“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

7/6/12

Las próximas elecciones en Grecia

Savas Michael-Matsas

Nos separan menos de dos semanas de las nuevas y decisivas elecciones parlamentarias del 17 de junio. El clima político está dominado por la polarización, los temores y las esperanzas. Las fuerzas que se enfrentan están polarizadas, principalmente, sobre la cuestión de ‘quién’ y ‘si’. ¿Quién prevalecerá? ¿La derecha, liderada por Samaras, o la Izquierda reformista Syriza, liderada por Tsipras? ¿Serán capaces de formar un nuevo gobierno para enfrentar la bancarrota del país?

Savas Michael-Matsas 
En la reciente elección del 6 de mayo, la ira popular y el rechazo masivo al ‘Memorándum’ de austeridad draconiana, acordado por los gobiernos anteriores y los principales partidos burgueses, hicieron explotar el viejo sistema burgués bipartidista de los últimos 38 años, luego del colapso de la dictadura militar. Las masas se han movido en forma decisiva hacia la izquierda, sobre todo en apoyo de Syriza, de su programa de rechazo al ‘Memorándum’ y por la formación de un gobierno de la Izquierda. Todos los esfuerzos y presiones de la UE, el FMI y los centros de poder político y económico locales para formar un gobierno de ‘emergencia de unidad nacional’, que incluyera a Syriza, fracasaron y se ha llamado a una nueva elección para llenar el peligroso vacío en la estructura del poder.

La resistencia de las masas a un programa de la UE y el FMI de canibalismo social ha transformado a Grecia en un país ingobernable. Nadie puede creer seriamente que, cualquiera sea el resultado del 17 de junio, la crisis del poder político pueda ser resuelta. Más bien será exacerbada, especialmente cuando toda la zona euro -empezando por España- se está sumergiendo en un abismo.

Samaras, el líder del derechista Nueva Democracia, ha formado a las apuradas un ‘Frente europeo de derecha’ altamente heterogéneo, el cual agrupa bajo sus banderas a neoliberales extremos como su rival político tradicional Dora Bakoyanni, a liberales de centroderecha y a la ex Laos (fascistas declarados), utilizando una anticuada retórica anticomunista del tiempo de la Guerra Fría: “hay que salvar a la patria de una ‘toma del poder’” por ¡Tsipras!

“Amanecer Dorado”, abiertamente neo-nazi, el cual tuvo un espectacular aumento de su caudal electoral al 7% en mayo, habla del “peligro del trotskismo” y de los “trotskistas que actúan detrás de Tsipras”!

A este anticomunismo ridículo pero peligroso, a este circo anti-Syriza se le ha unido el Partido Comunista de Grecia (KKE), que ha hecho de Syriza el principal, si no el único, blanco de su campaña electoral. No es sorprendente que en las encuestas el KKE esté perdiendo cada vez más intención de votos, cayendo desde casi un 8% en las elecciones de mayo a cerca de un 4/5%.

Por el contrario, en el mismo período, Syriza ha saltado de un 17% en las elecciones del 6 de mayo a un 30% en las encuestas actuales, por lo cual le disputa, por añadidura, el primer lugar y la oportunidad de formar un gobierno a la temerosa derecha.

Pero aun en ese caso, la formación de un gobierno de mayoría de la Izquierda está lejos de ser fácil. El KKE ya ha rechazado, en forma maliciosa, cualquier idea de unirse a un gobierno de coalición de los partidos de izquierda. La Izquierda Democrática -más una formación de centro izquierda que un grupo reformista de izquierda- demanda la participación en ese gobierno de los restos del totalmente desacreditado neoliberal Pasok y hasta de la propia Nueva Democracia derechista. El centrista Antarsya no pude jugar ningún papel: no tiene ninguna expectativa de entrar al Parlamento, ya que las encuestas muestran que retrocede del 1,2% el mayo pasado a un débil 0,5% hoy en día.

La principal tendencia es el movimiento hacia la izquierda, hacia un voto a Syriza. Con la proximidad de las elecciones y la posibilidad de asumir cargos gubernamentales, Syriza se vuelve cada vez más conservadora y trata de aplacar a la UE y a la burguesía griega.

Su programa, cuya versión renovada fue presentada el 1º de junio, continúa la línea de buscar un compromiso imposible entre un rechazo del ‘Memorándum’ y las demandas de la UE, el euro y el FMI, el cual deja intactas la pertenencia a la UE y las bases sociales capitalistas de Grecia.

Con respecto a la insustentable deuda pública, Syriza sigue llamando a una moratoria de los pagos, a una renegociación de los mismos y a una investigación internacional que audite la deuda para descubrir ‘la parte ilegítima’, siguiendo el ejemplo de Correa en Ecuador.

En relación con los bancos, Syriza nunca llamó a nacionalizarlos sin compensación y bajo control de los trabajadores; solamente pide un ‘control público’, por ejemplo una ‘nacionalización’ parcial de los bancos griegos, los que fueron recapitalizados por el Sistema Financiero de Europa.

Luego, el programa se mueve más hacia la derecha. Por ejemplo, reclama el restablecimiento del viejo salario mínimo de 700 euros, mientras que para vivir decentemente se necesita el doble. En relación con el aparato represivo del Estado, la policía y el ejército, levanta tibiamente una vaga propuesta de ‘democratización’. La visita oficial de Tsipras a los generales en el cuartel del Estado Mayor del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea recordó a mucha gente (incluso a la estación de radio de Syriza) la visita que Salvador Allende (el ícono de Tsipras) le hiciera a Pinochet antes del golpe de Estado en Chile.

