark M. Rosental

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La necesidad de un estudio completo y profundo de la dialéctica materialista en sus funciones de lógica y teoría del conocimiento y como paradigma científico actual ha adquirido en nuestros días una especial importancia. De manera evidente, el carácter expresamente dialéctico de los problemas que aparecen en todas las esferas de la realidad social y del conocimiento científico obliga cada vez más a tomar conciencia de que solo la dialéctica marxista-leninista es capaz de constituir el método para dicho conocimiento científico y para la actividad práctica, así como para ayudar al científico a la comprensión teórica de los datos fáctico-experimentales en la resolución de problemas que aparecen en el proceso de investigación científica.

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El estudio de la dialéctica como lógica del conocimiento científico es especialmente apremiante en la etapa actual de la batalla ideológica. Es bien sabido lo mucho que especula la filosofía burguesa, en concreto el neopositivismo, con la necesidad de la ciencia actual de una lógica del pensamiento rigurosamente meditada. Se puede decir, sin miedo a caer en la exageración, que precisamente el choque del materialismo y el idealismo en el enfoque de la naturaleza del pensamiento y, consecuentemente, del carácter de la ciencia del pensamiento (es decir, de la lógica), en los últimos diez años ha constituido uno de los principales campos de batalla de los sistemas filosóficos, una base de operaciones que ante todo se esfuerza el idealismo en arrebatar a la ideología marxista-leninista.

17/11/16

La revolución rusa interpela al futuro — Lenin nos llama desde el fondo de la historia

 “Es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con esos sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía” Lenin
Lenin ✆ Vladimir Serov

Gustavo Robles

Estamos, en términos históricos, en las vísperas del centenario de la fecha más importante de la Humanidad: la Revolución Rusa. El 7 de noviembre de 2016 se han cumplido 99 años de aquella gesta, en la que los explotados de la Rusia zarista tomaron el Palacio de Invierno y el Poder, guiados y vanguardizados por los bolcheviques. Con Lenin a la cabeza, estos se propusieron crear una sociedad totalmente diferente a las que los seres humanos modelaron a lo largo de la historia: una donde no existiera la explotación del hombre por el hombre, ni sus consecuencias nefastas, la desigualdad, la injusticia y la miseria.

10/11/16

Lenin como lector de Hegel — Hipótesis para una lectura de los ‘Cuadernos Filosóficos’ sobre ‘La ciencia de la lógica’

Stathis Kouvélakis

La Primera Guerra Mundial no fue simplemente una erupción de masacres a escala masiva en el corazón de los países imperialistas. Tras un siglo de relativa paz interna supuso, al mismo tiempo, el colapso de su oponente histórico, el movimiento obrero europeo organizado esencialmente en torno a la Segunda Internacional. El término «desastre» resulta adecuado, aunque Alain Badiou lo utiliza para referirse a la refutación final de una cierta forma de política emancipatoria, resultado del reciente colapso de los así llamados regímenes comunistas del Este europeo^ Si consideramos que este segundo desastre golpeó precisamente la verdad política que bajo el nombre de «Octubre de 1917», o igualmente de «Lenin», nació en respuesta al primero, entonces el mismo se convierte en el rizo final del «corto siglo XX», que se cerró con esta repetición del desastre. Paradójicamente, por lo tanto, no es un mal momento para volver al principio, el momento en que en medio del barro y la sangre que anegó Europa el verano de 1914, surgió este siglo.

26/9/16

Vladimir Ilitch Lénine: parti, presse, culture & révolution

Chez Lénine, la conception de la culture en général et de la presse en particulier est indissociable du projet révolutionnaire. Elle ne se comprend qu’à l’aune de la perspective d’un bouleversement pratique de l’ordre social. C’est en fonction de cette visée que celui qui s’occupa de plusieurs journaux a développé, et ajusté selon les circonstances, des lignes de réflexion et principes d’action concernant les rapports entre presse, culture, parti et révolution. Fabien Granjon, qui dirige le Centre d’études sur les médias, les technologies et l’internationalisation (CEMTI) de l’Université Paris 8 Vincennes à Saint-Denis, y revient ici en détail.

