“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

3/8/12

El nacionalismo alemán durante el siglo XIX

Glorimar Rodríguez González

El siglo XIX fue época de florecimiento de ideologías. Una de las ideologías que marcó este siglo, y el siguiente, fue el nacionalismo. Ernest Gellner define nacionalismo como un principio político que sostiene que debe hacer congruencia entre la unidad nacional y la política.(1) Para los nacionalistas, es inaceptable que un foráneo dirija su gobierno.(2) Esto quiere decir, que el nacionalismo es una teoría de legitimidad política que dispone que los límites étnicos no deban contraponerse a los políticos.(3) Este movimiento, con las influencias de las ideas de libertad y nación junto al romanticismo, va a convertirse en una fuerza de las naciones sometidas a otros estados y en los casos de que estén divididas lucharán por lograr su unidad.(4)

El movimiento cultural que dio un gran impulso al nacionalismo fue el romanticismo.(5) Donde mejor se vio ejemplificada la relación de ambos fue en Alemania.  El nacionalismo acabó dominando tanto la política como el pensamiento alemán.(6) Decía el francés Lamenais, que el alma de los pueblos estaba por encima de su organización material.(7) Los alemanes coincidieron totalmente con el pensamiento del francés Lamenais.(8)

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El nacionalismo tenía como base la voluntad del pueblo de identificarse emocionalmente con su nación y de movilizarse políticamente.(9) No hubo un solo nacionalismo, ya que se iba desarrollando de distintas maneras en las diversas naciones europeas. Los nacionalistas tenían como objetivo resistir, expulsar, derrotar, conquistar, someter o eliminar al extranjero.(10) Los políticos nacionalistas afirmaban la  causa nacional y excluía a todas las demás. Este movimiento político era fundamentalmente territorial, su modelo básico era el estado territorial de la Revolución francesa. La periódica emigración y el asentamiento de campesinos rebeldes reforzaban las comunidades exiliadas.(11)  Fue con estos movimientos que las ideas de la Revolución francesa se expandieron.(12)

El pietismo del siglo XVIII influyó en el nacionalismo alemán del siglo XIX y en sus unificadores.(13) Se veía una unión entre el amor a Dios al amor de la patria.(14)  Parte del movimiento del romanticismo que estuvo con el pietismo aportó el peso emotivo al nacionalismo de Alemania.(15)

Mapa del proceso histórico de la unificación alemana

Decía Friedrich von Schlegel que los recuerdos nacionales eran clave de la supervivencia histórica.(16) La autoconciencia se definía en Alemania como el espíritu popular. Por ende, la historia era la autoconciencia de una nación.(17) Lammenais dijo: “reconoce a la revolución como tu madre”. Pero los alemanes, a diferencia de los franceses, no tenían ninguna revolución que recordar.  Así que  cuando las asociaciones de estudiantes organizaron una manifestación por la libertad, escogieron el castillo de Warburg de Lutero por sus vínculos históricos.(18) La mitología patriótica exageró mucho el grado de sentimiento nacional contra Napoleón, ya que Francia era muy popular en la Alemania occidental.(19)

La nación era el intermediario entre el individuo y un esquema personal de ética y de valores, por ende, no era posible la vida ni la creatividad fuera de la nación. Según el filósofo alemán Fichte, la unidad de pensamiento y de acción sólo podía alcanzarse dentro de una nación que fuese una comunidad histórica válida, definida según el movimiento literario.(20) También decía que a través de la educación se podía integrar a los individuos en el grupo nacional. Para el 1840, la mayoría de la población alemana era alfabetizada.(21)  En otros países europeos la alta tasa de analfabetos no afectó en la existencia de una conciencia política.(22) En el 1870, Alemania encabezaba el número de universitarios con 17,000.(23)

Las escuelas representaban una ventaja al Estado, y es que se les enseñaban a los niños ser buenos súbditos y ciudadanos.(24) Era el Estado un instrumento  para la protección y transmisión de la cultura.(25) La educación fue el mejor medio de propaganda para ese entonces.(26) Según Fichte, había que integrar a los individuos en el grupo nacional a través de la educación, la cual borraría la voluntad individual y  los integraría en una lealtad y una libertad más elevadas.(27) 

Las universidades alemanas serán el lugar donde se desarrollen las formulaciones teóricas más completas del nacionalismo.(28) Para los alemanes Herder, Fichte y Hegel la nación es un organismo natural y primitivo, dotado de genio específico que encontraba su expresión en el lenguaje, las costumbres y la historia, y que se encontraba por encima de la voluntad de los la voluntad de los individuos.(29) Por ende, el nacionalismo podía efectuarse por encima de la voluntad de los pueblos.

