“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

9/11/15

Vladimir Maiakovsky, el poeta agitador

Vladimir Maiakovsky ✆ Hidra Cabero
Ariane Díaz   |   Testigo de la revolución de 1905, Vladimir Maiakovsky se enroló en la fracción bolchevique, actividad por la que, como tantos otros, terminó en la cárcel; allí comenzó a escribir. Protagonista de la bohemia literaria de principio del siglo XX, su obra fue una de las más poderosas fuentes de la renovación de la poesía rusa –que pronto sería soviética–. La revolución de Octubre lo encontró ya fuera del partido, al que nunca volvió formalmente, pero que cuando mucha de esa bohemia emigraba, lo contó como uno de sus fervientes defensores, como propagandista en la agencia rusa de noticias, como editor de libros y revistas, y como miembro de los distintos agrupamientos artísticos nacidos con la revolución. Como tal, fue parte de los debates que cruzaron la década de 1920 sobre la política que el nuevo Estado obrero debía tener hacia la producción cultural y los artistas.