“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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6/2/16

Lenin, el Cabaret Voltaire y el dadaísmo en sus 100 años

Lenin ✆ Emaze
En 1916, y durante varios meses, Lenin se codeó en Zúrich con los primeros dadaístas. Esta extraordinaria coincidencia parece que pasó inicialmente desapercibida

Daniel Arjona    |    Entre el espeso humo, el ruido de las declamaciones o de una canción popular, hubo apariciones súbitas, como la de la impresionante figura de mongol de Lenin".  El pintor rumano Marcel Janco se dejó caer el 5 de febrero de 1916, hace hoy cien años, por un nuevo tugurio de Zúrich que abría sus puertas esa noche para presentar al que se convertiría en uno de los movimientos artísticos más importantes del siglo XX. Cuarenta años después recordaba en un libro colectivo aquella velada tumultuosa en el Cabaret Voltaire en la que nació Dadá, entre pintores, estudiantes, desertores, revolucionarios y espías en el número 1 de la Spiegelgasse de Zúrich. En el 14 de la misma estrecha callejuela, en un cuchitril que apestaba al salchichón que embutía una fábrica cercana, Vladimir Ilich Uliánov, alias Lenin, y Nadezhda Konstantínovna Krúpskaya, su mujer, descontaban los días del exilio.

"En 1916, y durante varios meses, Lenin se codeó en Zúrich con los primeros dadaístas. Esta extraordinaria coincidencia parece que pasó inicialmente desapercibida". También pasó injustamente desapercibido en 2009 un libro alucinante firmado por Dominique Noguez (1942) y titulado 'Lenin dadá'.

11/10/13

La rebelión absoluta del Movimiento Dada

Hans Heinz Holz  |  Su emblema no fue la flor azul, sino Anna Blume, el "animal bobo", la imaginaria amada non sense de Kurt Schwitters, a la que éste dedicó sus lánguidas parodias. El lema escogido era lo sin sentido, pero transparentaba un sentido destrozado; a veces, la perspectiva tiene mayor importancia, otras menos. Cuando Schwitters dio a sus creaciones el título global de Merz, que tomó de la sílaba intermedia de la palabra Kommerzbank (Banco del Comercio), lo hacía con la voluntad de descomponer estructuras existentes y disolverlas en sus partes constitutivas. No fue casual que una honorable institución del orden social y económico imperante se convirtiera en objeto simbólico de este proceso de descomposición; hay bastantes collages de Schwitters que dejan ver claramente la dirección de su intención. La "Merz-Blume" hannoveriana de