“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/10/13

La rebelión absoluta del Movimiento Dada

Hans Heinz Holz  |  Su emblema no fue la flor azul, sino Anna Blume, el "animal bobo", la imaginaria amada non sense de Kurt Schwitters, a la que éste dedicó sus lánguidas parodias. El lema escogido era lo sin sentido, pero transparentaba un sentido destrozado; a veces, la perspectiva tiene mayor importancia, otras menos. Cuando Schwitters dio a sus creaciones el título global de Merz, que tomó de la sílaba intermedia de la palabra Kommerzbank (Banco del Comercio), lo hacía con la voluntad de descomponer estructuras existentes y disolverlas en sus partes constitutivas. No fue casual que una honorable institución del orden social y económico imperante se convirtiera en objeto simbólico de este proceso de descomposición; hay bastantes collages de Schwitters que dejan ver claramente la dirección de su intención. La "Merz-Blume" hannoveriana de

Walter Benjamin, productivista

Walter Benjamin ✆ Matthew Dear
Acaba de publicarse “Walter Benjamin, productivista” en forma de cuaderno bilingüe castellano/inglés. Este ensayo estudia una de las piezas fundamentales en la construcción histórica de una teoría estética materialista en la década de 1930: el par que conforman los textos de Walter Benjamin sobre la reproductibilidad técnica de la obra de arte y la práctica cultural como producción. Plantea la íntima relación que el trabajo de Benjamin (estudiado académicamente de manera habitualmente aislada de las derivas militantes que le son contemporáneas) mantiene en ese periodo con planteamientos de ruptura de otros autores politizados como Bertolt Brecht y Sergei Tretiakov.

El objetivo de este texto es menos hermenéutico o académico que militante: reactivar a Benjamin políticamente significa tomarse en serio el envite con el que concluye su ensayo sobre la obra de arte: volvemos a estar en una época en la que resulta inescapable tomar parte en la oscilación que nuestras sociedades experimentan entre el crimen del autoritarismo sistémico y la transformación revolucionaria. 
 
>> Texto completo | PDF: 36 pp.

León Trotsky: “La creación espiritual necesita libertad”

Mural, fragmento ✆ Riego Rivera
Sonny Pimentel  |  Se dice que el arte no se puede juzgar por la afiliación política del artista, pero que el contexto en el que se produce la obra, como la vida y la época en la que éste vivió, es una herramienta para comprenderla. Por otra parte, el arte que se produce en cualquier sociedad es, efectivamente, el reflejo de esa sociedad, y ésta se desarrolla a través de un periodo de transición. León Trotsky decía que el arte revolucionario aún no existía, sino que eran elementos, signos, tentativas; incluso se preguntaba cuánto tiempo se necesitaba para que ese arte se manifestara de manera decisiva. La respuesta se encontró después, en el trabajo de los artistas que surgieron durante la revoluciones de varias naciones durante siglo XX: André Breton, Pablo Picasso, Louis Aragon, Diego Rivera, entre otros. Estas