“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

1/5/14

La crisis de Ucrania acelera la descomposición del sistema occidental unipolar

Pierre Charasse  |   La crisis ucraniana ha puesto en evidencia la magnitud de la manipulación de las opiniones occidentales por los grandes medios de comunicación televisivos, como CNN, Fox News, Euronews, Televisa y la mayoría de la prensa escrita alimentada por las agencias noticiosas. La manera en que el público occidental está desinformado es impresionante, pese a que hay abundante información disponible en Internet.

Es muy preocupante que muchos ciudadanos del mundo se dejen llevar por una rusofobia jamás vista, ni en los peores momentos de la guerra fría. La imagen que la maquinaria mediática nos impone es que los rusos son unos «bárbaros atrasados» frente a los «civilizados occidentales». El importantísimo discurso de Vladimir Putin el 18 de

La irrelevancia histórica de la novela posmoderna

Miguel Manzanera  |  El posmodernismo ha sido la forma cultural de la última fase del desarrollo capitalista –denominado capitalismo tardío por Ernst Mandel-, que comenzó hace ahora unos 50 años cuando la revolución informática se instaló en el tejido productivo de la civilización contemporánea. Esa transformación tecnológica se convirtió en un hecho decisivo de las últimas décadas al favorecer la pervivencia del capitalismo, mediante un incremento impresionante de la productividad industrial. Esto se ha traducido por el triunfo del neoliberalismo con el aumento de los desequilibrios sociales, nacionales e internacionales, y el retroceso de la política socialista y de las posiciones políticas de la clase obrera a nivel mundial.
 
En el plano cultural, esos acontecimientos se han traducido por una cultura hedonista, fuertemente impregnada por el individualismo, y una actitud escéptica sobre los valores y sobre la racionalidad de la acción humana. Ahora que la crisis económica ha demostrado las fisuras del orden social así constituido, parece necesaria una reflexión sobre este periodo histórico, para reorientar la acción política en un sentido más adecuado a las aspiraciones humanas.