En cuanto a la lengua, los nacionalistas la consideraban como base de la nación y era el principal rasgo que unía a todos los componentes de una nación.(30) Decía Fichte que “quienes hablan la misma lengua constituyen un todo que la naturaleza misma ha unido de antemano con múltiples vínculos invisibles”. La lengua es parte de la formación ofrecida por el Estado y son creaciones semiartificiales que sólo tienen consecuencias indirectas sobre el nacionalismo moderno.(31) A través de la enseñanza del idioma nacional se logró que se estableciera en el idioma hablado y escrito en los pueblos.(32) Desde el momento que se comienza a escribir o traducir libros y periódicos en la lengua de ese pueblo, se da un paso importantísimo a la evolución nacional.(33) Esto se vio reflejado en las décadas de 1830 a 1840 en muchas partes de Europa, especialmente en Alemania.  Europa central se llenó de nacionalistas alemanes con nombres eslavos y de magiares, cuyos nombres eran la traducción literal de alemán o adaptaciones de nombres eslovacos.(34) 

Durante la primera mitad del siglo XIX las clases de negociantes que surgieron en aquel período eran paradójicamente un elemento un poco menos nacionalista.(35) A pesar de que  Alemania estaba todavía desunida tuvo un mercado nacional unificado que le fue muy beneficioso.(36)

Fichte veía en la clase media alemana como un elemento destructivo de la nación.(37) Esta clase, por su carácter ambicioso, tenía relaciones por encima de las fronteras nacionales.(38) Por ende, Fichte insistió en la integración de todas las clases y rechazó  la estructura de clases sociales.(39) Pero él no fue el único, Hackleander en su novela Wandel und Handel (1850), que trataba sobre un comerciante que se volvió loco por las confusiones que le causaba viajar por el extranjero y Gustrav Freytag en su obra Soll und Haben (1855), indicaba que las clases medias debían llevar una vida estable y con un arraigo nacional.  Decía el periodista e historiador alemán Wilhelm Heinrich Riehl, que el poder material y moral de las clases medias constituía un peligro para la nación ya que,  estaban en constante movimiento y se regían por la competencia, cuando las bases de la preservación de la nación eran la estabilidad y la armonía.(40) Así que los nacionalistas alemanes se aferraban a las antiguas costumbres.

Los románticos y los conservadores no sólo trabajaban por el fortalecimiento de la conciencia nacional, sino que también los liberales aportaban ya que pensaban que la libertad individual y el desarrollo económico acabarían produciendo una nación fuerte.(41) El alemán liberal Wilhelm von Humbold decía que sólo había dos realidades “Dios y la nación.”(42) Él decía que el hombre no es nada por sí solo.  Este ideal se llevó por delante las ideas humanitarias y cosmopolitas más antiguas del siglo anterior.(43) Para los alemanes el liberalismo se convirtió en liberalismo nacional, el estado histórico era más importante que la libertad histórica.(44) Los alemanes liberales estaban dispuestos a sacrificar los principios liberales, con excepción del libre comercio.
La libertad que se alcanza a través de la integración de grupo con unidad de pensamiento se le conoce como Volk.  Friedrich Ludwing Janh glorificaba el Volk alemán en su libro Volktum (1810) ya que representaba a toda la humanidad y que tenía el deber de civilizar al mundo por la fuerza.(45) Él indicaba que la fuerza del todo era la nación alemana elegida por Dios como el único Volk.(46) Este nacionalismo tenía influencias del movimiento romántico. Janh estuvo involucrado en la creación de las hermandades “Turnerschaften” y “Burschenschaften”  en la que se agrupaban estudiantes, las cuales se convirtieron en instrumentos de la unidad alemana.(47) Éstos se reunían en Wartburg, Turingia que simbolizaba un pasado alemán glorioso. Este nacionalismo romántico estaba dirigido en contra de Francia, ya que habían sido sus invasores recientemente. Se veía explícitamente tendencias hacia un racismo. El pensamiento racista fundó mucho de sus juicios en un concepto de belleza que se había convertido en parte de la autorrepresentación de la nación.(48) El racismo se impregnó en el nacionalismo convirtiéndolo en un instrumento  de la lucha de la raza por la dominación.  En otros países surge el sentimiento nacionalista como respuesta a esa dominación.

