“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/9/13

Capitalismo, Socialismo y Comunismo | Recuperando el verdadero sentido de las palabras. Combatiendo prejuicios

José López  |  Lejos de lo proclamado por los propagandistas del actual sistema capitalista, el verdadero socialismo y comunismo no tienen casi nada que ver con lo que existió en los regímenes de la Europa oriental en el siglo XX. Basta con leer a los padres del marxismo para descubrir que así como Jesucristo no es responsable de los crímenes cometidos por la Santa Inquisición, Marx y Engels no lo son (por lo menos no por completo, pues algunos de sus errores, sin embargo, sí contribuyeron) de las experiencias prácticas distorsionadas que pretendían instaurar, en su nombre, el “socialismo real” como etapa intermedia hacia el comunismo. No hay que confundir estalinismo con socialismo, menos aun con comunismo. Como tampoco hay que confundir la “democracia” liberal con la democracia. En definitiva, no hay que confundir la etiqueta de la botella con su contenido. Lo verdaderamente importante es el contenido. Hay que distinguir entre lo buscado y lo encontrado, entre un concepto teórico y su aplicación práctica, la cual puede ser contraria al primero. Que un partido se autoproclame como socialista no significa que lo sea,