“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/9/15

Salvador Allende inmortal

Salvador Allende ✆ Mural en una callejuela de Roma, Italia
Lo ocurrido en Chile el 4 de septiembre de 1970 aún no ha desplegado toda su profunda trascendencia histórica. Tal como lo dijera esa noche desde el balcón de la FECh el presidente electo Salvador Allende, emergía de lo más profundo de la historia el primer gobierno auténticamente democrático, popular, nacional y revolucionario de Chile. Se detonaba un momento único en la aporreada vida del pueblo que desde su anonimato incansable y fértil hizo lo posible por ese triunfo largamente buscado, que tantos obstáculos debió superar y tanta traición tuvo que sortear.

Lo excepcional del gobierno de Salvador Allende fue el hecho de que por primera vez los más pobres sabían que ese médico, socialista de verdad, los representaba y no buscaba abusar de su esperanza. Esa fe nacía de una marginación centenaria, de sueños eternamente postergados. Salvador Allende dejó latiendo un pulso histórico que ha tardado en ser entendido en su cabal mensaje y compromiso: el honor, la lealtad, la fidelidad a la palabra empeñada, el sentido de coherencia.

Adolfo Sánchez Vázquez: filósofo, militante, humanista

Adolfo Sánchez Vázquez
Víctor Flores Olea   |   En días pasados, en la Facultad de Fi­losofía y Letras, tuvo lugar un muy pertinente homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez, con motivo del centenario de su nacimiento. Homenaje pertinente porque Adolfo fue sin duda uno de los profesores que más prestigio le han conferido a esa facultad universitaria y porque, en su campo, abrió ojos y caminos no sólo para estudiantes y profesores, sino porque al nivel de las polémicas universales que se despiertan alrededor de estos temas, el nombre de Adolfo Sánchez Vázquez está siempre presente como uno de los fundamentales. Nos enorgulleció su amistad y ahora nos llena de alegría el prestigio general que ha cobrado, como un gran intelectual que, desde la izquierda, supo llevar a lo más alto sus explicaciones e interpretaciones. Adolfo se hizo universal por propio mérito y así es considerado hoy por colegas de prácticamente todas partes del mundo.

Es muy impresionante su trayectoria. Desde los primeros años, en su natal Algeciras, despertó en él poderosamente el sentimiento de solidaridad que se debe a los más necesitados y este aspecto de su carácter, que fue en su vida aspecto central de su voluntad y vocación, fue seguramente uno de los motivos fundamentales de Adolfo Sánchez Vázquez como militante de izquierda, y posteriormente, de su muy completa formación intelectual en torno al marxismo, que fue sin duda, ya como profesional, uno de los aspectos más atractivos de su existencia.