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Aquí también fue el lugar donde estuvo el Gueto de Varsovia,
uno de los más horribles símbolos del Holocausto, donde cientos de miles de
judíos permanecieron encerrados antes de ser trasladados al campo de exterminio
de Treblinka y otros campos de concentración nazis, donde fueron asesinados. En
medio del terror de la ocupación Nazi, los judíos del gueto se alzaron en un
valiente acto de autodefensa. Más tarde, inspirados por el levantamiento del
gueto, los habitantes no judíos de Varsovia también se alzaron y lucharon
durante dos meses antes de ser finalmente derrotados por las fuerzas de ocupación alemanas. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, 6 millones de polacos, la mitad de ellos judíos, habían sido asesinados y un ochenta y cinco por ciento de la ciudad de Varsovia estaba en ruinas.
durante dos meses antes de ser finalmente derrotados por las fuerzas de ocupación alemanas. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, 6 millones de polacos, la mitad de ellos judíos, habían sido asesinados y un ochenta y cinco por ciento de la ciudad de Varsovia estaba en ruinas.
En este preciso lugar se está desarrollando la 19a
Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático (CMNUCC), denominada COP 19. Miles de negociadores de los 198
países miembros de la Convención caminan con prisa a través de los corredores
de tela provisorios instalados en el campo del Estadio Nacional, al igual que
representantes de numerosas organizaciones no gubernamentales y miembros de la
prensa. La cumbre de este año tiene una característica diferente: el auspicio
de las empresas.
“Esta probablemente
sea la conferencia sobre cambio climático con mayor presencia de las empresas
que jamás hayamos visto", me dijo Pascoe Sabido. "Esto no significa que en las anteriores no haya habido una gran
influencia de las empresas. Sin embargo, lo que es diferente esta vez es el
nivel de institucionalización, el grado en el que el Gobierno polaco, la ONU y
la convención misma, han recibido a las empresas con los brazos abiertos y han
alentado su participación”. Sabido trabaja en la organización Corporate
Europe Observatory, que publicó un folleto denominado “Guía de la COP 19 sobre
el lobby empresarial: delincuentes climáticos y complicidad del Gobierno
polaco”. Algunas de las grandes empresas presentes en esta COP 19, afirma
Sabido, son “General Motors, conocida por
financiar a grupos de investigación que niegan el cambio climático, como el
Heartland Institute de Estados Unidos y está también BMW, que está haciendo
cosas similares en Europa, en un intento por debilitar las normas sobre
emisiones”. El logo de LOTOS Group, la segunda principal empresa petrolera
polaca, aparece en los 11.000 bolsos entregados a los delegados.
Polonia, cuya principal fuente de energía es el carbón,
organizó una conferencia paralela junto con la Asociación Mundial del Carbón,
denominada Cumbre Internacional del Carbón y el Clima. La Secretaria Ejecutiva
de la COP 19, Christiana Figueres, provocó la ira de muchos activistas por el
clima al pronunciar el discurso inaugural de la conferencia de la industria del
carbón. Fuera de la cumbre, los activistas de Greenpeace colgaron una gran
pancarta con los colores de la bandera polaca en la fachada del Ministerio de
Economía. La pancarta decía: “¿Quién manda en Polonia: la industria del carbón
o la gente?”. En el techo del edificio, otros activistas desplegaron una
pancarta con la leyenda: “¿Quién manda en el mundo: la industria de los
combustibles fósiles o la gente?”. Mientras tanto, en la plaza que se encuentra
abajo, cientos de personas se manifestaban en contra del carbón en una
procesión denominada “Cough 4 Coal” (Tos por el carbón) en la que había dos
grandes pulmones inflables, que representaban los efectos nocivos del carbón en
la atmósfera y en la salud humana.
Mientras que en el Estadio Nacional las negociaciones se
iban diluyendo, los activistas gritaban al unísono: “¿Dónde está el financiamiento?”. Los países ricos prometieron
brindar apoyo financiero a los países en desarrollo para que realicen la
transición hacia fuentes de energía renovables (mitigación) y para que puedan
hacer frente a los efectos del cambio climático (adaptación). Oxfam calcula
que, hasta el momento, este fondo ha recaudado tan solo 7.600 millones de
dólares, muy por debajo de la cifra prometida de entre 30.000 y 100.000
millones de dólares. No se trata de caridad, los contaminadores deben pagar.
Hablé con el principal negociador sobre cambio climático de Filipinas, Yeb
Saño, en el noveno día de su huelga de hambre, que comenzó el día en que se
inauguró la COP 19. Saño me dijo: “Estados
Unidos, que es responsable de al menos un 25% de las emisiones totales, tiene
una gran responsabilidad, una responsabilidad moral de combatir el cambio
climático, no solo a nivel nacional, sino también de brindar apoyo a los países
en desarrollo”.
La destrucción causada por el tifón Haiyan es un crudo telón
de fondo de las negociaciones en Varsovia. Yeb Saño se enteró de que su hermano
sobrevivió al tifón al verlo en las noticias mientras ayudaba a juntar los
cuerpos de los muertos. La ciencia es clara: si las temperaturas continúan
aumentando, los eventos climáticos extremos se volverán cada vez más frecuentes
y más mortales. Luego de que Saño anunciara en un emotivo discurso durante la
sesión plenaria de la convención que había decidido iniciar una huelga de
hambre, varios estudiantes marcharon en silencio junto a él mientras salía de la
sala. Sostenían una pancarta en homenaje a los muertos en Filipinas. Como
consecuencia de su acto espontáneo de solidaridad, se les prohibió asistir a
las negociaciones sobre cambio climático durante un año. Una estudiante que
participó en la acción, Clémence Hutin, de París, me dijo: “Para mí, la Cumbre
sobre Cambio Climático es un espacio democrático. No entiendo por qué la
sociedad civil no es bienvenida en la convención, pero las empresas sí lo son”.
Denis Moynihan colaboró en la
producción periodística de esta columna.
© 2013 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
© 2013 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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