“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

25/5/16

Lenin y el Bolchevismo

Lenin ✆ Andreev
Lars T. Lih
En un reciente debate en la red, ha salido con frecuencia la cuestión de las ideas de Lenin sobre la relación entre el bolchevismo y el partido en su conjunto. Me gustaría arrojar algo de luz a este problema examinando sus puntos de vista en tres momentos: 1912, 1917 y 1920. En este primer artículo, examinaré el material de 1912.

Las ideas de Lenin sobre este asunto en los años previos a la I Guerra Mundial pueden ser resumidas sucintamente: el bolchevismo es una fracción (fraktsiia), una parte de un todo mayor, es decir, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). El bolchevismo era un partido dentro de un partido: igual que el POSDR representaba una plataforma dentro de la sociedad en general, el bolchevismo defendía un conjunto específico de ideas tácticas dentro del más amplio Partido Social Demócrata. Como un partido político frente a la sociedad, la fracción bolchevique tenía ideas particulares sobre el funcionamiento del partido: propagaba esas ideas y trató de hacer que las instituciones centrales del partido se inspiraran en ellas. Pero incluso cuando el bolchevismo tuvo el control del Comité Central, no se convirtió en el partido. Uno podía aún ser miembro del partido y no ser bolchevique; de hecho esto era visto como la situación normal. «Fraktsiia ne est’ partiia»: Una fracción no es un partido.

Uno podría preguntarse: "pero, si esto era lo que pensaban Lenin y otros bolcheviques, ¿qué pasa con la Conferencia de Praga de enero de 1912, en la que los bolcheviques lograron una amplia mayoría en el Comité Central? ¿No nos han asegurado ya muchos autores que esta conferencia representó la creación de un nuevo Partido Bolchevique donde la antigua fraktsiia se convirtió en todo el partiia?". Sin embargo, si miramos las fuentes de la época, una cosa queda meridianamente clara: Lenin y los bolcheviques no pretendían crear un Partido Bolchevique, no pensaron que hubieran creado un Partido Bolchevique y negaron tajantemente que hubieran organizado la Conferencia con ese propósito. No sólo no se plantearon ese resultado como objetivo sino que difícilmente hubiera tenido sentido para ellos.

Recientemente Paul Le Blanc ha escrito un largo e instructivo artículo sobre la Conferencia de Praga que concluye diciendo que "a todos los efectos prácticos, el partido que emergió de la Conferencia de Praga del POSDR de todo Rusia fue un partido bolchevique". Aquí las palabras clave son "a todos los efectos prácticos". Paul señala una serie de razones por las que cabe identificar el bolchevismo y el partido: el nuevo Comité Central estaba compuesto de forma abrumadoramente mayoritaria por bolcheviques; el esfuerzo de los bolcheviques por forjar una coalición con los "mencheviques del partido" no fue demasiado enérgico; las otras facciones no aceptaron la legitimidad de las instituciones centrales votadas en la Conferencia de Praga y trataron (sin demasiado éxito) de crear otras que compitieran con aquéllas; la existencia de una continuidad organizativa directa entre el Comité Central de 1912 y el Partido Comunista de 1918 que añadió "bolchevique" a su nombre oficial.

Todo esto es cierto, pero no contradice lo que he dicho antes sobre la visión y aspiraciones de Lenin y los bolcheviques en 1912. El argumento en sentido contrario de Paul es en parte una cuestión de fuentes. Él dice contar con "fuentes primarias", con lo que se refiere a material procedente de participantes directos en la vida del partido antes de la guerra. Pero se basa de forma abrumadora en fuentes escritas tras el evento y particularmente después de la Revolución rusa de 1917. Usar memorias y otras fuentes posteriores a dicho evento es siempre complicado, pero hay una serie de razones por las que son particularmente poco fiables en el caso de la Conferencia de Praga. En torno a la década de 1920, había ciertamente dos partidos, con tendencia a proyectar visiones de ese momento hacia la situación anterior. Además, y más importante, en los años 20 la mera idea de tener facciones en el partido estaba deslegitimada

Otra razón por la que fuentes posteriores no son fiables es que la situación interna del partido en 1912 era endiabladamente complicada. Un historiador, amigo mío, me contaba que "no era capaz de comprender 1912", y ese era también mi caso antes de quedar tan fascinado por el tema que me tomé un par de meses libres solamente para absorber los detalles necesarios para leer los documentos de dicho periodo. Muchas fuentes posteriores dedican sólo una frase o un párrafo a los conflictos internos del partido de los años 1910-14 (las memorias más útiles son aquellas con espacio suficiente como para describir en detalle la vida del partido durante este período). Deberíamos darnos cuenta de que cualquier fuente que reduzca el conflicto a "bolcheviques contra mencheviques" está simplificando de forma exagerada (yo también tendré que simplificar mucho la situación para mantener mi argumento principal).

Paul Le Blanc usa una fuente directa del periodo prebélico: los escritos del propio Lenin. Creo que si uno toma todas las referencias de Paul a los textos de Lenin, surge una imagen muy diferente a la expuesta en sus propias conclusiones principales. Por ejemplo, hace notar adecuadamente que en 1912 Lenin aún no había puesto en cuestión la legitimidad de tener una ala oportunista en un partido socialdemócrata, lo que nos deja con la extraña imagen de Lenin creando un Partido Bolchevique en el que estuviera permitido el oportunismo.

Sin embargo, creo que Paul no tiene suficientemente en cuenta la posibilidad de que la concepción bolchevique en 1912 pueda no ser directamente deducida de lo que acabó sucediendo "a todos los efectos prácticos". Trataré de plantear algunos temas a partir de los textos de Lenin y otros que Paul no ha planteado o no ha enfatizado de forma suficiente. Para ello, usaré mucho los materiales de Lenin disponibles en la excelente antología de Lenin preparada por el propio Paul: Revolución, Democracia, Socialismo (Londres, 2008).

