“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

27/9/12

Las dos campanas de Ernest Hemingway

Ernest Hemingway 
  Fernando Vicente
Diego M. Vidal

La CIA iluminó las sombras en la vida del autor de “Adiós a las armas”, a través del trabajo de un historiador orgánico de la agencia. Nicholas Reynolds publicó "Ernest Hemingway, espía en tiempos de guerra", basado en documentos desclasificados por Langley, donde el barbado escritor queda expuesto como doble agente durante los albores de la Guerra Fría.

Esta revelación extrañamente no tuvo la repercusión esperada, aún cuando vio la luz en vísperas de cumplirse 60 años del clásico "El viejo y el mar" (publicada en la revista estadounidense "Life" el 1° de septiembre de 1952) y sólo mereció un excelente artículo del periodista chileno Carlos Basso en el sitio Diario W5 de Chile. Sin embargo, el vínculo de Hemingway con el mayor servicio de espionaje occidental ya había sido sugerido por la investigadora británica Frances Stonor Saunder, quien publicó en 1999 su libro "Who paid the piper? The CIA and the cultural cold war" (¿Quién pagó la música? La CIA y la guerra fría cultural). En él desarrolló los lazos de la inteligencia de Estados Unidos con un impresionante número de artistas, músicos e intelectuales de todo el mundo, en pos de anular la influencia y avance nazi, primero, y soviético después. Pero la novedad de lo que salió a la superficie sobre el pasado de “Papa” Hemingway fue su binaria lealtad al Kremlin y la Casa Blanca. 

El 25-S, la policía y el futuro de España en el mundo

Jon Juanma

Especial para La Página
¿Qué ocurrió el 25S? No solo vimos cómo se produjeron cargas indiscriminadas contra los manifestantes que mayoritariamente se manifestaban pacíficamente en las calles, sino también un Estado de Excepción en el perímetro largo del Congreso en Madrid: calles cortadas, prohibición de la libre circulación por el territorio nacional, etc. Se impidió la libre circulación de personas y ciudadanos, lo cual no es solo anticonstitucional sino que rompe la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 también ratificada por el actual Reino de España. En opinión de quien les escribe nos falta una organización revolucionaria seria que impida lo que pasó el martes, esto es: que la policía dirigida desde Interior (muñecos de la burguesía) hiciera con nosotros los manifestantes lo que quisiera desde el principio, llevándonos como borregos al matadero/palizero desde los puntos de encuentro. Esto no quita para que denuncie el comportamiento de manifestantes violentos (infiltrados o no) que van desde los policías y paramilitares contratados hasta (algunos) adolescentes con exceso de testosterona.