A pesar de todo esto, domina una especie de ‘Tsiprasmanía’ (el término pertenece a un partidario de Syriza) tanto en los medios de comunicación social de la burguesía internacional como en todas las variantes de la izquierda democratizante internacional. Los medios de comunicación imperialistas presentan a Tsipras como el retorno a Europa del ‘fantasma del comunismo’; los reformistas democratizantes y/o la izquierda centrista lo ven como la última reencarnación de la ‘Esperanza para la Emancipación’. En los últimos días, llegó a Atenas, como peregrinos a la Meca de Syriza para apoyarla en forma pública y entusiasta, una cantidad de figuras muy conocidas de la intelligentsia de la izquierda internacional como Sklavoj Zizek (habló en un gran mitin electoral de Syriza junto a Tsipras), Leo Panitch y Tariq Ali (habló en un mitin central organizado por NAR y Antarsya llamando a la audiencia a votar por Syriza, no por Antarsya; y recibió un estruendoso aplauso de la mitad del público del mitin, mientras que la otra mitad estaba ¡aterrorizada!).

Nuestro Partido, el EEK, lucha tanto contra la adaptación oportunista como contra la ceguera sectaria hacia Syriza. Mantenemos una constante relación, algunas acciones comunes y el diálogo principalmente con las bases y la gente que se está volcando hacia Syriza. Luchamos por derrotar a la derecha, nos oponemos a la caza de brujas anticomunista y a la campaña de difamación de los estalinistas contra Syriza. Al mismo tiempo, criticamos su programa, su vinculación a la UE imperialista, así como al marco capitalista y al contenido burgués del tipo de ‘frente popular’ de colaboración de clases que han anticipado los reformistas. Contraponemos nuestro propio programa por una salida revolucionaria y socialista de la crisis (repudio de toda la deuda, nacionalización de los bancos y de los sectores estratégicos de la economía, sin compensación y bajo control de los trabajadores; reorganización de la economía sobre nuevas bases de acuerdo con las necesidades sociales; escuadrones de defensa obreros contra los fascistas; desmantelamiento del aparato represivo del Estado burgués, poder obrero y gobierno de los trabajadores; ruptura con la UE y lucha en común con los trabajadores de Europa para una unificación socialista del Viejo Continente, etc.). Además, dejamos en claro que un auténtico gobierno de la izquierda podría -y debería- ser solamente un gobierno de los trabajadores.

El EEK quería luchar por este programa nuevamente en estas elecciones. Pero el sistema antidemocrático de la clase dominante impone gigantescos obstáculos financieros, que se vuelven a veces abrumadores: luego de la campaña para las elecciones del 6 de mayo, debíamos nuevamente recaudar, en un plazo muy corto, cerca de 60.000 euros para las elecciones del 17 de junio -una suma enorme para un pequeño Partido de la clase obrera, sin recursos materiales, la mayoría de cuyos miembros son jóvenes desempleados. A pesar de los esfuerzos y los sacrificios de los compañeros, no hemos tenido éxito en reunir esa suma antes del plazo final. Por lo tanto, el EEK no puede presentar sus listas independientes en las elecciones venideras.

Mientras emprendíamos la lucha para reunir los recursos necesarios para una intervención independiente, aceptamos la invitación que nos hiciera Antarsya para explorar las posibilidades de formar un bloque electoral en común. En nuestras discusiones bilaterales, propusimos incluir en el programa común unos puntos programáticos extremadamente esenciales para el EEK: la necesidad de luchar por el poder obrero y por un gobierno de los trabajadores de izquierda; no a un frente popular; así como la necesidad de combatir el nacionalismo y el aislacionismo nacional combinando la exigencia de romper con la UE imperialista con el llamado a los Estados Unidos Socialistas de Europa. Junto con esos puntos, solicitamos que el nombre de nuestro Partido, el EEK, fuera claramente agregado luego del nombre de Antarsya, para dejar en claro que se trataba de una cooperación electoral y no de una fusión con una coalición de la que nos separan cuestiones programáticas importantes. Finalmente, Antarsya sostuvo que mientras pudiera acordar con los puntos programáticos, ¡estaba fuera de discusión el poner de forma independiente el nombre de nuestro Partido en las boletas! ¡Deberíamos simplemente estar incluidos en el Antarsya, a pesar de no ser parte de él! El ultimátum fue rechazado y las discusiones fracasaron por completo.

En realidad, Antarsya estuvo -y está- en el medio de una crisis explosiva: dos de sus organizaciones, que provienen de la Izquierda de tradición euro-comunista y una parte del NAR, buscan un acuerdo, incluso una fusión, con Syriza; pero las principales fuerzas de NAR, más el SWP de Cliff, están contra Syriza. Las fuerzas pro-Syriza boicotearon cualquier acuerdo con el EEK y los otros se adaptaron a ellas. En realidad, nunca habían acordado con los dos puntos programáticos principales presentados por EEK (poder obrero, Estados Unidos Socialistas de Europa), como lo demuestra claramente su material electoral para las elecciones. Probablemente, una caída importante de sus votos el 17 de junio será devastadora para esta coalición centrista, que es demasiado abierta al electoralismo, pero también al KKE estalinista.

El EEK, durante este período, lleva adelante su propia campaña política para el ‘día después’ de las elecciones de junio. La semana próxima, el Comité Central del EEK, en una reunión especial, hará pública una declaración acerca de la situación en su conjunto, especificando, asimismo, su táctica en relación al voto en las elecciones venideras.