“Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por los sufrimientos de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación” — Bertrand Russell

8/12/14

Los padres de la victoria del Frente Amplio en Uruguay

Esteban Valenti
Nadie duda que el 26 de octubre y el 30 de noviembre la izquierda uruguaya, el Frente Amplio la fórmula Tabaré-Sendic tuvieron una resonante victoria electoral y política. No tienen dudas ni siquiera nuestros adversarios,  los analistas políticos, los serios y los otros y hasta los variados medios de prensa que tuvieron que tragarse un enorme sapo y tres culebras. La votación del 26 de octubre tuvo además un sabor especial por el clima previo, por la confluencia de agoreros funestos que nos querían demostrar que perderíamos y que debíamos perder las elecciones. El 30 de noviembre fue diferente, lo esperábamos y lo único en juego era la diferencia entre las fórmulas. Fue muy amplia, más del 12%, la mayor diferencia desde que funciona el balotaje en Uruguay y además triunfamos en 12 departamentos. Otro hito histórico.

La excelente votación en Salto que por primera vez supera a Montevideo en el porcentaje de votación del FA, en Cerro Largo, en Paysandú, en Canelones, Montevideo, Soriano y con buenos resultados en todos los departamentos incluso en los tradicionales bastiones del Partido Nacional deberán ser analizados en detalle. La crisis del Partido Colorado se acentúa con los resultados en Salto, Rivera y Montevideo.   

Con las cifras completas y lo más abiertas posibles por zonas, barrios y localidades será necesario hacer un profundo análisis comparativo de las diferentes instancias electorales anteriores y en particular entre el 26 de octubre y el 30 de noviembre. En una radiografía social, cultural, por edades, por las más diferentes  variables muy necesaria. No alcanza con el golpe de vista grueso, hay que hilar fino.

Sería un error creer que hubo una simple continuidad de las votaciones anteriores. Hubo cambios importantes que debemos registrar y analizar. Voy a decir una obviedad, pero muy cierta: a la hora de las victorias las paternidades y maternidades sobran, se multiplican. Y no alcanza con una larga y generosa lista, hay que definir las prioridades y hacerlo con precisión.

El padre y la madre número uno de esta victoria, de la potente reacción ante las encuestas y los agoreros, fue el pueblo progresista y frenteamplista. Hago la distinción, porque existe y se expresa en el nivel de compromiso y de adhesión política. No es justo hablar de votos prestados, los votos son siempre prestados.

La gente en este caso no es una categoría abstracta, fueron las multitudes que acompañaron los actos en todo el interior en el último tramo de la campaña hacia el 26, los que se manifestaron y pelearon en las redes, los que desbordaron el espacio y todas las previsiones en el acto final en Bulevar y la Rambla y los que se decidieron a dar la batalla a nivel individual, familiar, en los trabajos y con los amigos. Esa socialidad que es fundamental en la política uruguaya.

La reacción de la gente también se expresó en la movilización de los sectores del Frente Amplio que a su nivel todos hicieron un gran aporte al triunfo. Y nuevamente las Redes Frenteamplistas hicieron un esfuerzo extraordinario.

La brutal, intensa, persistente y aguda campaña de la derecha para desmoronarnos la moral, desmovilizarnos y por otro lado mostrar que el cambio no sería tan dramático y cuyo símbolo y lema era ''Por la positiva, fracasó estrepitosamente. Lo hizo fracasar la gente que reaccionó exactamente al revés.

Si señores y señoras, hubo un cambio cultural en el Uruguay, pero no como pretenden explicar algunos, por los planes sociales o porque perdió valor el trabajo, sino exactamente por lo contrario, porque la gente supo definir con precisión qué era lo que estaba en juego en estas elecciones.

Ese cambio en la gente no hubiera sido suficiente si Tabaré Vázquez no hubiera dado un nuevo y decidido impulso a una campaña muy larga y agotadora, pero en la que la fórmula nunca se detuvo y que correctamente decidió combatirla en todo el territorio nacional, no solo para consolidar y ganar votos en todos los rincones del país, sino para transmitir siempre un mensaje nacional: hay que pelearla y se puede ganar.

Ese contacto directo o a través de algunos medios le permitió a Vázquez sostener e impulsar la reacción popular y construir el discurso necesario para esta batalla electoral, diferente a todas las anteriores. Y lo hizo con gran inteligencia y éxito. El resultado del 26 de octubre construyó la amplitud de la victoria del 30 de noviembre.

Considero que la presentación de La Rural con los otros 3 candidatos principales fue el momento del viraje. ¿Hubo viraje o las encuestadoras le erraron siempre y feo? Es una pregunta necesaria.

