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Ernesto Cardenal por Molina
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A los 87 años, después de ser un referente literario para la
lengua española, de haber defendido las causas más justas de su tiempo y
demostrar que la fe católica bien puede ir de la mano con las revoluciones, a
Ernesto Cardenal no le hacen falta los premios o reconocimientos. Sin embargo
le llegan, tal vez como meros pretextos para que los amigos, lectores y
admiradores de su poesía, se permitan regresar otra vez a libros como Epigrama, Oración
por Marilyn Monroe y otros poemas, El estrecho dudoso, Homenaje a los
indios americanos, Salmos, Los ovnis de oro, Telescopio en la
noche oscura, La vida perdida y Canto Cósmico, con los cuales se
incluye en la corriente poética conocida como exteriorismo.
Este jueves 3 de mayo el escritor nicaragüense recibió con
humilde asombro y agrado la noticia que lo nombró como nuevo Premio Reina Sofía
de Poesía Iberoamericana, uno de los más importantes de la lengua española.
Así, se rompe la ley silenciosa de alternar un poeta latinoamericano y otro
ibérico, pues en 2011 fue de la cubana Fina García Marruz el
reconocido galardón. Resulta, además, el primer centroamericano que se
distingue con tal reconocimiento.