Los alemanes entendían que una nación era grande si alcanzaba una supremacía cultural.(49) Esto no fue necesario en países como Francia o Inglaterra ya que tenían un pasado inmediato glorioso, pero la desunida Alemania sólo había experimentado decepciones políticas: la guerra de los Treinta Años, el dominio francés, el rechazo de las aspiraciones nacionales por el Congreso de Viena y su represión por la reacción.  Después de 1848 hubo una intensificación del nacionalismo de índole cultural.(50) Este movimiento exigía una fidelidad total en la que los individuos debían integrarse completamente en el “Volk”. Se consideraba que la libertad era para efectuar esa integración.(51) Los alemanes creían que mientras estuviesen unidos por un verdadero espíritu nacional, habría felicidad mayor para todos.(52) Se le comenzó a dar énfasis a la cultura oral (cantos, epopeyas entre otros),  las costumbres y formas de vida.(53)

El nacionalismo alemán pasó de la fase folklórica y sentimental a uno político.(54) El apoyo hacia este tipo de nacionalismo provino de la clase media.(55) Éste duró hasta mediados del siglo XIX.

Después de 1848, en Alemania hubo una insistencia de que los hombres tuviesen un grado de mayor justicia social.(56) Los nacionalistas empezaron a interesarse por enraizar la conciencia nacional entre las numerosas clases trabajadoras.(57) La legislación social de Otto von Bismarck formaba parte de esta nueva atmósfera nacionalista posterior a 1848. 

Bismarck, artífice de la unificación alemana, decía que el estado era un instrumento de poder que iba dirigido a mantener la seguridad de la nación frente a las perturbaciones tanto internas como externas.(58) Luego del fracaso de 1848, Bismarck quedó convencido que Alemania corría peligro si no llegara a ser un estado.(59) El concepto de Bismarck sobre el nacionalismo era la función del estado de salvaguardar su territorio y su poder, pero rechazó la unidad cultural y la agresividad en beneficio del “Volk”.(60) Su concepto de nacionalismo no se transmitió, ya que terminó dominando el nacionalismo cultural.(61) Y este último terminó convirtiéndose en Alemania en un nacionalismo racista. Entre los años 1850 y 1870 tuvo lugar un cambio para la geografía política de Europa. Surgieron dos estados nuevos en regiones donde los sentimientos nacionales fueron la base para lograr la unificación: Italia y Alemania.

Los cincuenta años antes del 1914 fueron de carácter xenofóbico.(62) Fue una era de movilidad y migración masiva. La xenofobia se daba fácilmente entre los comerciantes, los artesanos y algunos campesinos amenazados por el progreso de la economía industrial.(63)  El extranjero simbolizaba la perturbación de los viejos hábitos.(64) Cuanto más intensos eran los movimientos migratorios más rápido se desarrollaban las ciudades. Alemania fue una gran nación migratoria.(65) Los alemanes solían enviar a sus hijos como colonos campesinos a Europa oriental y a América, como artesanos móviles por todo el continente y como mercenarios a todas partes.(66)

El movimiento nacionalista que se desarrolló en Alemania tenía con fin el dominio de otras naciones ya que sólo su nacionalismo era auténtico.(67) Para finales del siglo XIX el liberalismo nacional en Alemania dio un giro hacia una política expansionista apoyada por una fuerte potencia militar.(68) El político, escritor e historiador alemán, Heinrich von Treitschke, definía el Estado como la organización de la nación en función del poderío y que únicamente un Estado militar respondía a este ideal.(69)

El nacionalismo se ha manifestado de diferentes maneras. Por ende, es una ideología un poco difícil de definir. Como todo en la vida, el nacionalismo fue y va evolucionando. Ha ido adaptándose a unas necesidades específicas de un pueblo. Como vimos en el caso de Alemania, el nacionalismo que se desarrolló en el siglo XIX atendía la necesidad de un vacío patriótico que tenía y este movimiento satisfacía sus deseos y ambiciones. A pesar de que Alemania y Francia son países vecinos, este movimiento se desarrolló de diferentes maneras. El nacionalismo en Alemania se vio muy marcado en el siglo XX bajo el ideal “nazi”, ya que tenía en mente la expansión y un marcado racismo.  El cual marcó no tan sólo la historia de Europa sino la del mundo.

