“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

17/10/14

¿Jaque a la Unasur?

Gustavo Márquez Marín
Con la derrota del ALCA  en Mar del Plata (2005) enmarcada en el fracaso del ensayo neoliberal en la región, el imperio activó un plan B  para recuperar la iniciativa política en su antiguo “patio trasero”, cuando Latinoamérica y El Caribe  ha venido adquiriendo mayor peso, en un escenario geopolítico caracterizado por la merma progresiva de su hegemonía global. Así lo evidencia la cada vez mayor presencia de China como actor clave en el impulso de las economías de la región, bien sea como inversor o como importador de materias primas, desplazando progresivamente a la UE y EEUU de un mercado con más de 600 millones de personas que conforma la tercera economía del mundo y el mayor reservorio de recursos naturales y energético.

Ese Plan arrancó con la firma de TLC  con Perú y Colombia y la utilización de la CAN como caballo de Troya para obligar a Venezuela a integrarse de facto a esos tratados comerciales, lo cual no logró. Luego dio marcha a la creación  del área de libre comercio del “Arco del Pacífico” (2006), constituido por estos dos países más Chile, México y  Costa Rica en vía de incorporación. Este se proyecta como un mecanismo de integración comercial ortodoxo, que pretende agrupar a todos los países de la banda del pacífico latinoamericano con Canadá y EEUU, siguiendo el modelo neoliberal. Con ello busca dinamitar  la UNASUR y un MERCOSUR que en una jornada memorable protagonizada por los Presidentes Chávez, Kirchner, Lula, Tabaré y Evo, hace 9 años  bloqueó  el ALCA  e inició la construcción de una arquitectura de integración nuestroamericana, dirigida a crear un bloque regional para a romper la dominación neocolonial y consolidar la independencia.

Paralelamente, el Departamento de Estado no ha cesado en su afán de desestabilizar  los gobiernos de los Estados miembros del MERCOSUR. De ello da cuenta, el golpe de Estado a Fernando Lugo en Paraguay, las conspiraciones permanentes en contra de los gobiernos de Venezuela, Brasil y Argentina. En ese contexto, una derrota de Dilma Rousseff por el neoliberal proyankee Aécio Neves el próximo 26 de octubre, colocaría en jaque a la UNASUR y debilitaría seriamente los BRICS. Dos  actores fundamentales para consolidar el mundo pluripolar y multicéntrico en construcción.
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