Foto: Juan Manuel Santos & Nicolás Maduro |
A pesar de contar con el apoyo de la diplomacia gringa, como
era de esperarse, solo lograron que el Presidente Santos lo
recibiera, porque el de Piñera fue un recibimiento pírrico. El respaldo de la UNASUR y la designación de Maduro como
Presidente Pro-Tempore del MERCOSUR, terminaron por dejar nuevamente en
ridículo a los dirigentes de una oposición, empeñada en jugar al desconocimiento de la Constitución
y la voluntad popular, como lo hicieron con el golpe de estado del 11A y el
paro petrolero de 2002, engañando
nuevamente a quienes los siguen de buena
fe.
Estos movimientos concertados entre Santos y Obama, fueron acompañados por otros eventos
que nos hace recordar el intento de magnicidio y golpe de estado al Presidente
Chávez por 153 paramilitares colombianos
contratados por sectores opositores en el 2009. Nos referimos a las denuncias del Presidente Maduro sobre la
captura de dos comandos de BACRIM con las mismas intenciones y la del Dr. José
Vicente Rangel en entorno a la compra de 18 aviones de guerra por la oposición
golpista, para ser ubicados en una base colombiana. No hay que olvidar que la
oligarquía colombiana ha convertido al hermano país en una plataforma militar
del imperio, con el afán de controlar los inmensos recursos naturales de
Suramérica, de los cuales Venezuela, por poseer las mayores reservas de
petróleo del mundo, es la joya de la corona.
Con esa amenaza latente, hacemos votos porque la cita de
Puerto Ayacucho inicie una nueva etapa en las relaciones binacionales, basadas
en la transparencia, la cooperación, la no injerencia en los asuntos internos y
la coexistencia pacífica.