“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

24/10/15

La industria cultural en Theodor W. Adorno

Theodor Adorno ✆ Carol Lantis
Patricia Terino   |   El objeto de este breve ensayo es analizar muchas de las tesis defendidas por Adorno acerca de la industria cultural, su funcionamiento, sus mecanismos y la influencia directa que ejerce sobre nuestras vidas. Para ello tomaremos como referencia una de las obras más emblemáticas de la llamada Escuela de Frankfurt [1] , una corriente de pensamiento surgida en Alemania en el período de entreguerras, cuyas reflexiones y análisis siguen la estela del marxismo, aunque con muchos matices y variantes, ello debido en primer lugar a la propia constitución heterogénea de este grupo [2] , del que formaban parte no solo filósofos de reconocida profesión, sino también sociólogos, economistas, psicoanalistas o musicólogos, como el propio Adorno, y en segundo lugar, a que el propio transcurrir de los tiempos y el momento histórico en el que este grupo de pensadores pone de manifiesto sus reflexiones exigía una revisión de las tesis marxistas, rechazando algunas de ellas y adaptando otras muchas al mundo que conocieron y vivieron [3].

La obra en cuestión es la conocida Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos [4], cuyo trabajo es fruto de la colaboración conjunta entre Adorno y Horkheimer. Fue publicada por primera vez en 1947, aunque redactada unos años antes, en el período del exilio de ambos pensadores a Estados Unidos al comienzo de la guerra.