“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

26/10/14

Jean Tirole y el arte de la regulación inocua

Foto: Jean Tirole
Alejandro Nadal
El poder de las grandes corporaciones en los mercados de todo tipo de bienes es uno de los rasgos más importantes de la economía mundial. Cualquiera pensaría que la teoría económica le habría dedicado tiempo y recursos para analizar las fuentes de este poder estratégico de las grandes corporaciones, así como de sus consecuencias. Hay que pensar dos veces.

El Premio Nobel de Economía fue otorgado a Jean Tirole por su trabajo sobre las corporaciones y su poder de mercado. El comunicado del comité Nobel indica que las aportaciones de Tirole facilitan la corrección de las fallas de mercado que permiten a las grandes corporaciones desplegar su poderío y lucrar con sus resultados negativos (altos precios a los consumidores o a empresas improductivas). En realidad, la obra de Tirole se inscribe en la vieja tradición de no cambiar el paradigma central de la teoría económica sobre las bondades del mercado.

Jean Tirole, premio Nobel de Economía | Los incentivos y la dialéctica

Jean Tirole ✆ Jac Depczyk
Guillem Murcia
[En] la revista de economía heterodoxa Real-World Economics Review, me encontré con una entrada de David F. Ruccio comentando la concesión del Premio Nobel de Economía a Jean Tirole. Ruccio, profesor de economía de la Notre Dame University y miembro del consejo editorial de Rethinking Marxism, señalaba que la Real Academia Sueca de las Ciencias, al otorgar el premio a Tirole, había manifestado que nos había “aclarado cómo entender y regular industrias con unas pocas empresas poderosas”. Ruccio iba un poco más allá, diciendo que en realidad el trabajo del francés lo que había mostrado era la naturaleza del capitalismo en el mundo real: un mundo con industrias dominadas por pocas empresas de gran poder que pueden imponer precios mucho más altos que los costes y que bloquean la entrada de otras empresas. Algo bien diferente de la “fantasía” que se enseña en muchas facultades de economía y que nos hablaría de un mundo de empresas en competición perfecta, sin efectos negativos en la sociedad y por tanto sin necesidad de regulación.