“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

5/9/17

El huracán Harvey no salió de la nada

Naomi Klein 


Ahora es el momento de hablar sobre el cambio climático y todas las demás injusticias sistémicas –desde realizar detenciones e interrogatorios basados en el perfil racial hasta la austeridad económica– que transforman desastres como Harvey en catástrofes humanas. Busquen la cobertura mediática sobre el huracán Harvey y las inundaciones en Houston, y oirán acerca de cómo este tipo de lluvia no tiene precedente. Escucharán acerca de cómo nadie lo vio venir, así que nadie se podía preparar adecuadamente.

De lo que oirán muy poco es acerca de por qué estos eventos climáticos sin precedentes, históricos, ocurren con tanta regularidad, que decir histórico ya se volvió un cliché meteorológico. En otras palabras, no escucharás hablar mucho, si es que algo, sobre el cambio climático. Esto, nos dicen, es porque se busca no politizar una tragedia humana que todavía está en desarrollo, lo cual es comprensible, pero aquí está el detalle: cada vez que hacemos como que un suceso meteorológico nos llega de la nada, como alguna acción de Dios que nadie pudo predecir, los reporteros toman una decisión extremadamente política. Es la determinación de no herir sentimientos y evitar la controversia, a costa de la verdad, por más difícil que sea.