“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

17/4/14

Ernesto Laclau | La cuerda profunda de una época

Ernesto Laclau ✆ Bob Row
Federico Vázquez  |  En un acercamiento, respetuoso, a la caja de herramientas conceptuales de Laclau, lo que se destaca es una preocupación obsesiva por el problema de la representación política. En definitiva, detrás de las “cadenas de equivalencias” y los “significantes vacíos”, lo que hay es un esfuerzo muy destacable por encontrar respuestas a una pregunta central: cómo hace una sociedad para construir las mediaciones necesarias para que las demandas sociales se canalicen políticamente.

En general, la muerte tiene un efecto silenciador sobre las críticas. Si se trata de un personaje con notoriedad pública, suele aparecer una súbita tendencia a la hipocresía por parte de quienes no teniendo simpatía, intentan ocultar sus opiniones personales, jugando a la diplomacia discursiva.

Sin embargo, en algunos medios, la muerte de Ernesto Laclau dejó ver una cara más original por parte de colegas intelectuales así como en las reseñas obligadas por el deceso del escritor. La delicadeza fue dejada de lado, y se eligió sintetizar la obra de Laclau como una herramienta coyuntural del gobierno ("intelectual ultra k"), o incluso forzando tanto la lógica hasta el punto de decir que sus conceptos y elaboraciones teóricas funcionaron como una "pantalla" para ocultar el verdadero rostro ineficiente y maligno de la gestión kirchnerista.