“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

5/5/12

La estatua de Karl Marx

Manuel Luis Rodríguez

Las estatuas no hablan, no piensan, no miran, no discuten e incluso jamás nos hacen un guiño con su ojo izquierdo. Pero la estatua de Karl Marx, ese enorme ícono del pensamiento social y político del siglo XX, que ya trastornó el mundo burgués en el siglo XIX impulsando la formación del movimiento social y obrero en la Europa decimonónica de la revolución industrial, nos resulta todavía hoy un incómodo monumento a la verdad científica, a la honestidad intelectual y a la crítica social, que muchos han querido abandonar en el olvido, deformar en el camino o fijar en el tiempo, tratando de convertirla en un altar absoluto y supremo del dogma intocable y de la verdad revelada.

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El problema político e intelectual mayor de Karl Marx, la estatua, es que en cada uno de los pliegues de su obra económica, social, política e histórica, surge abierto o velado un llamado ético a la conciencia moral de nuestra época: el clamor sordo y multitudinario de los millones de desamparados, excluidos, indignados, explotados, alienados y desfavorecidos por este sistema capitalista mundial, en reclamo por más libertad, justicia e igualdad, un clamor que se ha convertido a lo largo de la historia contemporánea en una apasionada batalla social y política por pensar, construir y poner en marcha un modelo de Estado y de sociedad distinto, donde esos valores pudieran plasmarse en la realidad.

Cartagena / Más allá del escándalo del Servicio Secreto

Cartagena / Plaza de Santa Teresa
Noam Chomsky

Aunque acompañada por el escándalo del Servicio Secreto, la Cumbre de las Américas del mes pasado en Cartagena, Colombia, fue un acontecimiento de gran importancia. Hay tres razones principales: Cuba, la guerra contra el narcotráfico y el aislamiento de Estados Unidos.

Un titular en el Jamaica Observer decía: “Cumbre muestra en qué medida se ha desvanecido la influencia yanqui”. El artículo reporta que “los grandes puntos en la agenda fueron el lucrativo y destructivo comercio de drogas y cómo los países de toda la región podían reunirse mientras excluían a una nación, Cuba”.

Las reuniones terminaron sin acuerdo debido a la oposición de Estados Unidos a esos asuntos: una política de despenalización de la droga y la proscripción de Cuba. El continuo obstruccionismo estadunidense bien podría conducir al desplazamiento de la Organización de Estados Americanos por la recientemente formada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, de la cual se excluye a Estados Unidos y Canadá.

Las "Estrategias de Superación" del hambre, según el Banco Mundial

Vicent Boix

Especial para La Página
En 2011 se desató una terrible hambruna en el Cuerno de África que amenazó las vidas y los medios de subsistencia de más de 12 millones de personas, principalmente en Somalia, Yibuti, Etiopía y Kenia, aunque la situación se extendió a Sudán y a ciertas regiones de Uganda. Se han relatado situaciones caóticas y las muertes por inanición se calculan entre 50.000 y 100.000, según Oxfam y Save the Children.1 La situación estaba mejorando ligeramente en la región, gracias la acción humanitaria y a las lluvias que tuvieron lugar a finales de 2011,2 pero a pesar de todo, 8 millones de personas siguen recibiendo atención humanitaria y la FAO ha lanzado una alerta porque el pronóstico para la próxima temporada de lluvias parece indicar que lloverá menos de lo previsto.3