“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

1/6/15

Occidente: Totalitarismo y riqueza intangible | El asunto Thomas Piketty

Mario R. Fernández   |   El mentado economista y académico francés Thomas Piketty, en su libro El Capital del Siglo 21, analiza detalladamente fases del capital en siglos anteriores, principalmente en Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos e incluye algunos otros países desarrollados. Fundamentalmente, Piketty levanta una crítica a la acumulación de riquezas por su falta de equidad, que según él ha vuelto a profundizarse en los últimos años. Este asunto de la falta de equidad en la distribución de riqueza no es, obviamente no puede ser, novedad para América Latina y África donde la desigualdad ha sido ampliamente expuesta por muchos críticos, simplemente desoídos y desestimados, irónicamente, por los mismos medios de comunicación dominantes que hoy prestan atención y cantan loas a Piketty. Ahora, sin desmerecer la investigación amplia de Piketty -y de otros muchos economistas, académicos y periodistas laureados como el merecedores de las loas de estos medios de comunicación, es de notar que estos críticos han sabido transitar por un espacio, límite entre lo aceptado y lo no aceptado, evitando siempre una palabra de más, una expresión más crítica, una implicación obvia, que pudiera ofender las susceptibilidades de la clase dominante -local y mundial, y su sistema financiero –este último autor en tiempos recientes del robo más grande que haya conocido la humanidad y responsable de la transformación de deudas privadas (de papeles sin valor) a deudas públicas, ahora responsabilidad de los estados.