“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

26/3/16

Lucha sin clases — ¿Por qué el proletariado no resurge en el proceso de crisis capitalista?

Norbert Trenkle   |   I. Mientras avanza la precarización de la vida junto con las condiciones de trabajo y son perjudicados sectores cada vez mayores de la población, retorna con fuerza el discurso sobre la lucha de clases, el que en las últimas dos décadas casi había desaparecido. En un primer momento esto puede parecer plausible, dada la creciente polarización social. Sin embargo, como suele suceder cuando se recurre a modelos interpretativos y explicativos del pasado, éstos no sirven para esclarecer el presente. Al contrario de lo que parecería a primera vista, las categorías del antagonismo de clase no explican adecuadamente la creciente desigualdad social. Tampoco los conflictos de intereses resultantes de esa desigualdad coinciden con lo que, históricamente, se designó como lucha de clases.
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II.
El gran conflicto social que moldeó la sociedad capitalista de manera decisiva durante todo el período histórico de su conformación y establecimiento fue, como se sabe, el conflicto entre capital y trabajo. En este conflicto se expresa la oposición de intereses entre dos categorías inmanentes a la sociedad productora de mercancías: < entre los representantes del capital que comandan y organizan el proceso de producción con el objeto de lograr la valorización del capital y los asalariados que con su trabajo “generan” el plusvalor necesario para eso.