Otra cuestión sobre las fuentes antes de comenzar. Como se ha mencionado arriba, el Partido Comunista deslegitimó radicalmente las fracciones dentro del partido. El régimen quedó, pues, avergonzado por lo que Lenin y otros decían sobre las facciones en este período. Para atenuar la vergüenza, al menos en la traducción, simplemente renunciaron a traducir fraktsiia por "fracción" y recurrieron a eufemismos como "grupo" o "sección". He encontrado ejemplos de esta práctica en traducciones de Lenin, Stalin y Krúpskaya. En la discusión de más abajo he corregido estas traducciones falsificadas.
Fraktsiia ne est’ partiia
Vale la pena citar por extenso un documento que toca nuestro tema, puesto que Lenin plantea sus puntos de vista de forma muy clara. La escena es una reunión de la fracción bolchevique en 1909. Lenin sostiene que una fracción —definida como un grupo con "una fisionomía táctica específica"— puede excluir miembros en base a criterios que serían impropios para el partido (el texto está sacado de Revolución, Democracia, Socialismo. p. 202-3; traducción modificada cuando ha sido preciso):
El bolchevismo está representado en nuestro país por la fracción bolchevique del partido. Pero la fracción no es el partido. En el partido puede haber toda una gama de matices de opinión, cuyos extremos pueden estar incluso en aguda contradicción entre sí. En el partido alemán vemos, al lado del ala claramente revolucionaria de Kautsky, el ala archirrevisionista de Bernstein. La fracción es otra cosa. En el partido, la fracción es un grupo de hombres unidos por la comunidad [unanimidad] de ideas, creado con el objetivo primordial de influir sobre el partido en determinada dirección, con el objetivo de aplicar en el partido sus propios principios en la forma más pura posible. Para esto es necesario una auténtica comunidad [unanimidad] de idea. Esta diferencia entre lo que exigimos de la unidad del partido y de la unidad de la fracción debe ser comprendida por cuantos deseen explicarse el verdadero estado de los roces internos en la fracción bolchevique.
Después, Lenin adelanta su idea de que el "liquidacionismo" y el menchevismo no deben ser igualados, puesto que "una minoría de mencheviques" es también antiliquidacionista. Asegura a su público bolchevique que no se está volviendo blando con los mencheviques:

No se trata en modo alguno de ocultar nuestras diferencias tácticas con los mencheviques. Luchamos y seguiremos luchando con la mayor decisión contra las desviaciones mencheviques de la línea de la socialdemocracia revolucionaria. No se trata en modo alguno, se sobrentiende, de disolver la fracción bolchevique en el partido. Los bolcheviques han hecho muchísimo por conquistar posiciones en el partido, mas queda aún mucho por hacer en tal sentido. La fracción bolchevique, como corriente ideológica definida en el partido, debe seguir existiendo.

Lenin termina alabando a los bolcheviques por ser la fracción más dedicada a "preservar y consolidar" el partido, esto es, rechazando las impugnaciones a su programa básico y a sus instituciones. Precisamente por este papel, "en este difícil momento cometeríamos un verdadero crimen si no tendiéramos la mano a los defensores del partido pertenecientes a otras fracciones, que actúan en defensa del marxismo y del espíritu de partido frente al liquidacionismo".

Lenin no pudo ser más claro: una fracción es un tipo de entidad distinta a la del partido, con criterios muy distintos sobre lo que supone ser miembro. El peligro actual para el partido no surge de las ideas tácticas de la fracción menchevique. La lucha contra estas ideas tácticas ha de continuar, pero en un espíritu muy diferente al de la lucha contra el liquidacionismo. Los bolcheviques deben aspirar a liderar el partido, pero ciertamente no a convertirse en el partido.

Si Lenin planeó conscientemente crear en 1912 un Partido Bolchevique, tuvo que haber cambiado radicalmente sus opiniones sobre estos asuntos entre 1909 y 1912. ¿Lo hizo? En sus memorias, Nadezhda Krúpskaya ofrece su opinión sobre el asunto:
La experiencia de la escuela de Capri había mostrado cómo muy a menudo el fraccionalismo de los obreros era relativo y muy peculiar. Era importante tener un centro unido en el partido, alrededor del cual pudieran agruparse las masas de obreros socialdemócratas. En 1910, la lucha se hacía por la misma existencia del Partido, para ejercer influencia sobre los obreros por medio del partido. Vladímir Ilich estaba convencido de que dentro del partido, los bolcheviques serían mayoría, y que al fin el partido adoptaría la línea bolchevique; pero tenía que ser un partido y no una fracción. Ilich continuó con esta línea también en 1911, cuando se estaba constituyendo una escuela del Partido cerca de París en la cual se admitían los seguidores de Vperiod y mencheviques del partido [partidistas], además de los bolcheviques. Esta línea fue también mantenida en la Conferencia del Partido de Praga de 1912. Ilich no quería una fracción, sino un partido que siguiera la línea bolchevique. [N. del T.: Krúpskaya, N.: Mi vida con Lenin. p. 171. Editorial Mandrágora]
Paul Le Blanc cita una parte de este paso (en la confusa traducción de la era soviética) y comenta: "Por “no un grupo” Krúpskaya parece referirse no a un simple segmento fraccional, sino más bien a todo el POSDR". Como tal, el comentario de Paul es correcto, pero no debería entenderse como que Krúpskaya quisiera que la fracción bolchevique se convirtiera en el "todo el POSDR". Justo al contrario: su idea es que los bolcheviques luchen por sus ideas, no declarando que ellos son el partido sino, más bien, convenciendo a la mayoría del partido.

Consideremos la siguiente frase del paso ya citado: "La lucha en 1910 fue una lucha librada por la propia existencia del partido, por ejercer influencia sobre los trabajadores por medio del partido". La lucha de la que habla aquí Krúpskaya no era sobre qué ideas, bolcheviques o mencheviques, deberían ser propagadas por el partido. Esa era una lucha diferente, más normal, menos existencial. Más bien era una lucha sobre una amenaza percibida sobre la propia existencia institucional de un partido clandestino y su misión de propagar el programa socialdemócrata básico compartido tanto por bolcheviques como por mencheviques. Sólo por esta razón, podían los bolcheviques apelar a los mencheviques sensatos a que se unieran a su lucha.

Si ponemos, junto a esto, las declaraciones de Lenin de 1909, veremos que Krúpskaya mantiene con extraordinaria claridad que Lenin no cambió sus puntos de vista entre 1909 y 1912 y continuó considerando que existía una diferencia de género entre una fracción y el partido.
Dos Partidos
En las memorias del menchevique georgiano Gregori Uratadze, encontramos la siguiente descripción de los asuntos del partido en este periodo:
Surgió una lucha más dura en torno al “liquidacionismo” que en torno al bolchevismo y menchevismo. El léxico del partido fue enriquecido con nuevos términos: “liquidador”, “anti-liquidador”, “partidista” [alguien que quería conservar el aparato clandestino], “leninistas partidistas”, “bolcheviques partidistas”, “mencheviques partidistas”, “liquidadores clandestinos”, “trotskista-partidista”, “trotskista-liquidador”, “liquidadores de Plejánov”, etc. ¡Y todo esto en un solo partido!
Los términos "liquidacionismo" y "liquidador" eran lo suficientemente importantes como para generar los correspondientes términos para su oponentes; partiinost y partiest, que pueden ser traducidos como partidismo y partidista. Los partidistas sostenían que estaban defendiendo la propia existencia del partido frente a sus atacantes. Esta es la razón por la que la división liquidadores-partidistas era tan apasionada y por qué, como muestra Uratadze, atravesó las líneas fraccionales habituales.

