“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

4/12/08

Cuando Gandhi, el apóstol de la paz, escribió a Hitler

Hace más de 60 años, en Nueva Delhi, una persona de nombre Nathuram Godse es conducido esposado a la sede de la policía. Se trata del asesino de Gandhi. Un periodista tiene la oportunidad de hacer una pregunta que afortunadamente es respondida: “Lo único que quiero decir es que no me disculpo de lo que acabo de hacer".

Las amenazas de los extremistas hindúes y musulmanes finalmente habían logrado silenciar a uno de los más grandes hombres de la Historia. La sola aspiración de Gandhi de que musulmanes e hindúes podrían vivir en paz y en estrecha colaboración entre sí había desatado a todos los demonios y en todos los lados.

Después de su sus estudios en Inglaterra y tras pasar 22 años en Sudáfrica, llega a la India y funda en Ahmadabad una comunidad donde se prohibía la vestimenta occidental, comidas especiadas y la propiedad privada. Gandhi tenía la intención de depurar el hinduismo y, para ello, decidió luchar contra la sociedad de castas y la discriminación de los intocables. En la India y en todo el mundo estos principios fueron y son todavía revolucionarios.

Hay un episodio poco conocido porque durante muchos años permaneció silenciado por los ingleses, y es que Winston Churchill pidió a Gandhi que escribiera una carta a Adolfo Hitler con el fin de convencerlo para que renunciara a la guerra. Gandhi cumplió con la solicitud el 24 de diciembre de 1940.  Pasó años en el olvido y no se publicó: Veamos porqué:

“Pero la nuestra es una posición única. Resistimos al imperialismo británico no menos que al nazismo. Si hay alguna diferencia, será muy pequeña. Una quinta parte de la raza humana ha sido aplastada bajo la bota británica empleando medios que no superan el menor examen. Ahora bien, nuestra resistencia no significa daño para el pueblo británico. Tratamos de convertirlos, no de derrotarlos en el campo de batalla. La nuestra es una rebelión no armada contra el gobierno británico. Pero los convirtamos o no, estamos totalmente decididos a conseguir que su gobierno sea imposible mediante la no colaboración no violenta. Es un método invencible por naturaleza. Se basa en el conocimiento de que ningún expoliador puede lograr sus fines sin un cierto grado de colaboración, voluntaria u obligatoria, por parte de la víctima. Nuestros gobernantes pueden poseer nuestra tierra y nuestros cuerpos, pero no nuestras almas. Pueden tener lo primero sólo si destruyen por completo a todos los indios: hombres, mujeres y niños. Es cierto que no todos podrán llegar a tal grado de heroísmo, y que una buena dosis de temor puede doblegar la revolución; pero eso es irrelevante. Pues si en la India hay un número suficiente de hombres y mujeres que están dispuestos, sin ninguna mala voluntad contra los expoliadores, a entregar sus vidas antes que doblar la rodilla ante ellos, habrán mostrado el camino hacia la libertad de la tiranía de la violencia. Le pido que me crea cuando digo que encontrará usted un inesperado número de tales hombres y mujeres en la India. Durante los últimos veinte años han estado formándose para ello.”

Para leer el texto completo de la carta, pinchar aquí: Carta de Gandhi a Hitler

La película más breve del mundo (por ahora!)

“El Hombre” (The Man) del director indio Sathar Adhoor es el nombre de la película que, según él, es la más corta del mundo: una grabación de sólo diez segundos protagonizada por una hormiga que quiere reflejar "el bien y el mal".

Según su parecer, y evidentemente no es nada nuevo, el Hombre tiene dos caras, el bien y el mal. Por un momento, se apiada de una hormiga y la salva de ahogarse. Pero ésta le pica, y entonces se enfurece, y la aparta violentamente. La película, tiene siete tomas, dura apenas diez segundos y no tiene sonido, pero su director empleó cinco horas en terminar el rodaje y al parecer figurará en el Libro Guinness de los récords por la brevedad.