“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

10/2/09

No creo que votes por el SÍ, pero lee esto...

Carta semi-abierta al que está casado con mi prima

Si hay alguien digno de ser considerado amigo, ese eres tú. Si hay alguien que goce de tanta consideración en nuestra abundosa y querida familia eres tú, a pesar de que la inmensa mayoría, y tú lo sabes milita en las filas de la revolución o está dispuesta a apoyarla; pero  te estiman y te quieren y te respetan y nunca, que yo sepa, alguien se atrevido a denostar tu posición política.

El respeto y consideración que te has ganado en esta familia, a la que voluntariamente te adheriste, me permite escribirte estas cortas líneas, no con el ánimo de convencerte y que votes a favor de la enmienda constitucional propuesta, sino para hacerte saber de algunas razones que tenemos otros miembros de la familia para hacerlo y que posiblemente no conozcas.

En primer lugar, la enmienda no es ilegal, es legítima. No busca perpetuar un hombre en el poder para siempre, porque yo tampoco estoy de acuerdo con ello, sino reconocer una realidad que hoy día es patente en nuestro país. No existe, ni creo que existirá en muchos años un hombre de la talla moral y política de Chávez y perderlo traería serios inconvenientes al país. A pesar de todos los intentos de la derecha exógena, Venezuela goza de estabilidad política, económica y social. Chávez ha logrado preservar las reservas internacionales para todos nosotros y no para un grupito que antes las saqueaban. Desgraciadamente no tenemos todavía dirigentes dentro de la revolución que, al menos por ahora, puedan sustituir a Chávez; pero si examinas el cuadro que presenta la oposición, eso sí es para ponerse a llorar, pero de verdad.

Yo te invito Carlos, a pensar un momento en los líderes que tiene la oposición y colócalos en Miraflores. Piensa en lo que pasaría en el país, entregando a los capitales extranjeros a tu CANTV, a la industria eléctrica, a la industria petrolera. Piensa lo que pasaría con Mercal y PDVAL. Piensa en lo que pasaría con Barrio Adentro, pues más de 30 mil médicos saldrían del país, y desgraciadamente no estamos en capacidad de sustituirlos. Los avances deportivos que hemos logrado se borrarían, porque los técnicos que nos han ayudado a salir del anonimato ya no estarían más.

Diariamente Chávez recibe los peores insultos. Pero nunca nadie ha dicho ni dirá que es un ladrón. Gracias a esta “pequeña” cualidad nuestro país ha recobrado su autoestima. Nada ni nadie es perfecto, menos Chávez, pero no podemos sacarle el hombro en esta ocasión. En 2000 años el cristianismo, a pesar de los esfuerzos realizados, no ha podido solucionar los problemas del mundo que le corresponde; y exigirle a Chávez que lo haga en un período de 10 años me parece una exageración. Pero hemos logrado muchas cosas y tú lo sabes.

Chávez predica con el ejemplo y si tú realmente lo conocieras en lo personal, como lo conozco yo, no vacilarías ni un momento en apoyarlo. Algo tiene que haber percibido mi tía Isabel, que es tu suegra, para que a sus casi 97 años [*] desborde tanto amor y esperanza en Chávez. Yo creo realmente que la vida de mi tía Isabel se ha prolongado --a lo mejor tú compartes esta opinión-- por las alegrías que le proporciona tener en Venezuela a Hugo Chávez, y este no es un caso único.

No estamos votando para que Chávez se quede para siempre. No estamos votando por una reelección indefinida. Estamos votando para que, llegado el momento, se permita que Chávez se postule como candidato y pueda competir con otros que tendrán las mismas aspiraciones. Nada más. Albergamos la esperanza que en los 4 años de ejercicio que le restan a Chávez pueda seguir haciendo un buen gobierno. Si no lo hace, que entonces no cuente con mi voto, ni con el tuyo, ni con el de mi tía Isabel.

[*] Perdóname tía Isabel por revelar públicamente los años que tienes en el alma, pero no tenía otro mejor ejemplo que dar. Reconocer que a tu edad puedas ser tan chavista como revolucionaria, es un verdadero orgullo para todos nosotros en la familia a la que tú alumbras con tanto amor.