El ataque bolchevique al liquidacionismo puede resumirse diciendo que esta tendencia representaba una amenaza para la existencia del partido y que, por tanto, las otras diferencias fraccionales no deberían interferir con una lucha coordinada contra ella. La causa contra el liquidacionismo tenía dos grandes rasgos:
(a) Al repudiar la necesidad de un aparato clandestino e ilegal, los liquidadores ponían en peligro la existencia misma de un partido socialdemócrata que predicara el socialismo y la revolución anti-zarista, ideas que no podían ser manifestadas legalmente en la Rusia de Stolypin (Stolypin fue el primer ministro de Rusia durante gran parte de este período).
(b) Los liquidadores eran también culpables de sabotear los esfuerzos por reactivar cuerpos de dirección centrales y habían hecho todo lo posible por evitar la reanimación del Comité Central o la convocatoria de una Conferencia de todo el partido.
No tenemos necesidad de pronunciar un veredicto sobre lo justo de estas acusaciones. El caso es que los bolcheviques mantenían que, a diferencia de las luchas fraccionales normales para controlar las políticas del partido, los liquidadores representaban una amenaza a la existencia misma del partido como "medio" —según las palabras de Krúpskaya— "para ejercer influencia sobre los obreros".
La causa contra el liquidacionismo fue tratada en la extensa obra (alrededor de 200 páginas) de Lev Kámenev Dos partidos en 1911. Esto es, en el momento en el que se estaba organizando la Conferencia de Praga. Como cuenta Kámenev, el libro fue escrito con estrecho asesoramiento de Lenin. Por tanto, puede ser considerado como un manifiesto en el que los bolcheviques expusieron lo que trataban de lograr con la Conferencia de Praga.

En 1924, cuando se reeditó el libro (en un momento en que, según Kámenev, las polémicas contra Trotsky de las que se hablaba en el libro jugarían un papel positivo), escribió en el prefacio a la reimpresión: "El título de la obra —Dos partidos— se refiere al hecho de que, al margen de la unidad formal del partido, veíamos a los bolcheviques y mencheviques no como dos fracciones de un único e idéntico partido, sino como dos partidos hostiles luchando entre ellos".

Es un buen ejemplo de un arreglo retrospectivo. En el prefacio a la primera edición de 1911, Kámenev escribió una cosa muy distinta:
Como defensores de la lucha ideológica más despiadada contra los grupos y grupillos que ha fomentado la atmósfera contrarrevolucionaria, somos igualmente firmes defensores de la unidad bajo la bandera del partido de todos los marxistas revolucionarios, independientemente de la fracción y la tendencia y al margen de estas o aquellas diferencias sobre cuestiones de política actual […]. El POSDR debe aplicar su energía y todas sus fuerzas en contribuir y servir en un sentido comprensivo, independientemente de la fracción y la tendencia, a todos los círculos obreros, grupos y asociaciones, que trabajen legal o ilegalmente en la resurrección y fortalecimiento de una organización proletaria en Rusia [Énfasis mío].
El contraste llama la atención. En 1924, Kámenev dice haber reclamado que los mencheviques fueran considerados un partido distinto y hostil. Cuando leemos lo que realmente escribió en 1911, encontramos con que llamaba a todos los socialdemócratas «sin distinción de fracción» a unirse a la lucha contra el liquidacionismo. De hecho, Kámenev insiste en que, desde 1909, la idea de llegar a los mencheviques-partidistas ha "determinado toda la trayectoria de los bolcheviques dentro del partido".
Kámenev lo dice tan insistentemente como puede: no tienes que ser bolchevique para apoyar nuestra iniciativa de excluir a los liquidadores. Nuestra motivación no es imponer ideas específicamente bolcheviques en el partido, sino más bien salvar el partido para todos nosotros.

La consigna "dos partidos" no era por tanto un llamamiento a crear un nuevo partido y ciertamente no a crear un nuevo partido diseñado para propagar ideas específicamente bolcheviques. De hecho, esta consigna representaba un intento de defender al viejo partido de todos aquellos que (como mantenía Kámenev) trataban de construir un nuevo partido. Kámenev les dice a los liquidadores: adelante, cread vuestro nuevo partido —sin duda habrá gente que os apoye—, pero hacedlo de tal manera que no destruyáis el POSDR.

Quizás se pueda objetar que los "mencheviques-partidistas" eran en realidad una minoría muy reducida y que "a todos los efectos prácticos" la apuesta bolchevique por una coalición con ellos fracasó. Esta objeción está basada en hechos (al menos si nos restringimos a la política de los emigrados), pero no impugna mi descripción de lo que los bolcheviques pensaban que estaban haciendo. Consideraban que estaban creando un bloque transversal a las fracciones contra una amenaza existencial y específica para el funcionamiento mismo del partido. En 1910, por ejemplo, Lenin dice en una carta que piensa que los obreros mencheviques en la propia Rusia eran partidistas en su inmensa mayoría. En 1915, incluso tras muchas decepciones con Plejánov (el líder menchevique asociado al partidismo-menchevique) aún escribía que "a los mejores mencheviques" les repugnaba el liquidacionismo.

Lenin realmente creía en la posibilidad de crear un bloque transversal a las fracciones. Algunos observadores hostiles de aquel momento y posteriores, creían que todos estos discursos sobre el "menchevismo-partidista" eran un ardid y una excusa para obtener un partido exclusivamente bolchevique. Bajo todo ello, decían, Lenin igualaba liquidacionismo con menchevismo como tal. Me parece que cualquiera que diga que Lenin trataba conscientemente de crear un partido bolchevique tiene que mantener una postura similar respecto a la duplicidad de Lenin.
Partido de nuevo tipo
Una ruptura en un partido puede justificarse por dos motivos muy distintos. Uno es: vuestras ideas no son aceptables, os tenéis que ir. La otra es: sólo mis ideas son aceptables, sólo mi grupo puede quedarse. La primera excluye a un grupo específico. La segunda, salvo un grupo específico, excluye a todos.

¿Qué tipo de justificación se usó en la Conferencia de Praga? Claramente, la primera. Además de todos los argumentos que acabo de revisar, podemos añadir las resoluciones de la Conferencia, en la que sólo fueron declarados «fuera del partido» un grupo muy específico de escritores agrupados alrededor de un par de periódicos.

Este tipo de exclusión no era incompatible con la práctica de los "partidos de viejo tipo", si por eso entendemos los partidos socialdemócratas de Europa occidental de la II Internacional. Estos partidos se habían creado para propagar cierto mensaje y hubieran prescindido de los grupos que negaran lo esencial de ese mensaje; el caso más célebre es el de los anarquistas en la década de 1890.

