“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

6/1/09

¿Una enmienda a la enmienda de la Constitución?


Estoy plenamente de acuerdo con enmendar el artículo 230 de la Constitución para permitir la reelección, sin limitaciones, del presidente de la República, que de esta forma podrá postularse nuevamente en el 2012 para un nuevo período constitucional, si es que las condiciones personales y políticas lo permiten, y si el pueblo así lo ratifica con su voto.

Con lo que no estoy de acuerdo es que se haga extensiva para todos los funcionarios sujetos a la elección popular. No me pidan explicaciones porque en Venezuela sabemos las razones.

Esta enmienda a la enmienda no es conveniente, como tampoco lo fueron las agregaciones que le hizo la Asamblea Nacional a la propuesta de Reforma Constitucional sometida a referendo en el año 2007.


Tres payasos para Palestina

El cuarto ejército más poderoso del mundo se enfrenta y mata a un grupo de mujeres palestinas

 

Antecedentes inmediatos de esta guerra

En abril de 2003, con el patrocinio de la ONU, la Unión Europea, Rusia y EEUU, que constituyeron el llamado “cuarteto diplomático” propusieron una “Hoja de Ruta”, es decir, un documento que configuraba un pre-acuerdo para reanudar el estancado proceso de paz en Palestina. En 2005 muere misteriosamente asesinado Yasser Arafat. En septiembre de 2005 el ejército de Israel completó la retirada de la Franja de Gaza poniendo fin a 38 años de ocupación y dejando un territorio destruido y en la situación más lamentable que se pueda imaginar. En 2006 Hamás gana las elecciones en Palestina, bajo la amenaza de Israel y EE.UU. de congelar las ayudas a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que es el gobierno de ese país, si Hamás no aceptaba renunciar “al terrorismo”.

La victoria de Hamás causó una escalada de violencia interna entre las diferentes facciones de dicha organización y Al-Fatah, el movimiento fundado por Yasser Arafat, cuyo sucesor y líder Mahmoud Abbas se vendió a los israelíes en contra de sus propios hermanos.

Hamas es un movimiento que lucha por la independencia del pueblo palestino, como lo fue la guerra de independencia en nuestra América, la resistencia francesa contra el ocupante nazi en Francia; la guerra de los argelinos contra los ocupantes franceses;  la lucha en la guerrilla vietnamita contra EE.UU., etc.

Los milicianos de Hamás usan los mismos métodos que usaron los judíos antes de proclamar el estado de Israel.

Situación actual

Hamas respetó varios meses ese armisticio de forma unilateral, soportando los ataques “selectivos” que Israel cometía contra personalidades palestinas, y dejaba que sus colonos atacaran impunemente pueblos cercanos palestinos, una verdadera vergüenza. Las fronteras entre Israel y Gaza, mientras duró la tregua unilateral de Hamás, solo se abrían de cuando en cuando, manteniendo en una situación económica y social muy delicada a la población de Gaza.

Gaza se debate en la actualidad entre la aplastante superioridad militar de Israel con todo su poderío aéreo y sus atronadores tanques portadores de la muerte y la desesperación, por una parte, y por la otra, con los estragos que deja la invasión israelí, traducidas en la falta de combustibles, luz eléctrica, alimentos, servicios médicos y hospitalarios: en suma, toda una hecatombe que se sucede en vivo y en directo, transmitida por TV.

Objetivos de Israel

Asombrosamente los gobiernos de la mayoría de los países árabes muestran cierta indiferencia ante la muerte y destrucción generada por las tropas judías, que desde el primer día corren el riesgo de quedar atrapadas en Gaza. En tanto, Israel avanza buscando cumplir con sus objetivos centrales, que en estos momentos son: 1) descabezar (literalmente) a la dirigencia de Hamás, hacerlos desaparecer, para de esta manera “domesticar” al pueblo palestino que vive en Gaza; y 2) destruir la capacidad y la infraestructura operativa de Hamás y el resto de las organizaciones de la resistencia palestina

Para lograr sus objetivos, el tiempo es vital, tienen que hacerlo ya, rápido, porque de otra manera quedarían empantanados y expuestos a un segura derrota militar, que para Israel significa prolongar indefinidamente esa masacre inmisericorde contra mujeres, jóvenes y niños, ante la mirada acusadora de la comunidad internacional. Para salir de la trampa en la que desde el primer día se metieron, necesitan mover las fichas en el tablero internacional, donde cuentan con el patrocinio del gobierno de Bush. La esperanza que tienen es que puedan negociar un cese del fuego que les permita un retiro “honroso y victorioso”, cosa bastante difícil en las actuales circunstancias.

Hay que recordar el fiasco en el cual terminó la agresión de Israel al Líbano, deshonra de la cual todavía no se han repuesto todavía los agresores judíos y que ahora pretenden “lavar” a costa del pueblo palestino.

Entran en escena los payasos

Ehud Barak, ministro de  Defensa de Israel, junto a Ehud Olmert y a Zippi Livni, el triunvirato criminal de Israel, han anunciado tímidamente un parte “victorioso” afirmando que "la ciudad de Gaza está parcialmente cercada”; pero ¿en qué condiciones?  Muy particulares. Es como aquel personaje que pinta el piso de su casa y estúpidamente queda atrapado en una esquina de la habitación, por lo cual tiene que esperar a que se seque el piso para poder salir de la trampa en la que por su propia estolidez cayó.

En este panorama, los judíos no se pueden permitir el lujo de dejar pasar el tiempo, y como en realidad este ya discurre sin pausas, necesitan de algunos “negociadores” que les ayuden a salir del atolladero, que no es un campo de batalla, sino un cementerio con centenares de cadáveres que se pudren al sol y que infestan el aire que ellos mismos tienen que respirar.

