“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

1/8/12

El eclipse de Venus / La danza de los astros en un universo sin tiempo y sin límites en este diminuto planeta

Álvaro Cuadra

Especial para La Página
La magia de las nuevas tecnologías ha hecho posible observar un fenómeno celeste en “vivo y en directo”. Hemos visto transitar el planeta Venus frente al sol, alineado con la Tierra el cinco de junio de este año. Apenas un punto negro recortándose contra la luz enceguecedora del Sol. No es necesario ser astrónomo para saber que no somos nada distinto. Nuestro planeta entero es, también, observado desde Marte, un punto oscuro que atraviesa nuestra estrella.

Hay un extraño sentimiento, no exento de secreto pavor, saberse el habitante de un punto suspendido en el vacío, vagando alrededor de la luz. Rara vez pensamos estas cosas, sumidos como estamos en el despertador, las cuentas por pagar o aquella reunión tan importante que nos reclama a primera hora. La curiosidad y el deslumbramiento extático lo hemos relegado a nuestros primeros años. Es en la infancia cuando asistimos embobados al espectáculo del mundo y nos hacemos esas preguntas fundamentales, la mayoría de las cuales solo tienen como respuesta un signo de interrogación.