“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

5/11/14

El legado de Pier Paolo Pasolini

Pier Paolo Pasolini
✆ Autorretrato con flor
Josep Torrell
El año que viene se cumplirán cuarenta años sin Pier Paolo Pasolini. En el comienzo del Año Pasolini es el momento oportuno para plantearse qué nos dejó en legado a quienes pretendemos aprender de él.

I. Lo primero que nos dejó es una mirada. Pasolini tenía la particularidad de mirar hacia donde no debía. Esto era muy evidente en Roma en 1950. En esa fecha las barracas estaban creciendo más allá del centro de histórico, mezclándose con las muy degradas barriadas obreras. Era una realidad evidente, pero no entraba en la política de la derecha. Pero Pasolini vivía al lado de las barracas y decidió mirarlas, mirar a los que vivían ahí y mirar en qué condiciones lo hacían. Y decidió escribir Ragazzi di vita y Una vita violenta, y convertirse en un defensor de los más desfavorecidos. Su proximidad vital —fundada en su pulsión por estos muchachos— le hizo ver los cambios que se producían en la población de las barracas y la homologación que lentamente estaba logrando la civilización del consumo entre los más desposeídos.