“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

3/3/17

Giorgio Agamben: el espíritu que vive

Giorgio Agamben ✆ Sébastien Plassard
José de María Romero Barea

El filósofo del siglo XXI ha de ser un orador dotado: tumultuoso, contundente, directo y paradójico. Debe escribir como habla. Giorgio Agamben (Roma, 1942) es un pensador así: su familiaridad con los clásicos filosóficos nos deja a veces con dificultades para respirar, pero ofrece a cambio un montón de líneas de actuación en forma de anécdotas, chistes y referencias inagotables a la cultura popular. Siempre logra redimirse a sí mismo, a ojos de sus admiradores, a pesar de arremeter contra el multiculturalismo, la tolerancia, el diálogo y otras “vacas sagradas” liberales. Se ha convertido en un santón de la (pos)modernidad: un ser cuasi-divino, a fuer de radicalmente terrenal.