“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

16/9/15

El concepto de dignidad humana y la utopía realista de los derechos humanos

Jürgen Habermas   |   En este artículo Habermas defiende la tesis que sostiene que siempre ha existido una conexión interna entre la noción moral de dignidad humana y la concepción jurídica de los derechos humanos, aunque ésta sólo se haya manifestado de manera explícita en el pasado reciente. Contra posturas escépticas y estrategias deflacionarias, sostiene que el concepto de dignidad humana no es una expresión clasificatoria vacía, sino que, por el contrario, es la fuente de la que derivan todos los derechos básicos (en la experiencia concreta de violaciones a la dignidad humana), además de ser la clave para sustentar la indivisibilidad de todas las categorías (o generaciones) de los derechos humanos. A través de una reconstrucción histórica y conceptual de dos tradiciones diferentes, demuestra cómo la idea de la dignidad humana sirve como un “portal” a través del cual la sustancia igualitaria y universalista de la moral se traslada al derecho.

El concepto de praxis en Lenin

Lenin ✆ Petrov Vodkin, 1934
Adolfo Sánchez Vázquez   |   De 1908 data uno de los escritos filosóficos más importantes de Lenin; el otro, de 1914-1916, lo constituyen sus Cuadernos filosóficos. ¿Qué alcance filosófico y práctico-político tiene el primero de ellos?; ¿qué es lo que lleva a Lenin a polemizar con los seguidores rusos de una “variedad del idealismo”?; ¿por qué se ocupa este dirigente revolucionario de cuestiones, al parecer, distantes de la lucha política directa como la “cosa en sí”, la “verdad objetiva”, la materia, la “unidad del mundo”, el espacio, el tiempo y otras semejantes? Lenin no se había interesado hasta entonces con tanta atención por las cuestiones filosóficas y él mismo se consideraba por aquellos días “un marxista de filas en materia de filosofía”. 1

En su prólogo a la primera edición de Materialismo y empiriocriticismo fija claramente su tarea, refiriéndose a “toda una serie de escritores que pretenden ser marxistas“: “…indagar qué es lo que ha hecho desvariar a esas gentes que predican bajo el nombre de marxismo, algo increíblemente caótico, confuso y reaccionario”. 2 Se trata de defender el marxismo frente a una filosofía —el “machismo”— que, como “variedad del idealismo, es, objetivamente, un instrumento de la reacción, un portador de la reacción”. 3