“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

2/6/07

Chávez: Nada tengo que reclamarte para la Universidad; yo sólo quiero... ¡que te coma el tigre, que te coma el tigre!

¿Es que acaso quieren repetir la hazaña de Carmona?

Me pegué al televisor, leí periódicos, hablé con amigos, consulté por aquí y por allá y todavía no puedo asimilar ¿qué es lo que realmente quieren? Repiten, para complacer a cierta audiencia y para guardar las apariencias, en un ritornelo que provoca hastío, que lo que quieren es que se les devuelva RCTV y que su lucha es por la libertad de expresión. En ambas cosas están equivocados en su petición, porque mientras esta revolución esté en marcha, y esto va para largo, no cederemos ni una ñinga en esta conquista para nuestro país, que consiste en la recuperación de la señal que se trasmite por el canal 2 para una televisión de servicio público, que apenas está comenzando a andar, como lo hacen las crías de los caribúes o de los venados, que nada más salen del vientre materno tienen que echar a correr. Así es TVes, como dice el refrán: “Saliendo el payaso y soltando la carcajada”.

Piden que se les oiga, y lo repiten incesantemente durante todo el día por la televisión y por la radio, que rebota en los diarios, en Internet. CNN está pendiente de darles toda la cobertura, porque está en marcha una conspiración mediática promovida por la CIA y que tiene un solo objetivo: que se vaya Chávez. Piden que se les oiga, pero parecen que son sordos o no quieren oír. Lo grave es que también están ciegos y desmemoriados, porque hace sólo 5 meses, óiganlo bien: ¡5 meses!, salimos de un proceso electoral donde nuestro presidente obtuvo más del 63% de los votos, hecho aceptado en forma inobjetable, no sólo por la oposición, sino certificado por todos los organismos internacionales de observación electoral que estuvieron presentes, entre ellos el Centro Carter. Si no es posible desandar el camino, si no es posible que RCTV vuelva al aire por el canal 2, si tienen asegurada en la forma más extensa posible la libertad de expresión, entonces, ¿qué es realmente lo que está detrás de estas protestas, en la que están usando estudiantes universitarios, fundamentalmente de universidades privadas?

Yo quisiera que estos dirigentes o lo que sean, digan la verdad. Que le digan a los venezolanos, que en proporción de 2 a 1 votaron por la democracia, la revolución y el socialismo, ¿cuáles son las intenciones que los animan?. Si son estudiantes universitarios y no tienen reivindicaciones pendientes de ninguna naturaleza, ni tienen exigencias académicas, ni económicas, ni culturales, ni sociales, ni religiosas, ni científicas, ¿que es lo que quieren? ¿Sarna para rascarse? Si la lucha es eminentemente política, entonces “cojan mínimo”, plantéense unos objetivos posibles, no fútiles; que sean reales, democráticos y constitucionales y nos los explican a todos y entonces decidiremos lo más apropiado. Chávez no va a renunciar, Chávez no se va, entonces ¿qué van a hacer? ¿Van a repetir la vieja y conocida receta de Bush, que fue rechazada por el pueblo venezolano?

Son tantas las preguntas que podremos formular, que prefiero no ampliarlas, porque resultaría una tarea inútil: no las van a responder porque saben que si hablan y dicen la verdad, se les vendrá todo abajo. Da lástima, por este país que amamos, que este sector minoritario dentro del estudiantado universitario que se está proclamando como el futuro de la Patria, estén alentando la intervención extranjera.

Nunca como ahora las universidades venezolanas han estado en un momento más estelar. Gracias a los aportes multimillardarios que el Estado garantiza a las universidades públicas, centenares de miles de estudiantes realizan sus sueños, incluyendo a los rezagados históricos, aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar y que ahora lo están haciendo. Entre la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada (UNEFA) y la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) hay más estudiantes que en todas las universidades privadas. La matrícula universitaria en Venezuela ha tenido realmente una explosión volcánica. Por eso no es de extrañar ver declarando a los medios, a estudiantes de 40, 50 o 60 años que hoy están concluyendo sus estudios universitarios. Pero estas elites universitarias de niños bien, que tienen cobertura mediática permanente se quejan de algo que les sobra: la libertad de expresión.

Si esta es una lucha de desgaste, veremos hasta dónde van a llegar. De una cosa deben estar conscientes y es que tarde o temprano tendrán que hablar y explicarle al pueblo que no están de acuerdo con las misiones sociales que garantizan a los venezolanos, salud, educación, alimentación, trabajo y acceso a la práctica del deporte. Sepan que batallamos y triunfamos derrotando abrumadoramente el golpe de estado; que durante 63 días el pueblo venezolano soportó un paro-sabotaje petrolero que contó con la participación de las organizaciones patronales (Fedecámaras), las mafias sindicales corruptas, hoy felizmente en vías de extinción; con todo el aparataje burocrático que dirigía la principal industria del país, con elementos de la Fuerza Armada y con la descarada intervención de agentes de la CIA. Las pérdidas se han cuantificado modestamente en 20.000 millones de dólares. Hoy, esta correlación de fuerzas está decididamente a favor del proceso revolucionario.

Piénsenlo bien antes de que comience la carnicería que la CIA, con el auxilio de paramilitares colombianos tienen a punto, para tratar de adosársela a Chávez y deslegitimarlo ante la comunidad internacional. Piénsenlo bien, porque si no, se van a arrepentir y entonces las lagrimitas brotarán de ustedes a borbollones, para acompañar a los llamados “artistas” de la televisión que las derraman frente a las cámaras, para tratar inútilmente de conmover a un pueblo, que afortunadamente está muy consciente.