Notas

(1) Ernest Gellner,  Naciones y nacionalismo,  (Madrid: Alianza Universidad, 1994), 13.
(2) Gellner,  Naciones…, Op.Cit. 13.
(3) Ibid, 14.
(4) “El nacionalismo en el siglo XIX: conceptualización y tipología”, http://bachiller.sabuco.com/historia/nacionalismo.pdf (accedido el 15 de noviembre de 2010).
(5) George L. Mosse,  La cultura europea del siglo XlX, (Barcelona: Editorial Ariel, 1997) 71.
(6) Ibid.
(7) Ibid.
(8) Ibid.
(9) Eric Hobsbawm,  La era del imperio, (Barcelona: Editorial Crítica, 2007), 153.   Los nacionalistas justificaban la voluntad de movilizarse políticamente como una explotable.
(10) Mosse,  La cultura europea…, Op.Cit.,  86.
(11) Eric Hobsbawm,  La era de la revolución, (Barcelona: Editorial Crítica, 2005),147.
(12) Ibid.
(13) Mosse,  La cultura europea…, Op.Cit.,  99.
(14) Ibid.
(15) Ibid, 100.
(16) Ibid. 73.
(17) Ibid.
 (18) Ibid.
(19) Eric Hobsbawm,  La era de la revolución…,  Op. Cit., 140.  Sobre todo entre los soldados.
(20) Ibid, 74.
(21) Ibid, 140.
(22) Ibid, 142.
(23) Hobsbawm,  La era del capital, (Barcelona: Editorial Crítica, 2007), 105.
(24) Hobsbawm,  La era del imperio, Op.Cit.,160.
(25) Anthony D. Smith, Nacionalismo y modernidad, (Madrid: Ediciones Istmo, 2000), 180.
(26) Hobsbawm,  La era del imperio, Op.Cit.,160.
 (27) Mosse,  La cultura europea…, Op.Cit.,  74.
(28) “Herder y el nacionalismo”, http://www.scribd.com/doc/7679287/herder-y-el-nacionalismo-Comentario-guiado (accedido el 17 de noviembre de 2010).
(29) Ibid.
(30) “El nacionalismo en el siglo XIX: conceptualización y tipología”, http://bachiller.sabuco.com/historia/nacionalismo.pdf (accedido el 15 de noviembre de 2010).
(31) Smith, Nacionalismo y modernidad, Op.Cit., 223.
(32) Hobsbawm,  La era del capital, Op.Cit., 106.
(33) Hobsbawm, La era de la revolución, Op.Cit., 142.
(34) Hobsbawm,  La era del imperio, Op.Cit.,161.
(35) Hobsbawm, La era de la revolución, Op.Cit., 140.
(36) Ibid, 168.
(37) Mosse,  La cultura europea…, Op.Cit.,  74.
(38) Ibid.
(39) Ibid.
(40) Ibid., 75.
(41) Ibid., 85.
(42) Ibid., 75.
(43) Ibid.
(44) Ibid., 100.
(45) Ibid., 76.
(46) Ibid.
(47) Ibid. Los que no fueran alemanes estaban totalmente excluidos.
(48) Ibid, 84.
(49) Ibid, 77.
(50) Ibid, 100.
(51) Ibid.
(52) Ibid, 103.
(53) Hobsbawm,  La era del capital, Op.Cit., 96.
(54) Ibid, 101.
(55) Ibid.
(56) Mosse,  La cultura europea…, Op.Cit., 98.
(57) Ibid.
(58) Ibid., 101.
(59) Ibid.
(60) Ibid.
(61) Ibid.
(62) Hobsbawm,  La era del imperio, Op.Cit.,162.
(63) Ibid.
(64) Ibid.
(65) Hobsbawm,  La era de la revolución,  Op. Cit., 142.
(66) Ibid.
(67) Ibid, 87.
(68) Wolfgang J. Mommsen, La época del imperialismo: Europa 1885-1918, (México: Siglo XXI Editores, 1984), 15.
(69) Ibid.

Bibliografía

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Hobsbawm, Eric.  La era del capital.  Barcelona: Editorial Crítica, 2007.
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