“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

3/7/14

El lugar del deseo en Michel Foucault

Michel Foucault ✆ Ivan Korsario
“Viven en nosotros innúmeros; | si pienso o siento, ignoro | quien es que piensa o siente. | Soy tan sólo el lugar | donde se siente o piensa.”  |  Fernando Pessoa 
Julia Monge
No deja de asombrar cómo un pensamiento obstinado en la problematización del sujeto, pueda ser huidizo a los términos “deseo” y “necesidad”; precisamente esos términos recurrentes en tantos discursos que, desde hace mucho más que un puñado de décadas, pretenden decir algo acerca del hombre, la naturaleza humana, la persona, el individuo. Lo que asombra no es el simple desasimiento de las palabras, remediable tan pronto surgen otras para restituir su misma referencia – de la que pareciera que ya ni en silencio concebimos apartar nuestra atención. Es la posibilidad a la que un tal pensamiento nos confronta: rodear esos “lugares comunes” que son el deseo y la necesidad sin que se nos escape por ello lo que allí ocurre; alojarnos en lo que ocurre – nada más ni menos que nuestra conciencia, identidad, subjetividad- sin reencontrarlo en el fondo de una interioridad ni arrojado a una exterioridad que lo precede y sobrevive. Se trata de lo que pasa entre nosotros.