“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

11/6/14

Progreso e historia. La concepción de la historia de Walter Benjamin

Walter Benjamin ✆ Anna Nilsdtotter Karlson
Michael Löwy  |  Acostumbramos a clasificar las diferentes filosofías de la historia según su carácter progresista o conservador, revolucionario o nostálgico del pasado. Walter Benjamin escapa a estas clasificaciones. Es un crítico revolucionario de la filosofía del progreso, un adversario marxista del “progresismo”, un nostálgico del pasado que sueña en el futuro.

La acogida de Benjamin, sobre todo en Francia y en EEUU, se interesó prioritariamente por la vertiente estética de su obra, con una cierta propensión a considerarlo sobre todo como un historiador de la cultura o un crítico literario. Ahora bien, sin despreciar este aspecto de su obra, hay que destacar el alcance bastante más amplio de su pensamiento, que se dirige nada menos que hacia una nueva comprensión de la historia humana. Los escritos sobre el arte o la literatura no se pueden comprender sino en relación con esta visión de conjunto que los ilumina desde el interior. La filosofía de la historia de Walter Benjamin se basa en tres fuentes muy distintas: el romanticismo alemán, el mesianismo judío y el marxismo. No es una combinación o “síntesis” de estas tres perspectivas (aparentemente) incompatibles, sino la invención, a partir de ellas, de una nueva concepción, profundamente original.