Lenin insistía además en que no trataba de expulsar a los oportunistas en general; en otras palabras, no traba de purgar a toda la fracción menchevique. Una descripción tal de lo que estaba tratando de hacer, decía a los socialistas europeos, era una vil calumnia. Insistía en que ningún partido europeo habría tolerado el sabotaje y la indisciplina, atribuido a los liquidadores, durante un segundo. Como dice la canción "Si has estado allí, si lo has visto, habrías hecho lo mismo".

Hay una inveterada interpretación de lo que ocurrió en la Conferencia de Praga que viene a decir que en ella se inauguró un "partido de nuevo tipo", que contrastaba netamente con los partidos socialdemócratas de viejo tipo y que ponía un nuevo énfasis en la homogeneidad. La lógica de la exclusión sería ahora de un segundo tipo, según el cual, una fracción se convierte en todo el partido. La lógica que Lenin restringía anteriormente a la fracción —unanimidad de ideas de personas que piensan igual— se extendería ahora, según se dice, a todo el partido. De ahora en adelante, sólo los que estén de acuerdo con el bolchevismo son bienvenidos al partido.

Esta interpretación fue sacralizada en el famoso Curso breve de historia del partido que el gobierno de Stalin creó a finales de los años 30. Obviamente, congeniaba con un régimen que había deslegitimado las fracciones internas al partido. Por desgracia, también contradecía documentos históricos, hasta el punto de que los registros de la Conferencia de Praga no fueron publicados más que a finales de los años 80. Esta misma lógica de un "partido de nuevo tipo" es también central en la interpretación que Carter Elwood —el principal investigador académico de la Conferencia de Praga— hace en sus trabajos.

En su antología de Lenin, Paul Le Blanc escribe:
"El POSDR estaba desesperadamente dividido por las fracciones de mencheviques liquidadores y no-liquidadores, bolcheviques leninistas y anti-leninistas, y otros más, ¡incluida una fracción antifraccionalista dirigida por Trotsky! Lenin y los suyos concluyeron que esa entidad no podría llevar a cabo un trabajo revolucionario eficaz y en 1912 se reorganizaron como el Partido Obrero Social Demócrata de Rusia, distintamente al resto de entidades que tenían ese nombre" (p. 198).
Le Blanc rechaza explícitamente la interpretación de un "«partido de nuevo tipo". Sin embargo, sus palabras pueden ser leídas (incorrectamente, creo) como si implicaran que Lenin consideraba un partido multifraccional como algo ineficaz per se y, por tanto, se aseguró de que sólo hubiera una fracción en su nuevo y "reorganizado" partido. Le Blanc no deja suficientemente claro que la cuestión para Lenin era, más bien, que el trabajo del partido no estaba siendo eficaz, no por la profusión de fracciones, sino por la actividad de un grupo en particular: los liquidadores.

Lenin reconocía que había mucha gente en el partido opuesta a los liquidadores, pero no todos creían que fuera necesario excluirlos, o quizás no estaban de acuerdo con la forma en la que Lenin quería excluirlos. Toda esa gente tenía que tomar una decisión, pero Lenin estaba totalmente contento de tenerlos en el partido y no puede decirse que quisiera excluirlos en ningún sentido.

En mi opinión, la discusión sobre si el Partido Bolchevique se crea en 1912 o no tiene menos importancia que el fuerte rechazo a cualquier interpretación de un "partido de nuevo tipo" y contra cualquier afirmación de que Lenin estuviera aplicando ahora la lógica adecuada a las fracciones a todo el partido. Los registros históricos muestran contundentemente que, en lo que respecta a 1912, Lenin creía que «una fracción no es un partido».
¿Usurpación o continuidad?
En la sección de su antología titulada "La ruptura final con los mencheviques", Le Blanc nos ofrece un informe de Lenin a los socialistas de Europa occidental sobre la reciente Conferencia de Praga. En ese informe, Lenin dice lo siguiente sobre el proceso de organización de la Conferencia: "En resumen, 20 organizaciones se vincularon estrechamente con la Comisión de Organización, que convocaba esta Conferencia, es decir, casi todas las organizaciones, tanto bolcheviques como mencheviques que existen hoy en Rusia" (p. 204).

Podría pensarse que esta es una divertida manera de organizar una ruptura final con los mencheviques: haciendo un esfuerzo de buena fe por que estuvieran representadas todas las organizaciones clandestinas de toda Rusia sin importar las fracciones. La paradoja va más allá, puesto que Lenin insistía en la continuidad entre las instituciones dirigentes elegidas en Praga y el antiguo partido. Sostenía que el Comité Central elegido en Praga era la autoridad representativa de ese partido y que era el fiel ejecutor de las decisiones del partido tomadas anteriormente (en especial, las conferencias del partido en 1908 y 1910, en las que los mencheviques participaron y mostraron su acuerdo en las resoluciones relevantes).

Si el propósito de la Conferencia de Praga fue crear un Partido Bolchevique, Lenin estaría entonces aspirando, de forma muy arrogante, a apropiarse del patrimonio de bolcheviques y mencheviques. Y, ciertamente, una etiqueta muy común que se usaba contra él dentro del partido fue la de "usurpador". Si su objetivo era realmente crear un entidad bolchevique distinta, esta etiqueta parece la apropiada.

En la contribución de Paul d’Amato a esta discusión, se admite que la forma en la que Lenin describía sus actividades a los socialistas europeos era doble, si efectivamente Lenin hacía lo que d’Amato dice que hacía. Evidentemente, d’Amato justifica esa doblez porque servía a una buena causa. En cualquier caso, creo que tiene una percepción mejor que la de Le Blanc, que no parece reconocer ninguna contradicción entre la descripción que hace de las actividades de Lenin (crear una "entidad bolchevique distinta") y la descripción que hace el propio Lenin en el informe a la Segunda Internacional.

Si los bolcheviques hicieron o no esfuerzos de buena fe por organizar una verdadera conferencia "de todo el partido" es una cuestión compleja. En mi propio estudio de los documentos de la época, me sorprendió la enérgica y consistente insistencia de los bolcheviques por no organizar una Conferencia fraccional. También algunas opiniones de quienes no eran bolcheviques apoyan parcialmente su afirmación de representar cabalmente al menos a las organizaciones clandestinas de Rusia.

Añadiré la siguiente opinión personal que ya he expresado en otro lugar: si efectivamente Lenin quería crear un Partido Bolchevique, lo hizo de forma engañosa, desleal, destructiva y no debería ser imitada.
Después de Praga
Observando la actividad socialdemócrata entre enero de 1912 (fecha en que se celebró la Conferencia de Praga) y 1914, no encuentro muchas pruebas de que la gente pensara que había dos partidos separados. Más bien, se seguía pensando que mencheviques y bolcheviques eran dos fracciones de un mismo partido, fracciones con organizaciones separadas y dedicadas (como siempre habían hecho) a una guerra intestina destructiva, pero que aún se veían como partes de un todo mal definido pero identificable. En otras palabras, la situación posterior a 1912 no parecía cualitativamente distinta.

