“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/2/14

El lenguaje y sus consecuencias

Vicente Battista  |  A mediados de los años 40 los alumnos de nuestras escuelas primarias vivían un conflicto diario: maestros y maestras insistían en que en lengua castellana (aún no se utilizaba “lengua española”) se tuteaba de “tú”, por lo que ese “vos” con los que ellos se comunicaban al finalizar la hora de clase era una manera incorrecta, deformada del idioma.

El conflicto trascendía el espacio de los colegios primarios: con idéntico desconcierto lo sufría el resto de los porteños, sin limitación de sexo o edad. En aquellos tiempos los personajes de las radionovelas y de las películas argentinas no hablaban como se hablaba en la calle, había un claro divorcio entre realidad y ficción. Entre 1957 y 1959 apareció “El Eternauta”, considerado con justicia un clásico contemporáneo. La historieta es colosal, un solo detalle la desmerece: sus personajes hablan de tu. Resulta incómodo sorprender a Favalli, a Juan, a Lucas Herbert y a Polsky en