“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

10/8/12

El desafío del MERCOSUR

Gustavo Márquez Marín

Especial para La Página
Si bien la incorporación de Venezuela al MERCOSUR es un triunfo derivado de la perseverancia y la coherencia política del Presidente Hugo Chávez, frente a la política imperialista estadounidense dirigida a destruir cualquier intento de  unidad latinoamericana y caribeña y  al aislamiento de la revolución bolivariana. Ese hecho coloca al gobierno bolivariano frente un desafío, que le obliga a replantear su política industrial y de comercio exterior, con miras a lograr en el mediano plazo, la diversificación de la economía venezolana, para reducir las asimetrías estructurales de ésta respecto de las de Brasil y Argentina.

El ingreso de Venezuela al MERCOSUR se inscribe en un proyecto geopolítico sustentado  en el respecto a la autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento de diversos mecanismos de integración con distintas velocidades, en los cuales coexisten gobierno democráticos políticamente diversos. El núcleo duro es el ALBA, con el se pretende romper la lógica del capital transnacional, para darle el protagonismo a los Estados y a la Política. Este modelo de integración se basa en las ventajas comparativas y cooperativa, en la complementación e integración productiva mucho más allá de la comercial, centrándose en lo social. Con la entrada de Venezuela al MERCOSUR, estarán integradas  3 de la 4 economía más grandes de ALC  para constituir la columna vertebral de la UNASUR.

La integración tiene sentido si prioriza la lucha contra la pobreza y la exclusión social, promoviendo relaciones de cooperación, complementación,  solidaridad  y reconocimiento de las asimetrías. En orden ascendente, Venezuela va engranando en el ALBA, MERCOSUR,  UNASUR y CELAC, mecanismo estos que marchan a distintas velocidades, con diferentes  grados de desarrollo y  de cohesión política.

Esta visión choca con el modelo de integración neoliberal  ortodoxo, unilineal, basada en el darwinismo económico y social –del cual es abanderado el candidato Capriles Radonsky-  enfocado en la ampliación de los mercados de las grandes corporaciones transnacionales y la facilitación de su comercio, para que éstas maximicen sus ganancias en detrimento del bienestar  de  los pueblos.