Mercado
de Tlatelolco, 1942
✆ Diego Rivera |
Introducción
Los pueblos, los desocupados, las minorías, los partidos, la
sociedad civil, ¿quién es el sujeto histórico?1 Enrique Dussel apuesta por los
pueblos de América Latina (Dussel, 1990); Hardt y Negri dicen que las
multitudes y las contraponen al proletariado (Hardt y Negri, 2002); Atilio
Borón desprecia esta idea y recupera a los pueblos y al proletariado, etcétera
(Borón, 2003). Intentemos una respuesta. Para determinar el sujeto histórico
afrontemos, primero, la realidad contemporánea tal y como se ofrece y, en
ella, los diversos movimientos sociales. Algunos autores han sido testigos de los
mismos en su momento, y sus opiniones se han fundido con el fenómeno histórico.
Una vez resuelta la caracterización del mismo y determinado el sujeto histórico
en 2004 (incisos 1 a 6), expondré la problemática teórica sobre el sujeto
histórico y su denegación (incisos 7 y 8), no sólo porque en lo que antecede
propuse una hipótesis y una solución –con su correspondiente
demostración– de esa problemática, sino para que el lector cuente con las
cartas para evaluar la pertinencia de la misma y tenga con qué intentar otra
solución si le pareciera insuficiente la ofrecida; y lo que va con todo ello,
que tenga herramientas teóricas con las cuales evaluar los fenómenos nacionales
e internacionales en curso.
1. El imperio
imperialista dominado por el capital industrial
EU es hoy el imperio que rige al mundo –Atilio Borón tituló
con razón su crítica a Hardt y Negri Imperio e imperialismo (Borón, 2003)–,
pues de entre todas las naciones imperialistas fue ésta la que –al término de
la Segunda Guerra Mundial– se hizo con las riendas de la hegemonía mundial al
arrebatárselas a Gran Bretaña, y desarrolló esta hegemonía hasta lograr la
caída de la URSS en 1991. Por donde el imperialismo inherente al modo de
producción capitalista específico (o en el que el capital subsume realmente al
proceso de trabajo) (Veraza, 1987) mostró desde entonces la novedad consistente
en quedar articulado a través de empresas transnacionales e instituciones
multinacionales comerciales, financieras y diplomáticas que sacan adelante los
intereses de las naciones imperialistas sólo en la medida en que se pliegan a
los de Estados Unidos.
De tal manera –y no sólo por el formidable ejército militar
sin rival de esta nación– el resultado histórico es que EU es hoy un imperio
imperialista, contra la inconsecuencia del libro de Hardt y Negri (2002) en
este aspecto evidente antes y después de ellos (Borón, 2003). Y para salir al
paso de otras inconsistencias, digamos que no estamos hoy ante un “esbozo del
mercado mundial” (Marx, 1973 [1858]: 103) –como desde mediados del siglo XIX
hasta mediados del XX– sino ante un mercado mundial capitalista. industrial
consolidado (Veraza, 1998a) que rige el metabolismo social (Marx, 1975 [1867]: cap. 3 “El dinero o la circulación de mercancías”) del planeta
entero.
Así que el capital industrial es la relación de producción
dominante de la sociedad burguesa mundializada. Y el correlato de este hecho es
la proletarización de la humanidad (Veraza, 1993a) bajo las más diversas formas
funcionales de trabajo asalariado. He aquí al sujeto histórico trascendente
actual distribuido en dos grandes segmentos mundiales: el obrero activo y el
ejército industrial de reserva (Ochoa Chi, 1997).
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