“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/6/15

Auditoria ciudadana

Gustavo Márquez Marín   |   La corrupción es inherente al capitalismo. Nace de la expropiación por el capitalista del producto excedentario del trabajo asalariado y de la privatización de los bienes sociales. Se hace cuando se asocian funcionarios públicos con “agentes económicos” corruptos, para acumular riqueza medrando en el patrimonio social. Su sustrato es la cultura darwiniana que al romper la ética societaria del ser humano, lo sitúa en la perspectiva individualista que supedita el “ser” al “tener” y coloca como valor fundamental el lucro. Es un hecho cultural que motiva la formación del capital a través de la defraudación de los recursos públicos. El capital de la pseudoburguesía venezolana en cierta medida se origina en la rapiña de los dineros públicos. La IV República colapsa en medio de múltiples escándalos de corrupción y la lucha contra ella es una de las banderas de la V República.