Un par de ejemplos para mostrar lo que digo. Aproximadamente un mes después de Praga, el periódico creado en la Conferencia, Pravda, publicó su primer número en el que se incluía un editorial —escrito, por cierto, por Iosif Stalin— que hacía un llamamiento a la unidad del partido, independientemente de las fracciones. En la lucha entre Pravda y su rival Luch por la elección de los candidatos socialdemócratas para las próximas elecciones legislativas, ambos bandos basaban sus propuestas en la idea de unidad del partido. Pravda reclamaba disciplina de partido y Luch reclamaba un frente común.

Entre 1912 y 1914, Lenin defendía habitualmente la legitimidad de los pravdistas (NB: no los bolcheviques como tal) diciendo que representaban a una gran mayoría de obreros socialdemócratas en Rusia. Es decir, al margen de la exclusión de ciertos grupos «liquidadores» en la conferencia de Praga, Lenin aún piensa automáticamente en términos de una minoría oportunista entre los trabajadores como una parte legítima de la socialdemocracia, aunque esté equivocada.

En su historia del partido, escrita en la década de 1920, Zinóviev hace comentarios que considero equivocados sobre Praga como "el momento de completa ruptura con los mencheviques· (por ejemplo, dice también muy erróneamente que no había mencheviques en la Conferencia). Es bastante revelador que inmediatamente después de hacer el comentario que acabo de citar, continúe diciendo: "la ruptura final con los mencheviques no se produjo en 1912 sino en 1917 (…) Hasta entonces todo el mundo pensaba que tras la caída del zarismo la socialdemocracia podría unirse y que los bolcheviques se fusionarían con los mencheviques".

He señalado mis impresiones, pero ciertamente se trata de un tema que podría investigarse aún más.

Por concluir: Paul Le Blanc plantea un buen argumento en torno a que después de Praga, el POSDR era "a todos los efectos prácticos" el Partido Bolchevique. Pero esta conclusión no nos dice nada sobre cómo Lenin y los bolcheviques veían la relación entre la fracción y el partido. El registro histórico no es ambiguo en este punto: creían (o actuaban como si creyeran) que la fracción y el partido eran dos tipos de cosas distintas: los bolcheviques eran una fracción y no el partido y la Conferencia de Praga fue en realidad lo que pretendía ser, i. e., una conferencia de todo el partido. Rechazaban como una injuria la idea de que estuvieran purgando de oportunismo el partido. No pensaban en términos de un «partido de nuevo tipo» sino que justificaban lo que hacía por normas comunes a toda la II Internacional. Somos libres de aceptar o rechazar estas opiniones, pero no somos libres, creo, de decir que los bolcheviques no las afirmaban.
***
¿Cómo se convirtió en (bolchevique) el partido de Lenin? ¿Quiso Lenin excluir a los mencheviques de la organización revolucionaria de Rusia para crear un "partido de nuevo tipo"?

Desde 1898 en adelante, existió un partido político llamado Rossiiskaia sotsial-demokraticheskaia rabochaia partiia o Partido Obrero Social Demócrata Ruso (POSDR). Rossiiskaia significa "ruso" en el sentido de ciudadano del Imperio Ruso, en oposición a russkaia, que se refiere a los rusos en sentido étnico. Por supuesto, el nombre del partido no hacía referencia a ninguna de sus dos futuras fracciones, mencheviques y bolcheviques.

En su VII Congreso, en marzo de 1918, este partido cambió oficialmente su nombre por el de Rossiiskaia kommunisticheskaia partiia (bol’shevikov) o PCR(b). Ahora el partido se refería a sí mismo como "bolchevique", aunque sólo fuera entre paréntesis. Surge la pregunta: ¿tuvo el partido un nombre intermedio, como POSDR(b), en el período que va, por ejemplo, de abril de 1917 a marzo de 1918?

No. La marca "POSDR(b)" fue usada ocasionalmente de manera informal en 1917 (por razones que serán discutidas más adelante) junto con otras marcas improvisadas. Sin embargo, nunca existió un partido que se llamara "POSDR(b)".

El que exista una generalizada opinión que señala lo contrario se debe al enérgico camuflaje que hicieron los editores soviéticos de su presentación de las obras de Lenin, de los registros de las reuniones del partido y documentos por el estilo. La ortodoxia histórica soviética reinante quería un partido oficialmente bolchevique tan pronto como fuera posible, como señal de su estatus de "partido de nuevo tipo". En cuanto tenían la oportunidad, los editores soviéticos usaban la marca "POSDR(b)" en los títulos que daban a los documentos históricos. Por ejemplo, el libro que contiene los registros del VI Congreso del partido en agosto de 1917 lleva por título Actas del VI Congreso del POSDR(b). Sin embargo, un examen de los propios documentos muestra que el nombre del partido —el que usaron todos los participantes— todavía era el viejo y simple "POSDR".

Para cualquier investigación, esta semi-falsificación de los editores soviéticos plantea un desafío acerca de cómo y por qué se cambió el nombre del partido. En lo que sigue, he ignorado los títulos proporcionados por los editores soviéticos, pero confío aún en su habitual seriedad en lo que respecta a los documentos mismos. Reconozco también que hacer generalizaciones acerca de lo que la gente no habla es bastante complicado. Por eso, las siguientes observaciones son de algún modo provisionales.

Cuando Lenin regresó a Rusia a principios de abril de 1917 (usaré aquí el antiguo calendario ruso), evitó prudentemente el uso de la palabra "bolchevique" para referirse al partido. Varias fueron las razones que le llevaron a esta reticencia. Primero, sus inveteradas opiniones sobre la diferencia esencial entre una fracción y el partido (como expliqué en mi primera entrega). Una fracción era algo más homogéneo en sus planteamientos que un partido, puesto que estaba compuesto por gente que "pensaba lo mismo" (edinomyshlenniki) sobre importantes cuestiones de táctica. En una de sus primeras declaraciones tras llegar a Rusia, Lenin enfatizó esta distinción (la traducción al inglés que se hizo en la era soviética hace pasar encantadoramente "edinomyshlenniki" por "comrades-in-ideas"):

El 4 de abril de 1917 tuve oportunidad de hacer un informe sobre el tema indicado en el título [la táctica], primero, en una reunión de bolcheviques en Petrogrado. Eran delegados a la conferencia de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia que tenían que regresar a sus lugares de origen y, por consiguiente, no podía postergar el informe. Después de la reunión, el presidente, camarada G. Zinóviev, me propuso, en nombre de toda la asamblea, que repitiese inmediatamente mi informe en una reunión conjunta de delegados bolcheviques y mencheviques que deseaban discutir el problema de la unificación del Partido OSDR.

