“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

21/10/15

La dimensión socio-transformadora en el pensamiento de Chávez

Apuntes para el aprendizaje y des-aprendizaje en la experiencia socialista cubana
Geydis Elena Fundora Nevot   |   Para dimensionar la obra y el pensamiento de Chávez, es pertinente comenzar por una reflexión que sirva como punto de partida: Pongámonos a pensar si nosotros, como sujetos históricos, tuviéramos el reto de transformar una sociedad víctima de años de dominación económica, política, cultural, por el capitalismo salvaje; que ha dejado como saldo histórico una sociedad desmemoriada, despolitizada, con poco sentido del momento histórico; fraccionada, atomizada, desagregada; altamente condicionada por los medios de comunicación y fácil de manipular; con vacíos educacionales acumulados; con notables brechas de equidad de género, étnico-raciales, territoriales, de estratos sociales, con una notable exclusión social; a la que le han arrebatado la dignidad; con una tendencia cultural pro-norteamericana; con una cultura de desorganización social, poca sistematización, improvisación y sedentarismo; con hiperconsumismo; con concepciones de pseudolibertad; una sociedad con una cultura instalada del miedo y la inseguridad; con una trasmisión intergeneracional de valores contrarios a la Revolución como la corrupción, el individualismo, la realización material por encima de la espiritual, el clientelismo político, la deslealtad, la traición; y con una desconexión del plano internacional. Si tuviéramos el reto de convertir esta sociedad en una revolución, pero no una cualquiera, sino en una Revolución Bolivariana, ¿qué haríamos…?