Lenin ✆ Andy Warhol
Fabien Granjon

« Nous avons dit ailleurs quelle puissance de l’unité fut celle de Lénine, homme bâti d’un seul bloc, voué tout entier, à tous les moments de sa vie, à une œuvre unique. Il ne faisait qu’un avec son parti et, par le Parti, avec le prolétariat ; il ne fit qu’un, à des heures décisives, avec tout le peuple travailleur de Russie, et, au-delà de frontières ensanglantées, avec les prolétaires et les opprimés de tous les pays. »Victor Serge
« Elle-même est devenue, la plus grande organisatrice-communiste, la mort d’Ilitch.Et déjà, au dessus de la monstrueuse forêt de trompettes, des millions de mains, accrochées à la hampe, Place Rouge, un drapeau rouge s’élève d’une terrible saccade.De ce drapeau, de chacun de ses plis, à nouveau, un Lénine vivant lance son appel :– Prolétaires, formez les rangs, pour la dernière mêlée ! Esclaves redressez votre dos et vos genoux ! Armée des prolétaires, serre tes rangs ! Vive la révolution, joyeuse et rapide ! C’est l’unique grande guerre de toutes celles que l’histoire a connues. » Vladimir Maïakovski

La conception « léninienne » (comme l’on parle d’une pensée « marxienne » selon la terminologie de Maximilien Rubel qui réserve cet épithète à la qualification de l’œuvre de Marx et non à celle de ses épigones « marxistes ») de la presse et de la culture est consubstantiellement liée au projet révolutionnaire. En tant que problèmes singuliers devant être inévitablement mis en regard d’une ligne de classe servant de boussole au changement social, les réponses à y apporter doivent, de facto, traduire les nécessités matérialistes en des pratiques concrètes. Chez Lénine, aucune élaboration théorique n’est ainsi détachée des exigences portées par la participation au bouleversement pratique de l’ordre social (Budgen, Kouvelakis, Žižek, 2007).

19/9/16

Notas sobre Lenin y el arte

Lenin en Smolny ✆ Isaak Brodsky
Adolfo Sánchez Vázquez  
1
Lenin, artífice de la primera revolución socialista y fundador y organizador del primer Estado Socialista, ¿es también el fundador de la estética marxista? Es evidente que en él, como dirigente revolucionario y como el más alto constructor del socialismo después de Octubre, hay una actitud hacia el arte y la literatura que se manifiesta en diversos escritos y, tras de la toma del poder, en la política cultural que él inspira; pero ¿justifica esto hacer de sus afirmaciones y directivas políticas los principios rectores de una estética marxista? He ahí una pregunta a la que un estudio actual sobre Lenin y el arte ha de responder, no a priori, sino tras de haber reexaminado, siempre en el marco de la situación concreta en que se produjeron sus aportaciones en este dominio.
2
La respuesta a esta cuestión debe permitimos, a su vez, responder a esta otra: el empeño de ver el genio de Lenin mentalmente político-revolucionario- proyectándose por igual en todos los campos -en una nueva versión del llamado culto a la personalidad- ¿ no habrá servido, ante todo, en el campo de la estética para arropar con su enorme prestigio teórico-práctico una teoría y praxis del arte; concretamente, la que ha dominado hasta ahora -con la clara excepción de Cuba- en la mayoría de los países socialistas?

10/9/16

La soledad de Maquiavelo y la risa del Lenin. O lo subjetivo desajustado

Todo descubrimiento es tan peligroso para su autor como para el navegante la búsqueda de aguas y tierras desconocidas; no obstante estoy determinado a abrir una nueva vía...Maquiavelo, N., Discursos sobre la primera década de Tito Livio
Natalia Romé
En un prólogo escrito por Althusser para el libro de Dominique Lecourt, Lyssenko. Histoire réelle d’une ‘science prolétarienne’ publicado en la colección Théorie, dirigida por el propio Althusser, leemos:
...nosotros sabemos, nosotros que no tenemos ninguna religión, ni siquiera la de nuestra teoría, y menos todavía la de los fines de la historia, que la lucha de clases no se efectúa jamás en la transparencia, y que el proletariado (…) no es transparente para sí mismo, clase heterogénea que debe siempre forjar su unidad. En la lucha de clases el proletariado llega a descifrar y afrontar realmente las relaciones de fuerzas en las que se halla involucrado, llega a conquistar poco a poco su unidad (…) Nada de eso se hace en la claridad de una conciencia pura frente a una objetividad pura de la situación (Althusser, 2008 [1976]: 253).
No se trata de cualquier reflexión filosófica. Se trata de una manifiesta toma de posición en la situación. Como reseña Yves Sintomer, este texto breve publicado con el sugestivo título “Historia terminada, historia interminable”, constituye la primera crítica pública de Althusser al régimen soviético (cfr. Althusser, 2008: 249). Una vez más, como aquellas intervenciones de principios de los sesenta, ésta acierta en colocar una tesis de profunda densidad teórica que conmueve los pilares de la filosofía, en la misma medida en que produce un cierto desajuste en la propia escritura althusseriana.

