“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

2/3/09

Cesária Évora, "La Reina de la Morna"



Las Islas del Cabo Verde conforman un país, la República de Cabo Verde, que se encuentra entre los más “pobres” del mundo. Cuando hablo de este tipo de pobreza me refiero a la material, por supuesto, de acuerdo a ciertos patrones de consumo del sistema capitalista. Pues bien, una de esa islas es San Vicente y dentro de ella, un pueblo llamado Mindelo. Allí nació Cesária Évora, una de las más extraordinarias cantantes que jamás haya conocido, a quien llaman “La Reina de la Morna”, género musical propio de Cabo Verde.

La situación del archipiélago de Cabo Verde, atravesado ahí en medio del océano Atlántico, sirvió para que se convirtiera en una encrucijada. Sus colonizadores portugueses dejaron su huella, en la pobreza y la ruina del país, pero, como diría Pablo Neruda, “le dejaron las palabras” y la influencia del fado portugués, esa música triste y melancólica que canta a los que se alejan de la patria y a los que se quedan en ella. Pero además, la “morna” se nutrió de los contactos con los hermanos de otras colonias portuguesas como Brasil que interpretaban una música similar llamada “modinha” y de Angola que aportaron el “lamento angolano”.

La “morna”, para que sea tal, se interpreta en “criollo”, dialecto derivado del portugués y se debe acompañar de los instrumentos característicos, como son el  cavaquinho, el clarinete, el acordeón, el violín, y la guitarra portuguesa. En las salas que lo permite, usan el piano.

Cesária Évora, a sus 67 años no ha renunciado a su costumbre de presentarse descalza en los más selectos teatros del mundo, como el Olimpia de París. Ella ha confesado que lo hace en solidaridad con los pobres de su país.

Cabo Verde es un país muy especial. Tuvo una amarga experiencia durante la época colonial, sus mejores hijos eran secuestrados y vendidos como esclavos. Por siglos vivieron en el aislamiento. En el exterior viven más caboverdianos que en su propio país. De allí también sale la “morna”, que en la voz de Cesária Évora se transforma en poesía. Óiganla y tendrán una somera idea de lo que les estoy diciendo.