“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

18/6/15

Charles Darwin: el naturista que revolucionó la biología

Charles Robert Darwin fue quizá, el naturalista más destacado de la historia de la biología. En su ya célebre obra El origen de las especies por medio de selección natural configuró el andamiaje teórico más coherente para explicar el devenir histórico de los organismos vivos esbozado hasta ahora

Charles Darwin
Artemisia Synchroma

Jimena Vergara   |    Darwin nació en Shrewsbury, Inglaterra, el 12 de febrero de 1809 en el seno de una familia protestante de la emergente burguesía inglesa. Realizó sus estudios profesionales en la Universidad de Edimburgo en medicina pero, a la larga, se encontraría decepcionado por la práctica médica. Aún así, tuvo importantes influencias intelectuales en Edimburgo donde aprendió taxidermia, geología, anatomía. Siguió de cerca los debates teóricos del llamado materialismo radical inglés y estuvo al tanto de la teoría evolutiva propuesta por Lamarck. Decepcionado por los mediocres resultados obtenidos como médico, su padre lo envió a Cambridge para titularse en letras con el propósito de formarlo como pastor anglicano.

Lejos de tomar el camino del sacerdocio, su estancia en Cambridge le permitió familiarizarse con tres obras que marcarían su pensamiento: la Teología Natural de Paley, Un discurso preliminar en el estudio de la filosofía natural de Herschel y el Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente de Humboldt.

En el centenario del nacimiento de Roland Barthes

Apuntes de la novela que Roland Barthes no escribió

Beatriz Sarlo   |   ¿Hubo un relato que el gran ensayista no se atrevió a escribir? Su autorretrato en fotos y textos sueltos hilvanan una ficción que, finalmente, es biográfica y que nunca se concretó. Estas fotografías pertenecen a Henri Cartier-Bresson y fueron tomadas en 1963. Un año antes, Barthes escribió que este fotógrafo posee un esteticismo manifiesto, que soñaba con ser pintor y la fotografía era una segunda opción. Por eso hay reminiscencias de lo pictórico en sus obras, que producía una cierta espiritualidad estática en términos de espectáculo objetivo.

Estas fotografías pertenecen a Henri Cartier-Bresson y fueron tomadas en 1963. Un año antes, Barthes escribió que este fotógrafo posee un esteticismo manifiesto, que soñaba con ser pintor y la fotografía era una segunda opción.

K de Kafka

Alejandro Campos   |   Quizás la obra de Kafka sea una de las más ricas y más comentadas de la literatura del siglo XX. A lo largo de los años, gracias a la (feliz) desobediencia de su íntimo amigo Max Brod, quien desoyó la voluntad testamentaria de Kafka que demandaba la destrucción de sus escritos, se han multiplicado las interpretaciones en torno a la obra del escritor checo. Desde el psicoanálisis a las interpretaciones religiosas, el abanico de lecturas ha sido tan prolífico como su obra. 

La ley, la culpa, la burocracia, la figura del padre, la animalidad, son todos temas que rondan la obra de Kafka y que han interesado a los más destacados pensadores y corrientes de pensamiento del siglo XX. La carta al padre ha sido el deleite de psicoanalistas, tal como El Proceso o la famosa parábola Ante la ley han sido materia de discusión en torno al derecho y a la burocracia.