“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

17/7/14

Por ahí van los tiros

Gustavo Márquez Marín
El Presidente Maduro anunció que iniciará una “reestructuración global del Gobierno para articularlo con la eficiencia máxima y honestidad máxima”. Afirmó que esta será el resultado de una autocrítica frente al pueblo, del cual ha venido recibiendo diversas propuestas que contribuirán a “...reestructurar y cambiar todo lo que haya que cambiar, la revolución tiene que ser cambio permanente hasta que vayamos logrando los niveles de eficiencia, de trabajo, para responderle a nuestro pueblo que es lo más importante”.

Ahora bien, la única forma para que la revolución sea permanente es que se garantice y promueva, también de manera permanente, la crítica y la autocrítica constructiva con seriedad y entereza. De otra manera, los “cambios” terminarían siendo metabolizados inexorablemente, por quienes asumen el discurso revolucionario de la boca para afuera, porque ya forman parte de una burocracia enfocada en el usufructo del poder y no en su utilización como un instrumento para impulsar la transformación revolucionaria.