“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

23/6/12

Recuerdos del ‘Quintazo’ / Una historia argentina, de Tucumán

Quinta Agronomica UNT Tucumán   José Lazarte 
Rolando “El Negro” Gómez

Especial para La Página
Imagínense ustedes por un momento una comunidad estudiantil sin “redes sociales” ni teléfonos celulares; sin Internet ni twitter.  Cientos, miles de estudiantes tomando el predio de la universidad, movidos solamente por el mensaje boca a boca, la determinación, la conciencia y la militancia política.

En 1972 el que escribe estas líneas era muy joven; casi un adolescente.  Acababa de terminar el ciclo secundario en el Instituto Técnico de la UNT, todavía con algunas materias pendientes, y se aprestaba a inscribirse en la UTN, decidido a “independizarse económicamente”; a trabajar y estudiar de noche.  Sin embargo, acumulaba ya una cierta experiencia militante y de participación en el primer tucumanazo como estudiante secundario; como un joven militante de base.  Uno de los tantos miles. La explosión de lucha estudiantil en junio de ese año, cuya expresión más álgida fue el Quintazo, fue una expresión local del creciente activismo juvenil en todo el país producto de la persistente lucha obrera y popular contra la dictadura militar.

‘Blowback’ o los imposibles dilemas de los poderes en decadencia

Immanuel Wallerstein

Blowback (sin traducción al castellano hasta el momento) es un término acuñado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Originalmente eran las consecuencias negativas no intencionales que sufría un país a partir de sus propias operaciones de espionaje. Por ejemplo, si una operación secreta de la CIA conducía a un ataque de revancha contra individuos estadunidenses que no estaban en conocimiento de la operación de la CIA, esto se consideraba blowback. Pero en los días que corren muchas operaciones no son para nada tan secretas (por ejemplo el uso de aviones no tripulados –drones– en Pakistán y Yemen). Y los ataques en “revancha” con frecuencia se confiesan públicamente. No obstante, los países no dejan de involucrarse en tales operaciones.
 
Requerimos un definición más útil del fenómeno blowback para explicar por qué y cómo ocurre por todas partes. Pienso que el primer elemento es que los países que se involucran en tales operaciones son hoy poderosos, sí, pero menos de lo que solían ser. Cuando estaban en el pináculo de su poderío podían ignorar el blowback como consecuencia no intencional menor. Pero al ser menos poderosos que antes las consecuencias no son tan menores y no obstante parecen sentir la necesidad de proseguir las operaciones con mucho más vigor y mucho más abiertamente.

La geopolítica en el TIPNIS

Alfredo Portillo

Especial para La Página
En el interior  del Estado Plurinacional de Bolivia estamos en presencia de un fenómeno geopolítico de gran importancia y trascendencia. Se trata de las rivalidades de poder existentes en torno al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure (TIPNIS). Varios actores o grupos humanos se disputan el control de esta porción del espacio geográfico boliviano, que tiene una extensión de 12.363 km² y  forma parte del Corredor Biológico de Conservación Madidi-Amboró, rico en recursos naturales biológicos, madereros  y petrolíferos.

Como principales actores están, por un lado, el gobierno que preside Evo Morales, el cual está en proceso de construir una carretera para unir a Villa Tunari, en Cochabamba, con San Ignacio de Moxos, en Beni, atravesando el  TIPNIS, y por otro lado,  las comunidades indígenas de los mojeño, yurakaré y tsiman, que se oponen a que su hábitat natural sea violentado. En medio de estos dos actores principales aparecen otros grupos que participan en la disputa territorial y que tienen sus propios intereses.

Muy interesados en que la carretera se construya están algunas comunidades de campesinos de origen aymará y quechua, provenientes de distintas partes del Altiplano, que se han asentado en la zona sur del TIPNIS,  y cuya principal actividad es el cultivo de la hoja de coca. Pero también muy interesado en que el TIPNIS sea surcado por una carretera está el gobierno de Brasil, precisamente el que financia el proyecto a través del BNDES. A todas estas, algunas ONGs, con gran influencia en las comunidades indígenas, han conducido la estrategia de oposición al proyecto carretero.

Se trata específicamente del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) y el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), ambas al parecer con financiamiento extranjero proveniente de países europeos y de Estados Unidos. Un ejemplo éste, de la dinámica geopolítica en América Latina y el Caribe en tiempos de globalización.

¿Cómo me hice lector? / Un acercamiento a la lectura en cuatro estaciones

Leyendo en la biblioteca 
 Cristina Azócar Weisser
 
Julio Rafael Silva Sánchez

“El hombre siempre solo, con su mirada, suya, / con sus recuerdos, suyos, / y con sus manos, suyas.” - Vicente Gerbasi, Mi padre, el inmigrante, 1945)

Primera Estación: El cine, la música y las primeras lecturas en una aldea sonora

Especial para La Página
Me descubro una noche, apenas cumplidos los once años, en mi casa de Tinaquillo, parado frente al enorme espejo ovalado de la peinadora de madre, en un ejercicio de escrutinio minucioso que sería cada vez más apremiante. Venía del cine Esmeralda, regentado por tío Federico, en cuya función intermediaria había disfrutado de la proyección del film Y Dios creó a la mujer, del cineasta francés Roger Vadim, en donde mi amada de entonces (y de siempre), Brigitte Bardot, me había trastornado secando su hermoso cuerpo con una toalla diminuta, mientras bailaba al son de La Bamba de Ritchi Valens. Recuerdo esto con precisión de relojero, porque sería el cine una de las fuentes en donde abrevaría mis primigenias pretensiones expresivas. Frente a la albura de aquella pantalla de cemento cada noche, a las siete en punto (por supuesto que tenía entrada libre, gracias a la generosidad de tío), me sentaba a devorar con avidez las penurias, las alegrías y desdichas de esos personajes inolvidables que me obsesionaron desde siempre. Allí compartí las cuitas, los desamores, las pasiones, los desencuentros, las tragedias de los charros mexicanos (¿Cómo olvidar a Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz  o  Toni Aguilar?) …el sufrimiento de las heroínas de labios ardorosos, dorados muslos y corazones rotos, como María Félix, Rosita Vásquez, Elsa Aguirre, Rosa Carmina… el tono quejumbroso y melancólico de Agustín Lara, eterno enamorado de su María Bonita… los bailes voluptuosos de  María Antonieta Pons, Ninón Sevilla o Miroslava… la maravilla del discurso aparentemente sin sentido de Mario Moreno, Cantinflas… la reciedumbre del Indio Emiliano Fernández, la dicción perfecta de Arturo de Córdoba… Tampoco olvidaría jamás la imperturbable madurez de  Yves Montand, en El salario del miedo, de Clouzot… la indescriptible belleza de Giulietta Masina, en aquel papel de dulce prostituta, en Las Noches de Cabiria, de Fellini o la inolvidable transparencia del rostro de Silvia Pinal, en Viridiana, de Buñuel… toda una constelación de personajes, escenas, textos y melodías que dejarían huella profunda en mi sensibilidad adolescente.