“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

1/4/12

El golpe judicial de la Corte Interamericana de la OEA

Luis Britto García                    

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Especial para La Página
Hay en el mundo un  tribunal en el cual las víctimas no pueden acusar, sino presentarse para ser acusadas por sus verdugos: las cortes de Derechos Humanos. En ellos rige la Ley de Herodes: las empresas y hasta los particulares pueden cometer todos los crímenes imaginables, pero no pueden ser juzgados ni castigados, porque sólo los Estados son considerados violadores de Derechos Humanos.