“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

22/4/15

La quena y la filarmónica | La polémica entre José María Arguedas y Julio Cortázar

José María Arguedas
Javier Prado
Julio Cortázar
Ricardo Heredia
Osmar Gonzáles   |   Es ampliamente conocido el intercambio polémico que protagonizaron los escritores Julio Cortázar y José María Arguedas hacia fines de los años sesenta del siglo anterior.[1] Fue una polémica que abordó más temas que los estrictamente literarios y expresa dos maneras muy distantes de comprender nuestras sociedades.[2]

Cortázar y Arguedas, además de ser contemporáneos, también fueron coetáneos. El primero nació en 1914 (estamos en el centenario de su natalicio) y el segundo en 1911, pero más allá de esta cercanía cronológica debemos tener en consideración que vivieron y escribieron en contextos completamente opuestos, hecho que influiría en la polémica que conocemos. Ambos escritores son celebrados en sus países y en toda América Latina con justificadas razones; cada uno abrió caminos originales en la escritura literaria convirtiéndose en referencias ineludibles de nuestras letras.[3]

Crítica y utopía en la concepción del lenguaje de Walter Benjamin

Walter Benjamin ✆ Jim
Carlos Marzán Trujillo & Marcos Hernández Jorge   |   El carácter heterogéneo del pensamiento de Benjamin, que se plasma en un peculiar estilo de escritura, fue comparado por Adorno con la música dodecafónica, porque no parece tener un claro hilo conductor1 . No obstante, pese a lo plural y asistemático de su obra, la reflexión sobre el lenguaje se revela como su trama principal. Una trama que, en sus primeros ensayos, se muestra revestida de motivos provenientes de la mística y la teología judaicas y que, a mediados de la década de los veinte, lo estará de otros de raigambre materialista. Pero a pesar de la existencia de esos motivos materialistas, su teoría del lenguaje seguirá conservando una fuerte impronta teológica: “mi pensamiento se relaciona con la teología como el papel secante con la tinta” (B I.3, 1235) 2. Esa combinación de teología y materialismo lo convierte en un pensador sorprendente, en una especie de mago con una “suerte de varita mágica” empeñado en abrir caminos de experiencias diferentes a los habituales en el curso de lo dado. Disociar y jerarquizar esa mezcla de motivos, desactivaría aquello que hace a su pensamiento peculiar. El elemento teológico y trascendente, presente con distintas modulaciones a lo largo de su obra, se mantiene como perspectiva redentora que apoya la posibilidad de emancipación que acompaña a la crítica de lo profano. Ese elemento alienta la esperanza de que en los lenguajes históricos puedan encontrarse lo que en ellos no se dice, lo que no comunican, y que sería la auténtica expresión de las cosas que su filosofía se propone restituir. Y eso es lo que permite entender su labor filosófica como una hermenéutica insatisfecha que –al igual que hace el trapero– trata de buscar entre los escombros y desechos de lo real aquello que pudiera ser valioso, salvar en lo caduco y transitorio el destello de lo universal.

Günter Grass, el dolor que emana la Historia

Algunas notas y reflexiones sobre la vida y obra del autor, entre decenas de títulos, de la renombrada novela ‘El tambor de hojalata’
Günter Grass ✆ Terry Collet

Demian Paredes   |   Ante el deceso de Günter Grass (escultor, poeta, ensayista, dibujante, dramaturgo, narrador) el pasado 13 de abril, la “excusa” es buena –ya que la noticia mala– para (re)visitarlo o conocerlo. Sólido escritor, novelista de peso, ganador de los premios Nobel de literatura y Príncipe de Asturias de las Letras, autonominado “discípulo” de Alfred Döblin, con más de 30 títulos publicados, Grass es parte de la gran literatura europea del siglo XX que integran otros grandes como Hermann Hesse, Thomas Mann, Hermann Broch y Thomas Bernhard. Surgido de las cruentas experiencias del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, nacido en 1927 (en Danzig, actual Gdansk), Grass enfrentó nada menos que aquella famosa sentencia de Theodor Adorno, dura, pesimista, que hablaba de la imposibilidad de la poesía tras la inmensa muerte, producida a gran escala, industrialmente, perpetrada en Auschwitz y el sistema de campos.