“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

12/12/11

Actualidad de Jean-Luc Godard


El genial Jean-Luc Godard cumplió 81 años y aprovechamos para celebrar y explorar un poco la obra de este cineasta que ha transformado la forma en la que vemos las imágenes en movimiento y ha mantenido una admirable conciencia política, algo que es de destacar en estos días tan difíciles.

Jean-Luc Godard, el director francosuizo que ha transformado la relación entre nuestra conciencia y las imágenes en movimiento cumplió hace pocos días 81 años. Uno de los grandes maestros de la nueva ola francesa, Godard es el creador de un estilo inigualable en el que se yuxtaponen flujos de narrativa visual con flujos de narrativa literaria, entreverados con jumpcuts que operan como paréntesis sinápticos que hacen del acto de ver una película una meditación ontológica. A lo largo de su carrera Godard ha materializado una clara crítica al capitalismo y al cine estadounidense, acercándose a la izquierda política, apoyando al estado de Palestina y recientemente al copyleft.

Hay dos trabajos de Godard para disfrutar
Godard sigue filmando y en su obra reciente ha desarrollado lo que pueden llamarse ensayos cinematográficos, cátedras del montaje, en los que plasma su visión política y poética de la realidad –la ética es la estética– y se mueve por zonas donde pocos directores en la historia del cine han tenido el autodominio para aventurarse.

Julio Cortázar al término del polvo y el sudor

Julio Cortázar por Villarreal
(Relectura del cronopio a veintisiete años de su muerte)

Julio Rafael Silva Sánchez 

Prolegómeno (¿o, tal vez, epílogo?) arbitrario

Especial para La Página
En el Cementerio de Montparnasse, al Suroeste de París, no muy lejos del Sena, una sencilla y solitaria lápida sugiere apenas la condición del viajero:
Julio Cortázar// (Bruselas, 26/01/1914 - París, 12/02/1984) // Fue capaz de ascender a la aceptación (de un territorio reconquistado) o al encuentro (consigo mismo) que se produce solamente hacia el final del camino, como un acto poético, como posesión de una realidad al margen de signos y sistemas, como una voluntad de ser (libre de rediles y máscaras institucionalizadas).
Así despedía el mundo hace veintisiete años a este enormísimo cronopio que fue Julio Cortázar: un autor (novelista, poeta, cuentista, ensayista, fotógrafo), quien siempre se propuso (¡y vaya que lo logró!) superar el falso dualismo entre razón e intuición, materia y espíritu, acción y contemplación para alcanzar la visión de una nueva realidad, más mágica, más real y más humana. En esa dirección, Cortázar intenta retomar la búsqueda de una meta muy antigua: la reintegración del arte a la vida, la fusión y complementación de lo psíquico y lo social.