“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

10/9/16

Robótica, productividad y geopolítica

Los temores del G-20 en Hangzhou. Fenómenos políticos y nuevos experimentos. Acuerdo Transpacífico, globalización, democracia liberal y autonomía nacional. Estados Unidos y China: tecnología y productividad.
Paula Bach
Hace unos días culminaba la reunión del G-20 en Hangzhou, China, concluyendo en su declaración que el año 2016 podría ser el más peligroso económicamente desde 2009. El organismo realizó múltiples advertencias entre las que resaltan el crecimiento de la desigualdad, el descenso o estancamiento del ingreso real de entre el 65 y el 70% de los hogares en las economías avanzadas, la inseguridad en el mercado laboral, la crisis mundial de refugiados sin precedentes, o el riesgo de una escalada proteccionista y la necesidad de señalar las “ventajas” de la globalización, entre muchos otros. Entre tantas apreciaciones más o menos esperables, llama la atención la referencia simultánea tanto a la debilidad de la inversión y la productividad en “algunos países” –léase, los centrales- como a la necesidad de enfrentar una “próxima revolución de la producción”.

La soledad de Maquiavelo y la risa del Lenin. O lo subjetivo desajustado

Todo descubrimiento es tan peligroso para su autor como para el navegante la búsqueda de aguas y tierras desconocidas; no obstante estoy determinado a abrir una nueva vía...Maquiavelo, N., Discursos sobre la primera década de Tito Livio
Natalia Romé
En un prólogo escrito por Althusser para el libro de Dominique Lecourt, Lyssenko. Histoire réelle d’une ‘science prolétarienne’ publicado en la colección Théorie, dirigida por el propio Althusser, leemos:
...nosotros sabemos, nosotros que no tenemos ninguna religión, ni siquiera la de nuestra teoría, y menos todavía la de los fines de la historia, que la lucha de clases no se efectúa jamás en la transparencia, y que el proletariado (…) no es transparente para sí mismo, clase heterogénea que debe siempre forjar su unidad. En la lucha de clases el proletariado llega a descifrar y afrontar realmente las relaciones de fuerzas en las que se halla involucrado, llega a conquistar poco a poco su unidad (…) Nada de eso se hace en la claridad de una conciencia pura frente a una objetividad pura de la situación (Althusser, 2008 [1976]: 253).
No se trata de cualquier reflexión filosófica. Se trata de una manifiesta toma de posición en la situación. Como reseña Yves Sintomer, este texto breve publicado con el sugestivo título “Historia terminada, historia interminable”, constituye la primera crítica pública de Althusser al régimen soviético (cfr. Althusser, 2008: 249). Una vez más, como aquellas intervenciones de principios de los sesenta, ésta acierta en colocar una tesis de profunda densidad teórica que conmueve los pilares de la filosofía, en la misma medida en que produce un cierto desajuste en la propia escritura althusseriana.