Aunque me resultaba difícil repetir inmediatamente mi informe, consideré que no tenía derecho a negarme, ya que me lo pedían tanto mis edinomyshlenniki como los mencheviques, los que, a causa de su inminente partida, realmente no podían permitirme una postergación

Además, Lenin había sido acusado unos años antes, en la época de la Conferencia de Praga en 1912, de haber dado un golpe de estado dentro del partido y de haber declarado que su propia fracción constituía el partido. Él negó vehementemente esos cargos entonces y no estaba dispuesto a darles la razón ex post facto, refiriéndose al partido como "bolchevique».

Para Lenin, el bolchevismo en sentido estricto era una perspectiva táctica de la revolución rusa, consistente en un escenario que describía la alianza entre el proletariado socialista, por un lado, y el campesinado en su conjunto, por el otro. Tras la Revolución de febrero y la caída del zar, Lenin tuvo serias dudas sobre si este escenario era aplicable en lo sucesivo. En este contexto —esto es, en los debates acerca de la adecuada actitud táctica hacia el campesinado—, Lenin estaba dispuesto a hablar sobre bolchevismo, pero sus comentarios eran más bien críticos. De hecho declaró que el "viejo bolchevismo tiene que ser descartado". De modo que quizás el bolchevismo en sentido estricto fuera realmente una cosa del pasado. En ese caso, "bolchevique" no era una buena marca para el partido. Posteriormente, Lenin cambiaría su actitud frente al viejo bolchevismo.
En un aprieto
Como resultado de todo ello, desde la llegada de Lenin a Rusia, las palabras "bolchevique" o "bolchevismo" aparecen en escasas ocasiones. Por ejemplo, las contribuciones de Lenin a la Conferencia de toda Rusia celebrada a finales de abril suman 90 páginas del tomo XXIV de sus Obras Completas, pero no he hallado en ellas ni una sola ocasión en que se use el término "bolchevique" u otros parecidos.

Ciertamente, Lenin se encontraba en una suerte de aprieto cuando hablaba del partido. Era extremadamente reacio a llamarlo "bolchevique", sentía un abierto desdén por el término "socialdemócrata", pero el nombre de "comunista" no podía ser usado hasta que un congreso del partido hiciera oficialmente efectivo el cambio. Lenin se refirió ocasionalmente al partido como POSDR. Pero, en general, confiaba en eufemismos como "socialdemocracia internacional", "partido del proletariado" o simplemente "nuestro partido", la denominación más vaga y común de todas.

Eso era lo que pensaba Lenin. ¡Pero pronto descubrió que el nombre del partido no dependía de él ni del partido! Los que no eran miembros del partido, tanto amigos como adversarios, lo conocían como el partido de los bolcheviques y —especialmente en el nuevo contexto de política abierta y competición electoral— esta perspectiva fue decisiva. Pronto encontramos con que Lenin habla más y más de "los bolcheviques", primero para distinguir al partido de sus rivales a ojos de futuros apoyos y, segundo, para hacer frente a los ataques contra el «bolchevismo extremo» que hacían sus enemigos políticos. Efectivamente, durante abril-mayo de 1917, donde veamos "bolchevique" o "bolchevismo" en los escritos de Lenin, podemos apostar por encontrar cerca las palabras "electoral" o "ataque".

La declaración más reveladora sobre este asunto fue publicada en mayo en un panfleto en el que se explicaban las diferencias entre los partidos. Lenin estaba escribiendo para un público popular y necesitaba distinguir al partido respecto de los "socialdemócratas, los social-revolucionarios y grupos similares" (NB: para estas agrupaciones evita el término partido). En el listado de los distintos partidos, encontramos lo siguiente:
D. (“Bolcheviques”). El partido que debería llamarse correctamente “partido comunista” pero que actualmente lleva el nombre de “Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, unido por el Comité Central”, o popularmente, los “bolcheviques”.
La tosca expresión "unido por el Comité Central" era una acuñación anterior usada para distinguir el grupo de Lenin de los otros aspirantes socialdemócratas. Este circunloquio fue adoptado precisamente para evitar identificar el partido con la fracción bolchevique. Claramente era inadecuada como marca política en la frenética competición electoral de 1917. La palabra traducida como «popularmente» [N. del T.: el término traducido al inglés es «coloquially»] es prostorechie, que tiene connotaciones de uso de segundo orden. Lenin casi está diciendo que sólo la gente poco formada cataloga al partido como "bolchevique". Por supuesto, no se refiere a la gente realmente sin educación, sino más bien a los rivales políticos y periodistas que se negaban a seguir las sutilezas de los usos correctos del partido. A lo largo de su panfleto, "bolchevique" siempre se encuentra entre comillas, una manifestación tipográfica del desdén de Lenin.

Para ilustrar el otro motivo fundamental para usar el uso de "bolchevique", hay un paso de un artículo periodístico de carácter polémico publicado a mediados de mayo. Lenin considera aquí varias acusaciones contra los "terribles bolcheviques" hechas no sólo por los periódicos capitalistas sino por los socialistas moderados. Luego afirma que el programa de regulación económica presentado por los socialistas moderados era en realidad idéntico al "programa del terrible bolchevismo". Con la diferencia, por supuesto, de que los socialistas moderados no lo cumplirían en la práctica mientras siguieran haciendo pactos con los partidos burgueses.

Por fuerza, Lenin se había acomodado cada vez más a usar «bolchevique» cuando reclamaba apoyos y respondía a los ataques. Pero aún parece haberlo considerado como una imposición y una distracción de las consideraciones más de principio sobre el nombre del partido. Tan importante era para él el cambio de nombre del partido que en un congreso especial, en marzo de 1918, que por lo demás estuvo dedicado en exclusiva a la muy urgente cuestión del tratado de Brest-Litovsk, dio un extenso discurso acerca de por qué el nombre debía ser cambiado de «Social Demócrata» a «Comunista».