30/5/16

Hace 100 años Lenin publicó “El imperialismo. Fase superior del capitalismo”

Eduardo Lucita

Hace cien años un simple folleto daba cuenta de las profundas modificaciones que estaban ocurriendo en el sistema capitalista mundial y que se manifestarían a lo largo de todo el siglo pasado. Hoy las evidencias indican que se estaría en una nueva fase dentro de lo que desde entonces se conocería como fase superior.

En 1916 editado como un folleto –1ra. Edición como libro en 1917- apareció “El imperialismo. Fase superior del capitalismo” del líder de la revolución bolchevique V. I. Lenin. En cierta forma el texto siguió el mismo derrotero que El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, editados para la coyuntura terminaron siendo libros de lectura imprescindible para comprender la evolución del capitalismo contemporáneo y para la formación de generaciones y generaciones de jóvenes que soñaron –muchos lo hacen aún- con cambiar el mundo de raíz.

25/5/16

Lenin y el Bolchevismo

Lenin ✆ Andreev
Lars T. Lih
En un reciente debate en la red, ha salido con frecuencia la cuestión de las ideas de Lenin sobre la relación entre el bolchevismo y el partido en su conjunto. Me gustaría arrojar algo de luz a este problema examinando sus puntos de vista en tres momentos: 1912, 1917 y 1920. En este primer artículo, examinaré el material de 1912.

Las ideas de Lenin sobre este asunto en los años previos a la I Guerra Mundial pueden ser resumidas sucintamente: el bolchevismo es una fracción (fraktsiia), una parte de un todo mayor, es decir, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). El bolchevismo era un partido dentro de un partido: igual que el POSDR representaba una plataforma dentro de la sociedad en general, el bolchevismo defendía un conjunto específico de ideas tácticas dentro del más amplio Partido Social Demócrata. Como un partido político frente a la sociedad, la fracción bolchevique tenía ideas particulares sobre el funcionamiento del partido: propagaba esas ideas y trató de hacer que las instituciones centrales del partido se inspiraran en ellas. Pero incluso cuando el bolchevismo tuvo el control del Comité Central, no se convirtió en el partido. Uno podía aún ser miembro del partido y no ser bolchevique; de hecho esto era visto como la situación normal. «Fraktsiia ne est’ partiia»: Una fracción no es un partido.

30/4/16

Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado

Vladimir Lenin 

1. El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha hecho que la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras forcejeen convulsivamente con el fin de hallar argumentos ideológico-políticos para defender la dominación de los explotadores. Entre esos argu­mentos se esgrime particularmente la condenación de la dictadura y la defensa de la democracia. La falsedad y la hipocresía de este argumento, repetido en mil variantes por la prensa capitalista y en la Conferencia de la Internacional amarilla de Berna, celebrada en febrero de 1919, son evidentes para todos los que no quieren hacer traición a los principios elementales del socialismo.

2. Ante todo, ese argumento se basa en los conceptos «democracia en general» y «dictadura en general», sin plantear la cuestión de qué clase se tiene presente. Ese planteamiento de la cuestión al margen de las clases o por encima de ellas, ese planteamiento de la cuestión desde el punto de vista –como dicen falsamente– de todo el pueblo, es una descarada mofa de la teoría principal del socia­lismo, a saber, de la teoría de la lucha de clases, que los socialistas que se han pasado al lado de la burguesía reconocen de palabra y olvidan en la práctica. Porque en ningún país capitalista civilizado existe la «democracia en general», pues lo que existe en ellos es únicamente la democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la «democracia en general», sino de la dictadura de la clase, es decir, del proletariado, sobre los opresores y los explotadores, es decir, sobre la burguesía, con el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación.

28/4/16

Utopía y práctica política en “El Estado y la Revolución”

Lenin
✆ Petr Vasilevich Vasilev
Fernando Martínez Heredia   /   Los conjuntos orgánicos de ideas y los movimientos políticos organizados que pretenden la realización de cambios sociales de envergadura están obligados a articular sus visiones más generales de objetivos supremos y trascendentes con las estrategias y tácticas que rijan sus actuaciones concretas en las más diversas situaciones y fases que involucren a sus prácticas. Las razones son obvias.

Por una parte, sus ideas no constituyen ejercicios intelectuales desentendidos de las incidencias, los intereses y las pasiones de las vidas humanas y de las sociedades, y sus movimientos no son órganos sociales de existencia circunstancial o esporádica, formados para ejercer presión, negociar o amotinarse respecto a cuestiones concretas o coyunturas, sin aspirar a derrocar al orden vigente y sustituirlo por otro nuevo. Por otra parte, deben romper la tendencia de sus propios miembros y simpatizantes a no avanzar mucho más allá de la reproducción habitual de la vida social, y deben prefigurar en medida apreciable un mundo y una vida nuevos que puedan ser atractivos y lleguen a ser sentidos y pensados, en grados altos.