“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

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20/2/17

La La Land: A Leninist Reading

Slavoj Žižek

Among the PC reproaches to Damien Chazelle’s La La Land, the one that stands out for its sheer stupidity was that there are no gay couples in the film which takes place in LA, a city with a strong gay population… How come those PC Leftists who complain about the sub-representation of sexual and ethnic minorities in Hollywood movies never complain about the gross misrepresentation of the lower class majority of workers? It’s OK if workers are invisible, just that we get here and there a gay or lesbian character…

I remember a similar incident at the first conference on the idea of Communism in London in 2009. Some people in the public voiced the complaint that there was only one woman among the participants, plus no black person and no one from Asia, to which Badiou remarked that it was strange how no one was bothered by the fact that there were no workers among the participants, especially given that the topic was Communism.

And, back to La La Land, we should bear in mind that the movie opens up precisely with the depiction of hundreds of precarious and/or unemployed workers on their way to Hollywood to search for a job that would boost their career. The first song (“Another Day of Sun”) shows them singing and dancing to make the time pass while they are stuck in a highway traffic jam. Mia and Sebastian, who are among them, each in his/her car, are the two who will succeed—the (obvious) exceptions. And, from this standpoint, their falling in love (which will enable their success) enters the story precisely to blur in the background the invisibility of hundreds who will fail, making it appear that it was their love (and not sheer luck) which made them special and destined to success. 

12/1/17

Urnas y calles: Lenin electoral — I

La situación política es más fuerte que todas las declaraciones” — Lenin, 1906
Lenin y la manifestación ✆ Isaak Brodsky

 Nicolás González Varela

El tradicional culto a Lenin, un poco en decadencia, en el mejor de los casos reduce caricaturescamente su figura al heroico bronce de la insurrección armada, los coches blindados y las bayonetas de los fusiles Mosin-Nagant. El Kul’t lichnosti además de servir de legitimación y consolidación del regimen de Stalin trajo como efecto secundario una reducción y mutilación del Lenin político, ya no podíamos comprenderlo en su dimensión completa, en su práctica materialista-histórica, en su “concretidad”. Hablar de las elecciones, del parlamentarismo en relación con el pensamiento de Lenin parece un equívoco, un oximorón o el intento de construir una relación extraña. Tanto la Leninología como la mayoría de los biógrafos (desde hagiógrafos a críticos) raras veces mencionan la actividad electoral revolucionaria de Lenin, mucho menos describen o analizan su táctica parlamentaria y su “uso” del mecanismo representativo de voto burgués. Queda poco espacio para la política electoral en el monumental Lenin insurreccionalista e ingeniero organizativo, salvo como “momento de pausa”, el descanso del guerrero entre la fallida revolución de 1905 y la revolución democrática burguesa de febrero de 1917. Por elevación esta etiqueta-estigma efectúa un ritornello negativo a su maestro Marx por influencia lógica: tampoco en las luchas democrático-burguesas es muy útil su escasa u ocasional contribución. Coinciden en esto todas las tendencias: la Leninología [1], la Sovietología heredada de la Guerra Fría [2] y el Post-marxismo [3] promulgan en que poco tienen que decir sobre rupturas democráticas y participación electoral tanto Marx como Lenin. El Lenin electoral es un lapsus accidental, [4] un interregno secundario entre la lucha por el control del partido y la conquista del poder. El Lenin electoral es una mera máscara del auténtico Lenin “conspirador-de-facción-insurreccionalista”. 

30/4/16

Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado

Vladimir Lenin 

1. El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha hecho que la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras forcejeen convulsivamente con el fin de hallar argumentos ideológico-políticos para defender la dominación de los explotadores. Entre esos argu­mentos se esgrime particularmente la condenación de la dictadura y la defensa de la democracia. La falsedad y la hipocresía de este argumento, repetido en mil variantes por la prensa capitalista y en la Conferencia de la Internacional amarilla de Berna, celebrada en febrero de 1919, son evidentes para todos los que no quieren hacer traición a los principios elementales del socialismo.

2. Ante todo, ese argumento se basa en los conceptos «democracia en general» y «dictadura en general», sin plantear la cuestión de qué clase se tiene presente. Ese planteamiento de la cuestión al margen de las clases o por encima de ellas, ese planteamiento de la cuestión desde el punto de vista –como dicen falsamente– de todo el pueblo, es una descarada mofa de la teoría principal del socia­lismo, a saber, de la teoría de la lucha de clases, que los socialistas que se han pasado al lado de la burguesía reconocen de palabra y olvidan en la práctica. Porque en ningún país capitalista civilizado existe la «democracia en general», pues lo que existe en ellos es únicamente la democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la «democracia en general», sino de la dictadura de la clase, es decir, del proletariado, sobre los opresores y los explotadores, es decir, sobre la burguesía, con el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación.

3/3/16

Lenin, sus herederos y la cuestión colonial

Este es el segundo artículo de tres escritos por Moshé Machover sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos coloniales en la tradición política socialista. En el primero de ellos, El Colonialismo y los nativos  hacía un exhaustivo análisis de las posiciones y debates de la Segunda Internacional sobre la cuestión colonial. En este aborda los de la Internacional Comunista, y en una última entrega abordará su concreción en la cuestión palestina y las consecuencias del proyecto colonial sionista.
Lenin ✆ Nikolay Fechin

Moshé Machover   |   Después de la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Octubre, la mayoría de los marxistas revolucionarios que no habían sido arrastrados por el torbellino patriótica que acabó con la Segunda Internacional se reagruparon en los partidos comunistas afiliados a la Internacional Comunista.
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En este incipiente movimiento comunista, los debates anteriores a 1918 sobre la autodeterminación nacional habían perdido gran parte de su actualidad. Esos viejos debates trataban principalmente de las nacionalidades sometidas y oprimidas de los imperios austro-húngaro y ruso. Sin embargo, la situación de la mayoría de estas nacionalidades cambió drásticamente después de la guerra.

27/2/14

La hipótesis de un 'leninismo libertario' sigue siendo un desafío de nuestro tiempo | Entrevista inédita a Daniel Bensaïd

Foto: Daniel Bensaïd
- Jorge Sanmartino: En la conferencia que diste en Buenos Aires, en la sede de CLACSO, mencionaste que la globalización no elimina los paradigmas con los cuales pensamos la política pero sí sacude todo el sistema de conceptos de la modernidad abierta en el siglo XVII. ¿En qué medida estos conceptos han sido reformulados, o mejor dicho, qué debemos reformular y qué consecuencias tiene para la lucha de clases socialusta?

 - Daniel Bensaïd: Sólo quería destacar la amplitud del cambio de época. Desde la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS, los historiadores hablan mucho del “corto siglo XX”, como si simplemente se hubiera vuelto a cerrar un paréntesis abierto por la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa y acabado con lo que ellos consideran “el fin del comunismo”. Esta periodización permite tratar a Marx y a su herencia como un perro muerto, presentando el retorno a los filósofos liberales