“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

25/8/09

Los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud


Omar Montilla

El título es una cita apócrifa de la obra teatral "Don Juan Tenorio", pero que se le ha atribuido en todos los países de habla hispana hasta el extremo de que habría que incluirla en las futuras representaciones que se hagan, con el debido permiso de don José Zorrilla, su autor. El origen de la expresión se encuentra en una antigua traducción que se hizo al castellano de la comedia francesa “Le Menteur” (El Mentiroso), que Pierre Corneille escribió en 1644. Hay una escena muy divertida donde el mentiroso, llamado Dorante, hablando con su criado de nombre Clitón, afirma haber matado a su rival, un personaje de nombre Alcippe.

Desmintiendo a las afirmaciones del “menteur” Dorante, aparece Alcippe en la escena anunciando alegremente su futura boda con una dama llamada Clarice. Clitón reflexiona irónicamente sobre el evento que está viviendo, haciendo uso de una frase que con el tiempo ha llegado a ser la siguiente: "los muertos que vos matáis gozan de buena salud", y que originalmente, en el texto de Corneille, dice así: - "les gens que vous touez se portent assez bien". La mejor traducción sería: “Las personas que vos matáis tienen bastante buena salud”, o, según una traducción muy autorizada: “Observo que vuestros muertos gozan de una salud envidiable”. La traducción que inicialmente se hizo al castellano, devino después en la conocida "Los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud".

Resulta obvio que refiriéndonos a la salud de nuestro querido Fidel, los pronósticos de los mentirosos de siempre, han quedado simplemente en eso: pronósticos. No queda ninguna duda que Fidel algún día morirá, porque afortunadamente nadie es eterno; pero lo hará a su debido tiempo, cuando le toque su turno y no cuando le parezca a la canalla de siempre.