Dos meses antes de las elecciones la situación era preocupante, no sólo por las encuestas, sino por muchos otros indicadores. Las encuestas cualitativas, los grupos motivacionales, los que hicimos en el FLS y los que hizo el FA daban resultados complicados, para ser generosos. La jornada de los Comités de Base, a 61 días de las elecciones no daban por cierto una imagen de movilización triunfante ni mucho menos. Sobre todo en Montevideo.

Una digresión, sin la estructura del FA, sus comités de base sería imposible asumir las tareas básicas que exige unas elecciones, incluyendo el propio día de la votación, pero cada vez somos menos y más envejecidos y si no asumimos la realidad, nos distanciaremos todos los días un poco más de las batallas políticas. Yo quiero defender el carácter de movimiento del FA, creo que la mayoría de los votantes del FA, son antes que nada frenteamplistas que se definen luego por una lista, un grupo, un partido, por ello mismo considero que una de las grandes tareas del futuro inmediato es la renovación creativa y audaz del FA para que nos represente mejor, con espacio para los jóvenes y las mujeres y para la circulación más viva y exigente de las ideas y de las prácticas políticas. Y eso requiere cambios.

Lo que las encuestas y muchos analistas y periodistas políticos no registraron fue la reacción y sus consecuencias en la carrera electoral. Había sin duda un alto número de indecisos o con decisiones muy primarias que se fueron volcando en pocas semanas a favor del FA.

Ese cambio no invalida que había y que hay que considerar un grupo grande de progresistas y frenteamplistas que reclaman mejoras, cambios, avances en diversos aspectos fundamentales. Lo más común es que hablemos de seguridad, de educación y de gestión, pero se logró colocar el verdadero eje de definición en esta campaña: la marcha general del país, la que determina el crecimiento, el empleo, los salarios, las jubilaciones, los indicadores sociales, las inversiones y en definitiva también la posibilidad de avanzar en la seguridad y la educación. Ese era el verdadero eje.

La marcha del país, es lo que evaluó la gente al finalizar el mandato de Tabaré en el 2010 y lo que estaba en discusión en este 2014. Y el país funciona mucho, pero mucho mejor que durante los últimos 70 años de decadencia.

El tercer elemento que debemos considerar son los resultados del actual gobierno. Si la gente tuviera una mala opinión de nuestro segundo gobierno, no había forma de ganar. Y además de los hechos tangibles y vivibles para la gente, José Mujica jugó un importante papel. De forma implícita, por su imagen de político popular diferente y, de manera explícita en el debate político. Lo digo por las  opiniones de Mujica que comparto y también las otras. La gente no se puede recortar a la medida, menos los personajes. Y un mínimo de rigor político en el análisis requiere considerar y valorar el papel de Mujica.

La derecha balbucea explicaciones sobre su derrota y, trata de alejar a años luz cualquier análisis autocrítico y menos aún reconocerle algún mérito al gobierno. Ahora ya hablan del ''ventarrón de cola'' porque el viento no les alcanza para explicar la derrota. A la falta de rigor ahora le agregan el ridículo.

La otra explicación derivada es que la gente votó con el bolsillo. Es una subestimación más, una agresión a los votantes. La gente votó por múltiples razones, incluyendo razones ideológicas y culturales, además de su sensibilidad y de su experiencia concreta de vida.

La economía, el papel que la política económica tuvo en los cambios sociales, en los avances productivos del Proyecto Nacional han sido fundamentales para la marcha del país y del gobierno, y el mérito principal reconocido por todos es de Danilo Astori. Es la mayor fuente de certezas en el rumbo que han tenido ambos gobiernos progresistas. Y ese es un capital enorme, que nuevamente fue utilizado en esta campaña electoral.

Hay un ''pequeño'' aspecto que quiero señalar: en 9 años el tema de la política económica ha sido discutido ampliamente en la izquierda, dentro del FA, a veces duramente, pero cuando llegan las instancias electorales desaparece abruptamente del escenario, es una bandera asumida por todos con igual entusiasmo y utilizada en todas las campañas de las fuerzas del FA, de manera más o menos explícita. Es justo porque en realidad es una construcción colectiva y plural, pero sería bueno que todos los recordáramos a lo largo de los intensos y combatidos años de los gobiernos, cuando hay que jugarse y hacerse responsable de las decisiones.

Este es un tema sobre el que volveré cuando analice la votación interna en el Frente Amplio y en particular la del FLS.

Lo cierto es que aquí estamos, 8 días después de las elecciones, con el Consejo de Ministros ya anunciado por Tabaré Vázquez, con el proceso de transición en marcha y sobre todo con muchas preguntas que reclaman respuestas. En próximos artículos trataré de abordarlas, comenzando por una que formulo reiteradamente:  Cave ne cadas ¿Qué quiere decir en esta ocasión?.
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