Al comienzo de su discurso, añade extranjeros a la lista de gente que insistiría en usar «bolchevique» como marca para el partido:
"el Comité Central les propone a ustedes cambiar el nombre de nuestro partido y llamarlo Partido Comunista de Rusia, con la palabra bolchevique entre paréntesis. Todos reconocemos que este agregado es imprescindible, porque el término “bolchevique” adquirió derecho de ciudadanía, no sólo en la vida política rusa, sino también en toda la prensa extranjera que, de un modo general, sigue el curso de los acontecimientos en Rusia" [N. del T.: Lenin, XXVIII, pp. 329-330].
En este seco comentario consiste toda la argumentación de Lenin sobre la inclusión de “bolchevique” en el nombre del partido, incluso aunque sólo sea humildemente puesto entre paréntesis. No hay referencias al glorioso pasado de los bolcheviques, a la necesidad de crear un partido homogéneo o a la presunta fundación de un Partido Bolchevique allá por 1912. Mi impresión es que Lenin estaba aún bastante molesto porque la insistencia de esa gente desinformada en usar la marca meramente rusa de bolchevique" estorbaba su gesto mayor y de principio al rechazar "Social Democracia" en favor de "Comunista".
Internacionalistas
Pasando de Lenin al uso más general, podemos observar que dentro del partido en 1917 la elección política fundamental no era vista como entre "bolcheviques vs. no bolcheviques". La línea divisoria fundamental era más bien la de "internacionalistas vs. Defensistas". En el contexto ruso, un internacionalista era alguien que quería derribar al gobierno provisional y reemplazarlo por un narodnaia vlast: esto es, una autoridad soberana basada en los obreros y los campesinos y expresado institucionalmente por medio de los soviets. Un internacionalista era alguien comprometido también en "romper con los defensistas", esto es, rechazar la permanencia en partidos vinculados a gobiernos de coalición y aceptaban el "pactismo" (soglashatelstvo).

La división entre "defensistas/internacionalistas" era estrictamente análoga, aunque no idéntica, a la división entre “liquidacionsitas/anti-liquidacionistas” de 1910-14. Igual que la anterior división, se daba por hecho que mientras que todos los bolcheviques eran internacionalistas no todos los internacionalistas eran bolcheviques. En otras palabras, la línea divisoria entre los que estaban dentro o fuera no era la misma que la de bolcheviques y mencheviques.

Así, la actitud oficial, sólida, del POSDR en 1917 era que quería trabajar con los internacionalistas de los otros partidos y que daba la b2ienvenida a los socialdemócratas internacionalistas en el partido. Como Lenin dijo en abril: "en cuanto a la actitud hacia ciertos grupos locales de obreros alineados con los mencheviques, etc., pero que tratan de defender la posición del internacionalismo en contra del “defensismo revolucionario” […] la política de nuestro partido debe consistir en apoyar a estos obreros y grupos, en buscar contactos más estrechos con ellos, en mantener la unión con ellos, a condición de que rompan definitivamente con la traición pequeñoburguesa al socialismo".

El VI Congreso del partido se celebró en agosto de 1917, en un momento en que las relaciones entre los bolcheviques y los mencheviques que estaban en el gobierno y en la dirección oficial del Soviet eran muy malas. La represión gubernamental tras la confusión de las jornadas de julio supuso que Lenin y otros máximos dirigentes no pudieran acudir. Sin embargo, al comenzar el congreso los delegados recibieron con entusiasmo a Iurii Larin, antiguo liquidacionista y ahora portavoz de los "mencheviques internacionalistas". Larin fue especialmente aplaudido cuando prometió "una ruptura inmediata con los defensistas". En nombre del partido, Bujarin dio la bienvenida a la iniciativa de Larin:
"Celebro con especial afecto su declaración acerca de la necesidad de la ruptura con los defensistas, esa úlcera que se está comiendo no sólo al partido, sino a todas las fuerzas democráticas del país. Para combatir esta úlcera, es necesario unir a todas los socialdemócratas internacionalistas. En esta sala no hay ni una sola persona que no sienta la necesidad de unir a todas las fuerzas vivas de la socialdemocracia. ¡Camaradas! No voy a insistir en las diferencias de opinión mencionadas por el camarada Larin, sino que voy a expresar la esperanza de que estas diferencias sean dejadas atrás y que los socialdemócratas internacionalistas sean unidos en un partido general"
Larin admitía las dificultades de superar "nueve años de desunión". Se refería así a la división del partido de 1908, probablemente porque el último congreso del partido más o menos unido había sido en 1907. Vale la pena señalar que Larin no hiciera referencias a la Conferencia de Praga de 1912 como fecha significativa en la historia de la división. Lo mismo puede decirse de los comentarios de Mijail Olminski, que inauguró el VI Congreso echando la vista atrás, a los anteriores congresos del partido, en relación a la división. En general, no he encontrado el más mínimo indicio en ninguno de los materiales que he examinado de 1917-1918 de nadie que viera la Conferencia de Praga como el momento inaugural de un nuevo Partido Bolchevique.

Larin prometió que el propio Mártov, líder de los mencheviques internacionalistas, se dirigiría al congreso del partido. Esta visita nunca se materializó y hacia el final del congreso el estado de ánimo sobre este tema era mucho más amargo que cuando se aplaudió a Larin. K. K. Yurenev (un miembro del Grupo Interdistritos al que Trotsky pertenecía y que ahora estaba fusionándose con el POSDR) señaló con tristeza que sólo "una minoría de una minoría de los mencheviques" terminaría ingresando en el POSDR. Sin embargo, propuso una resolución, aceptada por el congreso, que contenía las siguientes palabras:
"A la vez que se opone a la peligrosa consigna de unir a todos, la socialdemocracia propone la consigna de clase revolucionaria de unir a todos los internacionalistas que rompan en la práctica con los mencheviques-imperialistas"
Como este tipo de unidad se veía como necesaria e inevitable, el congreso llamaba a todos los elementos revolucionarios socialdemócratas a romper inmediatamente los lazos organizativos con los defensistas y a unirse en torno al POSDR.
Observación sobre el terreno
Puede obtenerse una mirada más directa acerca de realidades sobre el terreno a partir de un cuestionario que circuló entre las organizaciones locales del partido y que fue incluida en los registros del VI Congreso del partido. Las preguntas que nos interesan son: ¿cuál es el nombre de tu organización?, ¿tiene tu organización miembros bolcheviques e internacionalistas o es sólo bolchevique? La existencia misma de estas preguntas indica que en agosto de 1917 el partido era visto, no como un partido exclusivamente bolchevique, sino como un partido en el que dominaban los bolcheviques.

Cuando observamos las respuestas, encontramos que una gran mayoría se llamaba simplemente por el nombre de su localidad más "POSDR". Cierto número de organizaciones locales se referían a sí mismas como "POSDR (bolcheviques)". Por otro lado, algunos se hacían llamar por ejemplo: "Comité del POSDR (internacionalistas) de Cheliabinsk".

Cuando se les preguntaba por el contenido fraccional, la mayoría de los comités consistían en algo parecido al de la organización del partido en el distrito de Viborg en Petrogrado: "Nuestra organización está unida. Incluye sólo a internacionalistas por principio, pero de hecho consiste casi exclusivamente de bolcheviques".

