“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/10/16

China y la nueva diplomacia financiera

Sergio Martín-Carrillo & Francisco Navarro

En el año 1994, Giovanni Arrighi [1] relataba que el ciclo sistémico de acumulación capitalista iniciado en las últimas décadas del siglo XIX y al que él denominó como “el largo siglo XX”, comenzaba a dar muestras evidentes de estar llegando a su fin. La revolución neoliberal que surge como respuesta del capital a la crisis en los años 70 del modelo de acumulación predominante desde la Segunda Guerra Mundial, condujo a una expansión global del capital y una nueva división internacional del trabajo y la producción. Con esto, el capital concentrará cada vez más recursos en el ámbito financiero en busca de una mayor y más rápida rentabilidad, lo que contribuirá a una expansión financiera global que dominará buena parte de la economía mundial capitalista. Este proceso de financiarización se ha de entender como resultado de las contradicciones intrínsecas del sistema capitalista sucedidas en el ámbito real durante este periodo y nos ayuda a comprender la crisis actual como una crisis del modelo de acumulación neoliberal y una puesta inicial en cuestionamiento de la hegemonía estadounidense.