Estos “negociadores” son el presidente de Francia Nicolas Sarkozy (de ascendencia judía), el presidente de Egipto, Hosni Mubarak y el representante del movimiento Al-Fatah, Mahmoud Abbas. Las opciones en juego son un acuerdo entre Israel y Hamás (improbable); el cese unilateral del fuego por parte de Israel  ante la catástrofe humanitaria que se cierne sobre Gaza, que también resulta improbable porque los soldados judíos saldrían “deshonrados”. Es bueno recordar que Israel, Egipto  y Colombia (en ese orden) son receptores de la mayor cantidad de “ayuda militar” por parte de los EE.UU.

Una tercera posibilidad es la intervención de las Naciones Unidas, quien haría un “llamado urgente al cese del fuego”. Es de advertir que en centenares de ocasiones la Asamblea de las Naciones Unidas y muchas de sus Comisiones han aprobado acuerdos condenando a Israel, y este país ha hecho caso omiso de tales “llamados”.

El juego de sombras

Esta sería la situación mas probable, pero para ello se necesita tiempo, que está agotándose y sin posibilidades de recarga. Israel “controla” Gaza, y esto significa que debe responder por los muertos a los que debe enterrar; por los heridos, a los que debe socorrer o permitir que otros lo hagan; por los hambrientos, a los que debe alimentar y por la administración del territorio de Gaza, con un gobierno que no se ve por ningún lado, pero que se siente y con la infraestructura física totalmente destruida, la que debe reparar.

El escenario que tiene frente a sí Israel es dramático, es un temido juego de sombras. Hamas está en la situación de no combatir, de no pelear, sólo lanzar ataques inesperados; otra forma del juego de sombras, hacerse invisible, “no existir”. ¿Cómo se pueden destruir a unos “terroristas” que no existen, que no se ven, que han desaparecido?

La suerte nos la describe magistralmente la poeta chilena Eliana Navarro, en su poema "Juego de Sombras": 

Todo está ya cumplido. / Ahora sólo quiero / reclinar mi cabeza y dormir. / Todo lo que era llama se convirtió en ceniza. / El mar calló su coro de tempestuosas voces. / El viento sus laúdes. / El corazón, su enigma. / Con las manos atadas, / con los ojos vendados, / ¿hacia qué noche, / hacia qué oscura y larga noche / camino sin descanso?

Cristina de Suecia y el triste final de Descartes

Greta Garbo, dirigida por Rouben Mamoulian, interpretó la película “La Reina Cristina de Suecia” (1933)

 

Hoy he sostenido un intercambio epistolar, que se fue enriqueciendo a medida que transcurría. En la mañana había tomado el Metro y oí cantar a Alí Primera y después he pensado en los niños y mujeres de Gaza. Lo bueno de escribir es que tenemos qué pensar y, como decía Descartes, "Pienso, luego existo". ¿Qué más podemos pedirle a la vida?

Casualmente había citado a René Descartes cuando afloró, mientras discurría mi escritura, la famosa frase, que en realidad es una locución latina, muy citada desde hace siglos: Cogito ergo sum. Tomando el hilo de esta conversación, también me vino a la mente otra frase, que dicen que era la favorita de Descartes: "Bene vixit qui bene latuit", es decir, "Vive feliz el que vive escondido".

Cuando en cierta oportunidad a Descartes le preguntaron sobre cuáles eran para él las cosas más raras y preciosas, dijo que eran tres: Un orador perfecto, un buen libro y una mujer sin defectos.

Descartes no encontró a la mujer sin defectos, o sea perfecta porque nunca la buscó y nadie jamás la encontrará. Esas tres cosas preciosas y raras a las que se refería, eran sólo un desideratum. No hay nada perfecto, y si existe, debe ser algo tedioso, indigno de la humanidad.

Pero una mujer, la grande y famosa reina Cristina de Suecia, encantada con Descartes, su fama y su talento, lo quiso para sí y le llamó a su lado, quien para complacerla se trasladó a Estocolmo y se instaló en su palacio, donde ocupó una gran habitación, muy cómoda para él. Cierta noche --siempre hay una noche de por medio--, cuando hacía mucho frío, que en Estocolmo no es una rareza, y para colmo cuando era de madrugada, en el momento denominado por los italianos como “le ore piccole”, la caprichosa reina hizo llamar a Descartes, que estaba, como era lógico suponerse, durmiendo.

De nada valieron todas las previsiones que había tomado Descartes para abrigarse, protegerse del intenso frío y acudir presuroso al llamado real, porque se vio constreñido a recorrer aquellos largos, oscuros, silenciosos y solitarios pasillos palaciegos con temperaturas de congelación.

Descartes pescó, como se dice, un resfriado y la pulmonía no tardó en aparecer para hacerle compañía. La cruel paradoja gramatical coloca al resfriado en el género masculino. La pulmonía, la que generalmente es mortal, femenina.

Nada se podía hacer ya para que Descartes pudiera recobrar la salud que inexorablemente se le escapaba. Todo estaba perdido y su debilitado organismo ya no le respondería más. Sabía que su fin era inevitable. Sin perder la compostura, entregado a los auxilios de la fe católica, a la que nunca quiso o pudo renunciar, se dice que, confortado por la inspiración religiosa muy comprensible en aquellos trances, pronunció estas palabras: “Alma mía, es necesario partir. Hace mucho tiempo que estás prisionera y ha llegado el momento que te desembaraces del cuerpo. Es necesario soportar esta separación con serenidad y alegría.”

Como se puede ver, una mujer pensó que podía hacer el bien, primero que nada a sí misma, llamando a un hombre a su lado; pero terminó matándolo, ¿sin querer?

No estoy seguro que el final de Descartes haya sido tal cual lo narro, pero ¿no les parece interesante?