O, como decía el "Comité de Odessa del POSDR", "agrupamos a los bolcheviques así como a unificadores [trostskistas, antiguos partidistas] y mencheviques-internacionalistas que acepten la plataforma de los bolcheviques: todos internacionalistas". ("unificadores" y "partidistas" eran nombres que surgieron de las luchas internas del partido en 1912, mientras que "trotskista" se refería a alguien que apoyaba a Trotsky en su apuesta de aquel momento por una unión de todas las fracciones).

Los usos aún no se habían consolidado y, por ello, encontramos una variedad de formas con las que referirse a las organizaciones del partido y a las fracciones. Incluso aunque algunas marcas no continuaran usándose en el futuro, deberíamos recordar, por ejemplo, la forma en que la que el soviet local del distrito de Viborg saludaba al VI Congreso: "el Congreso de toda Rusia de los internacionalistas" y "los representantes de la socialdemocracia revolucionaria consecuente".

En 1918, como hemos visto, se convocó apresuradamente el VII Congreso, en el que se cambió oficialmente el nombre del partido y se exigieron revisiones sustanciales en el programa. El nuevo programa del partido fue adoptado al año siguiente, en el VIII Congreso. Se mantuvieron debates exhaustivos sobre el programa en ambos congresos, pero se prestó muy poca atención al cambio de nombre como tal. En 1918, se rechazaron rápidamente las propuestas de mantener el término «obrero» y de eliminar el de "ruso".

Un delegado objetó el abandono de "Social Demócrata" del nombre del partido. Iurii Steklov creía que el mejor camino era el de tomar medidas para acabar con la "mascarada política" de los grupos mencheviques que se autodenominaban socialdemócratas, aunque hubieran perdido moralmente el derecho a usar ese título. Sostenía que abandonar el viejo nombre supondría dilapidar mucha buena voluntad política: "Os aseguro que no generaréis ningún entusiasmo, excepto en Mártov y sus amigos, cambiando este glorioso título del partido. Tendremos que re-educar a todas las masas que están acostumbradas a ver esta palabra [Social Demócrata] como la expresión de su propio partido".

Stlekov sugería, pues, que "bolchevique" fuera eliminado y que fuera "comunista" la palabra entre paréntesis, de forma que el nuevo nombre sería: POSDR (Comunistas). Aseguraba que la palabra «bolchevique» sólo tenía el significado histórico que surgió de la casualidad de la mayoría (bol’shinstvo) que lograron los bolcheviques en el II Congreso del partido en 1903.

En respuesta, Bujarin dijo que a estas alturas las masas veían a los bolcheviques como sus campeones y a los mencheviques como traidores. Y continuó su argumento con el siguiente comentario: «la cuestión es que “bolchevique” es un palabra tonta que ha perdido todo su significado y no hay razón para conservarla. Necesitamos mantenerla por el momento para que las masas, que no están iniciadas en todas las sutilezas del asunto, no se confundan tratando de averiguar qué partido es, puesto que no todo el mundo está dispuesto a leerse las resoluciones de nuestro congreso».

Poco después del VII Congreso, Bujarin escribió un pequeño libro titulado Programma Kommunistov (Programa de los comunistas) . Al final de esta obra, da una explicación de "por qué nos llamamos comunistas". No se menciona la presencia del “bolchevique” entre paréntesis en el nuevo nombre del partido. Según Bujarin, la división entre comunistas y socialdemócratas recorría el movimiento socialista en todos los países. Como ejemplo de esa división, mencionaba el conflicto armado entre bolcheviques y mencheviques tras la revolución de octubre: "la sangre marcó una línea divisoria entre nosotros. Una cosa así no puede ser ni será olvidada".

En el VII Congreso del partido hubo quienes vieron el término "bolchevique" entre paréntesis como algo temporal y propusieron que se reconsidera el asunto en el siguiente congreso en 1919. Aunque en el VIII Congreso hubo extensos debates sobre el programa, el tema del nombre oficial del partido no se trató y permaneció igual: PCR(b).

Cuando echamos la vista atrás para responder a cómo y por qué el partido se convirtió oficialmente en «bolchevique», vemos que realmente no se decidió darle este nombre sino que más bien se aceptó el hecho de que aquellos que no eran miembros del mismo insistían en usarlo. El partido asumió la marca de «bolchevique» en 1917-1918 como resultado de un proceso objetivo de competición política, avivado por los imperativos de las marcas políticas.

Consideremos el caso de Iurii Larin, el menchevique-internacionalista que participó en el VI Congreso. Larin se unió al partido y jugó un papel destacado en la política económica del gobierno bolchevique. De hecho, su hija se casaría después con Bujarin, el líder bolchevique que saludó sus comentarios en el VI Congreso. En 1917 Larin aún se consideraba un menchevique y un veterano como él y como Lenin eran conscientes de los tradicionales conflictos sobre cuestiones tácticas. Pero, en cuanto se unió al POSDR, todo el mundo se refería a él como un bolchevique.

Este ejemplo ilustra la naturaleza del proceso. El partido no se redujo para hacerlo coincidir con una de las antiguas fracciones del POSDR. Más bien, la palabra «bolchevique» se expandió de tal forma que incluía a todo el partido, al margen de su antigua filiación fraccional.

Con ello, el significado impresionista de "bolchevique" que usaban los que no pertenecían al partido prevaleció sobre la definición más precisa de aquellos versados en los asuntos internos del partido. Este significado impresionista podría ser parafraseado como el movimiento radical de las clases bajas para tomar el poder político y usarlo para la revolución mundial y para la extensiva transformación social en Rusia, para horror de unos y entusiasmo de otros. Los que estamos interesados en la historia del partido deberíamos preguntarnos: ¿no es acaso esta definición, más impresionista, la más útil?
La tercera y última intervención en esta serie de artículos examinará cómo fue usado el "bolchevismo" en 1920.

Lars T. Lih
Lars T. Lih es autor de Bread and Authority in Russia 1914-1921, Lenin Rediscovered: What is to be Done? in Context (un estudio del ¿Qué hacer? y de todo el contexto y debate que rodeó la obra) y la biografía política Lenin. Participó en la edición de la correspondencia de Stalin a Mólotov (Stalin’s Letters to Molotov: 1925–1936), y en la recopilación (junto con Ben Lewis) de varios documentos y discursos de Zinóviev y Mártov en el Congreso de Halle de 1920 (Zinoviev and Martov: Head to Head in Halle). Próximamente se publicará Deferred Dreams, una antología de artículos sobre la ideología bolchevique posterior a 1917. Historiador imprescindible para todo el que esté interesado en la historia revolucionaria rusa, sus obras se pueden consultar en el blog de John Riddle: https://johnriddell.wordpress.com/2014/06/12/a-lars-lih-bibliography/
http://www.vientosur.info/