“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

13/5/14

Thomas Piketty no es del agrado de la Casa Blanca

Foto: Thomas Piketty
Ángel Vallarino  |  El ensayo económico del momento, convertido en un auténtico bestseller en Estados Unidos, está despertando filias y fobias entre la elite política y financiera. El voluminoso libro del francés Thomas Piketty (El capital en el siglo XXI) se agotó en casi todas las librerías a finales del mes pasado y es ubicuo en la burbuja capitalina. La tipografía roja de su portada asoma a diario en los vagones del metro, en las cafeterías de la calle K, en los pasillos del Congreso y en las inmediaciones de la Casa Blanca. Por las noches, asesores, lobbistas, políticos y universitarios se sumergen en sus 600 páginas, o en algunos de los muchos resúmenes redactados desde que se publicó. Si todavía no saben de qué trata, en El Confidencial lo hemos analizado desde todas sus ópticas: la económica, la social y la política.

La nueva película de Lars von Trier | Nymph()maniac: del sexo y otros demonios

Octavio Fraga Guerra  |  Con un estilo que evoca influencias que van desde la Nueva Ola Francesa (Goddard, Truffaut) hasta sus primeros filmes del Dogme 95, Lars von Trier ha creado una magistral y cáustica pieza de arte pornográfico. Nymph()maniac: Volúmenes I y II (2013) es un ingenioso ensayo crítico sobre la sexualidad vista desde la óptica de una ninfómana; es también un caleidoscopio de soft porn donde el espectador participa de un acto de voyerismo, y en el que sus “tres niveles de conciencia” se funden en un continuo menage a trois de hipótesis, juicios morales y excitación.

La nueva película de Lars von Trier simplemente no podría encajar en el ambiente actual en el que la separación entre iglesia y estado, y las conquistas sociales resultado del ímpetu de la liberación sexual iniciada el siglo pasado (el aborto, el matrimonio gay, etc.) están bajo constante peligro de ser revertidos por una agobiante presión conservadora. A principios del siglo XX, Alexandra Kollontai —destacada revolucionaria bolchevique— escribía